En plena tarde de domingo, con el nombramiento de Pellegrino Matarazzo aún caliente y a apenas hora y media de sumergirse en un Heideinheim-Bayern de Múnich, Weiss explica que le seduce la apuesta de la Real Sociedad incorporando al técnico estadounidense. Pero, al mismo tiempo, reconoce albergar ciertas dudas. Le preguntamos por todo, y él contesta explayándose en sus respuestas
Andrés, antes de profundizar en mayor medida, le pregunto por la primera impresión, por sus vibraciones respecto al fichaje...
Así, a bote pronto, el movimiento me sorprende, pero no porque considere que Matarazzo es un mal entrenador. De hecho, creo que su último despido, en el Hoffenheim, resultó bastante injustificado, y que se produjo en un contexto de inestabilidad generalizada en el club. Lo que sí me llama la atención de la apuesta de la Real es que recurre a un entrenador que no domina el castellano, con poca experiencia en el fútbol profesional al más alto nivel y que, encima, va a tener difícil implantar un estilo diferente como el suyo en mitad de una temporada. Dicho todo ello, también pienso que la apuesta puede salir bien, porque Matarazzo trabaja mucho con la cantera, y porque está acostumbrado ya a emplearse en clubes de perfil vendedor, característica que en la Liga se da con todos los equipos exceptuando únicamente a los tres grandes.
Me hablaba ahora de ese cese en el Hoffenheim en noviembre de 2024. ¿Qué estatus ha tenido Matarazzo desde entonces? ¿Ha sonado para otros clubes?
Mira, es cierto que, cuando se produjo la destitución, el Hoffenheim atravesaba una mala racha de resultados. Pero la temporada anterior había sido magnífica, billete europeo incluido. La clave de todo estuvo en que, desafortunadamente para Matarazzo, en aquel mismo verano de 2024 llegó al club un nuevo director deportivo: no era de su cuerda, quería incorporar a un entrenador propio y activó el cambio en cuanto encontró la más mínima excusa. En cualquier caso, quedó siempre muy claro que la plantilla estaba del lado del propio Matarazzo, como expresó públicamente uno de los jugadores más importantes, el croata Kramaric. Y sí: a partir de ahí, su nombre empezó a sonar para otros banquillos.
¿Para cuáles?
Enseguida pareció estar muy cerca de dirigir a la selección de Estados Unidos. Finalmente le dieron el cargo a Mauricio Pochettino, pese a que muchas voces pedían allí la contratación de un técnico local. Y después Matarazzo inició ya un período de mayor tranquilidad, formándose como técnico en Italia, en el seno de una Roma a cuyos entrenamientos asistió tanto en la época de Rainieri como en la actual de Gasperini. Últimamente le habían situado en la órbita de clubes como el Borusia Monchengladbach, el Wolfsburgo o el Augsburgo, pero él ha esperado pacientemente, seguramente sabedor de que existía la opción de la Real.
¿Qué cartel tiene en Alemania?
No es uno de los entrenadores favoritos de la prensa ni de la opinión pública, pero sí está bien considerado, por lo que ha hecho en Stuttgart y Hoffenheim y también por ser discípulo de Julian Nagelsmann, con quien ejerció de asistente en el propio Hoffenheim. Esta relación por sí misma ya le supone a Matarazzo cierto estatus.
Ahora le pregunto por lo técnico-táctico, pero quiero saber primero cómo es el nuevo entrenador realista en lo personal y cómo se muestra durante sus comparecencias.
Es un tío que no tiene pelos en la lengua. Cuando en el Hoffenheim la situación no era buena, él lo expresaba sin tapujos, dando su opinión sobre todo lo que estaba sucediendo en el club. Digamos que, en este sentido, hablamos de un técnico puramente alemán, más allá de que su ascendencia es otra. Y me queda así la duda de cómo puede comportarse ahora en la Liga, digamos que fuera de casa y dentro de una cultura distinta a la suya. Hasta la fecha, en cualquier caso, sus ruedas de prensa se han salido un poco de la norma. Siempre da respuestas interesantes, y se aprecia en ellas que Matarazzo es un tipo culto, también con inquietudes ajenas al fútbol.
Su propuesta
Yendo ya a lo puramente deportivo, supongo que no hay nada más significativo que esa unión con el citado Nagelsmann, ¿verdad?
Bueno, yo creo que me citas aquí a una figura muy importante para Matarazzo. Ten en cuenta que este procedía inicialmente de la escuela de la contra presión, de lo que Klopp popularizó como gegen pressing. Hablamos de un fútbol vertical, agresivo, de transiciones, con predominio del juego abierto por bandas y de un ida y vuelta casi constante. Cuando posteriormente Matarazzo conoció a Nagelsmann, empezó a incorporar nuevos matices a su ideario, hasta el punto de que su Stuttgart y su Hoffenheim apostaban, en momentos de los partidos, por un fútbol de mayor control, de posesiones más pausadas y de búsqueda de superioridades interiores.
Matarazzo era un Klopp en potencia y Nagelsmann le ‘guardiolizó’ un poco.
(Risas) Sí. Podríamos explicarlo así, siendo muy reduccionistas.
¿Y qué le aportó a la inversa Matarazzo a Nagelsmann?
