"CINCO segundos es ventaja, pero con una mar como se espera son solo una ola o dos. Eso es muy poco, y seguro que hay una lucha muy bonita, sin un favorito claro". Olatz Arregi (Zumaia, 1985), remera de Getaria-Tolosa, analiza así la IV Bandera de La Concha Femenina, en la que en esos cinco segundos entraron hace una semana las tres traineras que buscarán hoy la victoria. Entonces, Zumaia-Kiroljokoa dio la campanada al marcar el mejor tiempo, con 4.32 de ventaja sobre Galicia Rianxeira y 5.02 sobre Getaria-Tolosa. Bizkaia, que acabó a 45.94, completará hoy la tanda de honor (11.00 horas, ETB-1).
"La emoción aguantará hasta el final. Estamos convencidas de ello. Somos conscientes de que tenemos ventaja, pero no podemos salir pensando en eso, porque esos cinco segundos se te van enseguida", señala Atsegin Odriozola (Zestoa, 1991), tripulante de Zumaia.
La balanza se inclinará hacia un lado u otro, pero ambas desean "que no vaya para Galicia. Han ganado las tres ediciones anteriores. Parece como si tuvieran un ángel en La Concha, porque, además de ser muy buenas, siempre aciertan en esta regata. Son muy duras".
Son conscientes de que "para ganar La Concha, hay que tener suerte con la calle, hacer bien tu trabajo y estar muy fuerte. Si se juntan las tres cosas en esos dos días, ganas la bandera. Pero solo así", opina Odriozola. "Es su grandeza. Mira Urdaibai, con las tripulaciones tan buenas que ha tenido, no ganó hasta el año pasado", indica Agirre.
Pero Olatz y Atsegin transmiten una confianza enorme. Un temple que deberán mantener hoy para aspirar a la victoria. La ansiedad y las dudas se pagan caro cuando son olas de dos metros las que se encontrarán en el camino. En el remo, la tripulación que parte con ventaja suele desear una mar bare, que calme también el cronómetro. No es el caso de las entrenadas por Kike Manterola: "Sabemos que Getaria-Tolosa y Galicia son más potentes que nosotras, pero si la mar está algo movida tenemos más opciones de darles guerra, porque nos desenvolvemos bien con las olas", opina Atsegin Odriozola. "Para el espectáculo, siempre es más bonito que haya olas. Pero a nosotras nos da igual. Habrá que tratar de asentar bien la remada en la ida, y en el segundo largo tratar de aprovechar las olas. Quien mejor lo haga en popare, se llevará la bandera", concluye Olatz Agirre.
Zumaia llega crecida a bordo de esa Enbata cedida por Zarautz, que es doce kilos más ligera que su Telmo Deun, pero también más rígida. "La estrenamos en Orio -apunta la zestoarra-, donde ganamos a Getaria-Tolosa, y sí que hemos notado que hemos mejorado en estos quince días. Sucede también que al principio tuvimos varias bajas y también varias lesiones, y nos costó más acoplarnos". No es el caso de Getaria-Tolosa: "De un año a otro, repetimos prácticamente el mismo bloque, y hemos notado que hemos progresado. Este año, hemos ganado la Liga EuskoTren", valora la zumaiarra.
El remo femenino da pasitos
Un largo camino por andar
A lo largo de la campaña, la tripulación que entrenan Javier Isasti y Ángel Larrañaga se ha mostrado un puntito superior a Zumaia, pero las rojillas sacaron sus garras en Orio y también el pasado domingo en Donostia. "Al verte regata tras regatas, hay una cierta rivalidad, pero esa rivalidad siempre es buena, le da más vida a las regatas y te ayuda también a mejorar", apunta Odriozola. "La pena -agrega Agirre- es que en la Liga EuskoTren la rivalidad se limitó al play-off, porque antes nos tocó remar en grupos diferentes. Creo que fueron más bonitas las regatas de la Liga de Gipuzkoa".
La conversación con ambas deriva en un debate: "Aún hay muchas cosas que mejorar -señala Odriozola-. Remar por clubes y no por selecciones es un paso, pero hay mucho camino por recorrer". "La competición se va asentando -conviene Arregi-. Este año hemos tenido bastantes regatas. La Liga de Gipuzkoa da solidez al calendario" -"Aunque hasta finales de junio no supimos qué regatas iba a ver", puntualiza Odriozola-. Ojalá en otros sitios surgiera algo así y hubiese también más clubes. Pero en estos cuatro años veo un riesgo, y es que más del 75% somos las mismas que el primer día. Me pregunto si cuando lo dejemos, habrá relevo. Para remar en bateles y trainerillas sí hay chicas, pero ¿para traineras?".
"Se dan pasos, pero es difícil enganchar a la gente. Hay que buscar una fórmula para dar continuidad a esto y enganchar a la gente", añade. "Aquí todas estamos por afición. Aquí no hay el aliciente de cobrar un dinero como en algunos clubes. Este es un deporte muy duro, tanto física como psicológicamente, y si esto no mejora, será difícil que una chica empiece en el remo", indica Atsegin.
Ambas se iniciaron en el remo casi por casualidad. En sus familias no había tradición arraunlari. "La familia de la ama es arrantzale, pero nada más. Un día, Mertxe Aizpurua, que es de mi cuadrilla, me dijo que necesitan gente para el batel. Yo hacía aerobic, y fui a probar. Ese año se sacó la trainerilla y seguí. Al siguiente, hace cuatro, se sacó la trainera".
Como muchos zestoarras que acuden a la playa a Zumaia, Atsegin un día "con las amigas vimos un batel, empezamos a hacer el tonto con él, y aquí estoy. Creo que de las cuatro amigas, yo era quien menos le apetecía, y ahora dos remamos".
Ahora, ambas han encontrado en el remo "una segunda cuadrilla. El ambiente en el equipo es muy bueno, y eso siempre es un aliciente para continuar, aunque ahora mismo no sé qué haré el año que viene, explica Agirre, una zumaiarra que desde hace unos meses vive en Getaria, tiene su cuadrilla en Zarautz y trabaja en una sucursal de Bankinter en Donostia, tras cursar Empresariales. "El sacrificio que haces es grande. En verano tengo jornada intensiva, pero en invierno llego a casa a las seis, y casi ya cojo la bolsa para ir a entrenar", especifica.
Para Odriozola, "no tienes más remedio que organizarte. Yo estudio en Donostia, Trabajador Social, y no tienes mucho tiempo libre". Sí lo tuvieron para lanzar un pronóstico para la regata masculina: "Urdaibai". "Lo merecen -opina Olatz-. No sé qué habrá del lío extradeportivo, pero sé que los remeros están pasando un año durísimo". Pero, acuerdan, "La Concha lo compensa todo".
Y por ella libran hoy un pulso, al que no quieren invitar a Galicia.