La adolescencia es un período en el que se da una mayor vulnerabilidad a los problemas de salud mental, ya que el 75% de los adultos que alguna vez han tenido un problema de salud mental experimentaron los primeros síntomas antes de los 24 años de edad.

Debido a esta relación, hay profesionales que exponen que las medidas de distanciamiento establecidas durante la crisis del COVID-19 pueden tener sus consecuencias entre los jóvenes.

No obstante, también apuntan los expertos que el uso de las tecnologías digitales y las redes sociales ha podido mitigar algunos de los efectos negativos del distanciamiento social, ayudando a mantener las conexiones entre los jóvenes de esta edad.

Pero no hay duda de que el impacto de la pandemia de COVID-19 ha provocado que los jóvenes tengan muchas menos oportunidades de interactuar cara a cara con sus amigos en un momento de sus vidas en que esto es crucial para su desarrollo.

Aunque las medidas de distanciamiento físico sean temporales, varios meses representan una gran proporción de la vida de un joven.