la Bandera de La Concha suele teñir de colores los alrededores de la bahía donostiarra. Ayer, sin embargo, el tradicional arco iris de aficionados que mira hacia el mar estuvo un poco más pálido de lo habitual. El día gris y lluvioso hizo que muchos seguidores se replanteasen su asistencia, o que dejasen su visita a Donostia para la segunda jornada. Ni siquiera los aficionados de Kaiku y Urdaibai protagonizaron un desembarco masivo en la capital guipuzcoana, a pesar de que los dos clubes vizcainos partían como favoritos para hacerse con el entorchado en todas las quinielas.
También restó colorido a la cita la ausencia de Orio. La afición oriotarra no ha fallado en La Concha en los últimos veinte años y el éxodo a la capital guipuzcoana ya forma parte de las costumbres de la localidad. Ayer, la bandera donostiarra se quedó sin la presencia de una des sus aficiones más fieles. Aunque eso no es completamente exacto, porque también hubo muchos aficionados aguiluchos que no quisieron perderse la regata más importante del año, tal vez para rememorar de paso tiempos mejores. Tampoco los seguidores de San Pedro faltaron a su cita a pesar de que finalmente tampoco estuvo la Libia.
Pero, sin duda, el color predominante en las cercanías de la rampa donostiarra fue el rosa. Pasai Donibane se volcó en apoyar a su trainera y los sanjuandarras se desgañitaron para animar a sus remeros, que tuvieron la mala suerte de remar en la segunda tanda en unas condiciones absolutamente adversas.
Algunos seguidores pasaitarras, además, animaron también a su paisano Joseba Fernández, en el centro de la polémica tras su incorporación a Astillero.
El próximo domingo, a buen seguro, la paleta de colores del muelle aumentará en cantidad y variedad.