Te diría que le suponía una pieza importante en la gestión de los jóvenes. Tras su trabajo en las canteras del Nuremberg y del Hoffenheim, Matarazzo era una especie de enlace con el sector más joven del vestuario.
En diciembre de 2019 le llegó su primera gran oportunidad como técnico, para dirigir a un Stuttgart de segunda división. ¿Era aquel ascenso una conquista obligada?
Bueno, bueno... La plantilla de aquel equipo tenía muchísimo nivel, es cierto. Pero la segunda división alemana resulta complicada y, hasta la llegada de Matarazzo, el Stuttgart estaba sufriendo en ella. Ten en cuenta que el embudo es estrecho, porque de 18 equipos sólo suben directamente dos y el tercero promociona. Con el nuevo técnico de la Real cambiaron las cosas, se completó una gran segunda vuelta y se certificó el regreso a la Bundesliga, con un cartel de escuadra ofensiva que se mantuvo en la campaña siguiente. Ahí el Stuttgart firmó una súper meritoria novena plaza en el debut de Matarazzo en la máxima categoría, y fue entonces cuando a mí me llamó la atención como entrenador, porque se veía sobre el campo un equipo muy de autor, súper trabajado y con sello propio.
Luego se complicarían un poco las cosas, ¿verdad?
Sí. No ya en la campaña posterior, la 2021-22, sino en la 2022-23, con un comienzo de campeonato muy malo que a Matarazzo le terminó costando el cargo. Así como te comentaba antes que no mereció el cese en el Hoffenheim, el que sufrió en el Stuttgart sí se puede entender en mayor medida, con el equipo en zona de descenso y sin victorias (cinco empates y cuatro derrotas) en nueve jornadas.
Dicen las cifras, y me lo están corroborando sus opiniones, que la mejor temporada de Matarazzo ha sido siempre la segunda, después de aterrizar en el equipo mediada la anterior.
Sí, y tiene toda su lógica. Cuando tú llegas a un club en verano, cuentas con tiempo para construir un estilo y una idea. Si te fichan en plena campaña, mientras, lo más normal es que las cosas no estén bien y que ese equipo necesite un cambio de rumbo. Ahí tienes que ser más pragmático, menos idealista.
Adaptarse al contexto
¿Y tiene Matarazzo esa cintura para trabajar de forma más práctica? Escuchándole a usted deduzco que sí.
La tiene, la tiene. Pero me genera curiosidad ver cómo se va a adaptar ahora a la plantilla que hereda en la Real, sobre todo porque él siempre ha jugado con una línea de tres atrás y dos carrileros, y no sé si dispone exactamente de perfiles adecuados para esas bandas tan largas.
Me habla de un entrenador versátil y capaz de adaptar su propuesta, pero que en cuanto a dibujo nunca renuncia a esa retaguardia de tres centrales.
Es que lo del sistema significa para él, más que una mera estructura, un punto de partida para entender el fútbol. Desde esa línea de tres puede hacer luego salida de cuatro con balón, y recargar las bandas con dos hombres por ala para enriquecer el planteamiento en ataque. Al fichaje de Matarazzo por la Real le veo muchas ventajas. Pero ya te digo que mi principal duda reside en cómo va a poder adaptarse de inicio a lo que tiene. No controlo exactamente cuáles son las características de esa plantilla, pero me cuesta imaginármela en un dibujo 3-4-2-1.
Si me permite puntualizarle, a mí me da que sí puede disponer de los perfiles necesarios...
Veremos. Es verdad que hablamos de una propuesta súper dinámica: centrocampistas que bajan a la zona de iniciación, carrileros que se meten a interiores, laterales que ejercen de centrales... Sin embargo, la base resulta más fija y siempre vas a necesitar futbolistas específicos para cada demarcación.
Pero, por ejemplo: ¿los centrales son siempre centrales?
No. También ha solido utilizar a pivotes para jugar atrás. Ahí ya dependerá en la Real Sociedad de si dispone de un centrocampista apto para incrustarse como tercer central.
Gorrotxategi.
O dependerá también de si dispone de un lateral que pueda actuar igualmente en esa línea de tres.
Aramburu o incluso Aihen.
Eso ya lo controlas tú mejor que yo.
Le insistía porque, en el Stuttgart, uno de los centrales solía ser Endo, el actual pivote del Liverpool.
Claro. Y algo parecido puede suceder con los carrileros, porque esta figura en el fútbol alemán sitúa al ala de turno en la línea de centrocampistas o incluso más adelante, de ahí que a menudo Matarazzo utilice ahí a extremos con cierta vocación defensiva, capacitados para atacar y también para cerrar atrás formando línea de cinco.
Más allá de juicios y de análisis, la palabra ahora es “expectación”, ¿no?
Yo tengo muchas ganas de ver cómo se dan las cosas, porque la propuesta de Matarazzo me gustó mucho tanto en Stuttgart como en Hoffenheim, y también porque, si la apuesta sale bien, podrá ampliarse el trasvase de ideas futbolísticas desde Alemania a la Liga y viceversa. No hay mucha circulación de entrenadores entre un campeonato y otro, pero con este movimiento de la Real puede estar abriéndose una puerta nueva de cara a próximos cursos.