Donostia. La última sesión de la semana, que siempre es liviana, apenas un poco de rodaje y unas pequeñas series para que el músculo recupere toda su chispa sin perder el nervio, suele desprender siempre una cierta tensión ante lo que se pondrá en juego un día después, la Bandera de La Concha. Ayer, no. En la rampa del muelle, ayer no se palpaba la inquietud de otras veces: "La regata quedó desangelada el primer día". Esta reflexión de un aficionado, la refrendaban en un corrillo informal, bajo las miradas de una treintena de curiosos y el tórrido sol que aplacaría por la tarde, Ion Piñeiro y Endika Pérez, remero y patrón de San Juan: "Salvo nuestro duelo con Hondarribia -ambas traineras están en menos de un segundo de diferencia-, todo el pescado está vendido".

Desde luego, no parecen quedar ni escamas que ventilar en la segunda jornada de hoy. Esa impresión dan las apabullantes diferencias de la primera jornada, cuando la repentina galerna rompió la regata y Urdaibai sacó todo el partido que ofrecía la calle cuatro para amasar una renta de 33 segundos sobre Kaiku y una eternidad, si es que no lo es ya más de medio minuto, sobre el resto. "El problema no es solo que te lleven 33 segundos; el problema es que ese tiempo te lo saca Urdaibai, que es un equipazo. Tendría que suceder una catástrofe", opinaba ayer Calixto Presmanes, presidente de Pedreña, testigo de lujo en la tanda de honor junto a la Donostiarra.

"No te puedes fiar de nadie, aunque nos valga con aguantar a los verdes", advertía Gorka Aranberri, el patrón que puso alas a la Bou Bizkaia. La historia rema con ellos, porque nadie ha remontado más de 14 segundos, que son los que recuperó Hondarribia en 2005, cuando todo apuntaba a un duelo entre Astillero y Castro.

Kaiku, con la trainera 'vieja' "Los verdes" son, claro, los de Kaiku. Su entrenador, José Luis Korta continúa con esa ley de silencio que se autoimpuso desde el día de la clasificatoria. "Mientras los bandidos anden por aquí, yo no sé nada. ¡Yo soy deportista!", fue lo único que dijo ayer al negarse a hacer declaraciones ante la prensa. Como no habla, hay que interpretar sus gestos, que también dicen cosas. La más evidente, que erró el pasado domingo al decantarse por la nueva trainera, la aplatanada, la que gira tan rápido en las ciabogas. Pero también, la que es tan sensible ante los azotes de la mar. Todo un Asier Zurinaga acabó deslomado para tratar de traer recta la embarcación hace una semana. Y ante las olas de más de dos metros que se anuncian para hoy, el técnico de Ortzaika ha recurrido a la trainera tradicional, la verde, la vieja aunque no sea antigua, con la que bogaron en la clasificatoria y también en la sesión de ayer, en la que tras variar los ankekos el de Ortzaika llegó a ejercer de patrón en la popa de la Bizkaitarra. ¿Se vestirá hoy de corto como en los viejos tiempos? Como hace diez años, cuando subió a bordo de La Marinera para enjugar ya dentro de la bahía los diez segundos con los que partió Orio. Aún resuena el eco de las protestas aguiluchas tras el choque de palas.

Quien entonces se quedó en tierra fue Asier Zurinaga, que admitía la escasa vidilla que dejó la primera jornada: "A lo largo de la semana, hemos notado un poco esa falta de tensión de estar más cerca de la semana, y hemos recuperado el ánimo. Remontar a Urdaibai sería algo espectacular, pero es muy difícil. El objetivo debe ser hacer una gran regata y demostrar por qué éramos uno de los grandes favoritos. Todos debemos buscar un objetivo, porque la primera jornada marcó mucho".

Aunque la Donostiarra bogará en la tanda de honor cuando no lo esperaba, no va a variar el suyo. "La idea es la misma que el primer día: hacer nuestra regata, y demostrar que hemos dado un pasito más", indicaba su entrenador, José Ramón Mendizabal, Mendi. "Deportivamente, para nosotros es una pena la expulsión de Astillero, para intentar defender la cuarta plaza", señaló su presidente, Alberto Goitia, que ha logrado una pequeña remesa del agotado merchandising del club para sacarlo a la venta hoy frente a Portaletas.

"Si te digo la verdad, me da igual acabar cuarto que quinto, siempre que rindamos a nuestro mejor nivel", insistió Mendi, que, en esta semana para muchos de menor tensión, el jueves dio un día de fiesta a los suyos: "Notaba al equipo con un punto de nerviosismo, de ansiedad. No está acostumbrado a la presión de remar en la tanda de honor. Es un mérito para celebrar, porque no se logra todos los años, y no para agobiarse. Por eso les di un día para que se olvidaran del remo".

Al contrario que la Donostiarra, Hondarribia y San Juan sí han debido reformularse sus planteamientos. Salvo que empeoren mucho las condiciones de la segunda tanda, son conscientes de la dificultad que entraña mejorar posiciones, pues tienen a la Donostiarra a más de minuto y medio. "Es mucho tiempo", coinciden Mikel Orbañanos e Igor Makazaga, que a lo largo de la semana han logrado levantar la moral de sus tropas: "Según han pasado los días, la ilusión ha ido creciendo".

La ambición de ambos es ganar su tanda. "Queremos sacar a relucir el nivel que hemos demostrado durante todo el verano", apunta el técnico de la Ama Guadalupekoa, que hasta hoy no decidirá si ejerce de proel o se queda en tierra, como ayer, que hizo ergómetro tras dirigir la sesión desde la zódiac.

El sanjuandarra saldrá con la misma idea, "remar como si partiésemos de cero, y comprobar si los objetivos iniciales de estar en la tanda de honor, eran reales. Queremos demostrarnos que la apuesta era factible". Lo deberán hacer con Hondarribia y Tirán al lado, pues Astillero fue descalificado. "Hubo tiempo para hacer las cosas a su momento -lamenta Makazaga-, porque la inscripción de Astillero se sabía desde hace un mes. Es una pena que ellos y San Pedro estén en casa, y hoy haya una vacante, ¡con lo que cuesta entrar en La Concha!". Y mucho más ganarla, aunque se parta con 33 segundos de ventaja. ¿Ya no queda pescado que vender?