Sergio Francisco jugó en el 'enemigo'CD Onda
A día de hoy, estando como estamos ya a finales de 2025, pocos profesionales del mundo del fútbol dudan a la hora de señalar a la cantera del Villarreal como una de las mejores factorías futbolísticas de España. El club amarillo trabaja a destajo con la base en la ciudad deportiva José Manuel Llaneza, una extensión de 120.000 metros cuadrados con nueve campos, una residencia y todo tipo de facilidades para que los numerosísimos equipos de la entidad, desde el benjamín hasta el de Primera División, puedan ejercitarse en las mejores condiciones. Hubo un tiempo, sin embargo, en el que las categorías inferiores del Submarino se encontraban aún en pañales, y en el que, curiosamente, el actual entrenador de la Real Sociedad, Sergio Francisco, formó parte de las mismas.
Sí, el irundarra militó por espacio de una temporada en la cantera del Villarreal. Sucedió en el curso 2001-02, el primero en el que no perteneció a la Real contractualmente hablando. Sergio había finalizado la campaña anterior (de enero a junio) a préstamo en el Eibar. Y se desvinculó de la entidad txuri-urdin aquel verano para hallar acomodo en tierras castellonenses, en el Club Deportivo Onda, un equipo de la localidad que le da nombre (ubicada a quince kilómetros de Vila-real) y que acababa de subir a Segunda B. Tres años antes, en 1998, el cuadro amarillo había protagonizado el primer ascenso de su historia a la máxima categoría. Y se vio así en la élite sin estructura alguna de equipos filiales. El movimiento inicial de la institución, antes de crear su actual base de la pirámide, muy potente, residió en alcanzar un acuerdo con el propio Onda para que se convirtiera en su segundo equipo. Y así fue cómo el entrenador blanquiazul recaló hace casi un cuarto de siglo en el club al que se enfrenta este domingo en el estadio de Anoeta.
¿Cómo fue la cosa?
Aquel Onda 2001-02 tenía el sustento que tenía, el de un proyecto de Primera División ambicioso y con potente músculo económico, impulsado por la empresa de cerámica del ya entonces presidente Fernando Roig. Así, no es de extrañar que la confección de la plantilla del filial, de cara al estreno en Segunda B, apuntara alto. Sergio Francisco, con un bagaje de cinco partidos en el primer equipo de la Real y otros 16 en Segunda División (durante la citada cesión al Eibar) significó un muy buen refuerzo para una escuadra también integrada por futbolistas que luego harían cierta carrera: Oriol (aquel central que destrozó la rodilla de Mikel Aranburu en El Sardinero), Abel Buades (Gimnàstic), Antonio Calle (delantero centro de Recreativo y Xerez entre otros) o Juanjo Collantes (Racing, Rayo o Granada). La campaña, sin embargo, no se dio nada bien...
NUEVE CLUBES COMO FUTBOLISTA
Como jugador, Sergio llegó a vestir la camiseta de nueve equipos distintos, comenzando por la de la Real Sociedad, club en cuyas categorías inferiores se formó. Consiguió debutar con la primera plantilla txuri-urdin, pero no logró asentarse en ella para disfrutar de continuidad y tuvo que vivir entonces dos experiencias cedido, en Eibar y Onda. Una vez que expiró su relación contractual con la entidad blanquiazul, en 2002, inició una trayectoria de diez años adicionales durante los que defendió los colores de las siguientes escuadras: Real Unión, Zamora, Lorca, Gimnàstic, Real Unión (segunda etapa), Sestao River y Laudio.
La taryectoria de Sergio en clubes de Segunda B (amarillo), Segunda División (verde) o Primera (azul). FInalizó su carrera en Tercera defendiendo los colores de Sestao y Laudio.
La juventud del plantel y la dificultad de aquel grupo de Segunda B (con valencianos, madrileños y canarios) llevaron al Onda a finalizar 19º y a descender por lo tanto a Tercera, terminando ahí la relación de filialidad con un Villarreal que preparaba ya el despegue de un equipo B propiamente dicho un año más tarde, en 2003. Eso sí, la campaña de Sergio Francisco resultó positiva en lo individual, por cifras anotadoras y de participación. Jugó 36 de los 38 partidos ligueros, acumuló más de dos mil minutos y pudo marcar seis goles, números que le permitieron fichar en verano por el Real Unión tras desvincularse del club levantino (había firmado por dos años y aún le restaba uno).
Un buen bagaje
El actual preparador txuri-urdin regresó a casa, al Stadium Gal, con experiencias positivas en la mochila, por mucho que el curso en Onda no se hubiese saldado según lo esperado en lo colectivo. Allí jugó mucho. Hizo goles. Llegó a ejercitarse en varias ocasiones con el primer equipo del Villarreal, entrenado entonces por Víctor Muñoz. Y compartió así césped y vestuario con futbolistas del nivel de Gica Craioveanu, Javi Gracia, Constantin Galca o los argentinos Cagna, Arruabarrena y Palermo. Además, en el plantel profesional encontró apoyos como el del también irundarra Iñaki Berruet, a quien ya conocía previamente y que formó una cuadrilla guipuzcoana con el propio Sergio y el meta errenteriarra Iker Álvarez, igualmente fichado por el Onda. La mayoría de jugadores de Primera vivía en Benicássim, a orillas del Mediterráneo. Y muchos futbolistas del filial, Sergio entre ellos, residían en Vila-real pueblo. No llevaban una vida divertida. Pero entre goles, partidos, entrenamientos y reuniones, la campaña pasó relativamente rápido...