La Real regresa a La Cartuja cuatro años después de haber celebrado su último título en 2021. Sin duda, uno de sus estadios fetiche, ya que fue allí donde logró su última gran victoria en la final de la Copa para siempre en la que se impuso por 0-1 con el gol inolvidable de Mikel Oyarzabal al transformar un penalti cometido por Iñigo Martínez sobre Portu

No se puede decir que el estadio olímpico sevillano se le dé mal a la Real, puesto que, aparte de formar parte de su historia por alcanzar la gloria ante su eterno rival, la anterior vez que lo visitó también se llevó los tres puntos. Fue el 14 de abril de 2006, cuando los de Amorrortu lograron su primera victoria a domicilio de la temporada al imponerse gracias a un gol de falta directa de Javi Garrido con el que sorprendió a Toni Doblas.

En resumen, dos partidos, dos goles y dos victorias por 0-1. No está mal recordarlo en vísperas de un encuentro al que los dos equipos llegan en malas condiciones. La Real todavía no conoce lo que es la victoria en las cuatro jornadas de Liga y, lo que es peor, todavía no ha ido por delante en el marcador en ningún momento, con todo lo que conlleva. Dos empates de salida, uno en Mestalla y otro en Anoeta al igualar el 0-2 con el que se adelantó el Espanyol, y las dos derrotas posteriores en Oviedo, de forma increíble, y ante el Madrid, a pesar de haber jugado más de una hora con un futbolista más. 

Un Betis con dudas en su nueva casa

El Betis tampoco acaba de arrancar aunque ya haya sumado seis puntos. Una victoria ante el Alavés y tres igualadas fuera, en Elche, en Vigo y en el Ciutat de Valencia, y una derrota contra el Athletic en su nueva casa. 

Los verdiblancos rompieron ante los alaveses con su mal fario en La Cartuja, donde no habían ganado ninguno de los cuatro partidos de Liga disputados antes, aunque, eso sí, levantaron la Copa del Rey de 2022 tras derrotar en los penaltis al Valencia en el duelo más importante que han disputado en ese recinto.

La Cartuja ha cambiado mucho de cuando la visitó la Real. Entre los dos choques que disputó tampoco acometieron excesivas novedades, entre otras cosas porque la final de la Copa se disputó a puerta vacía por la pandemia. Pero el hecho de que se va a a convertir seguro en una de las sedes del Mundial 2030 ha provocado que hayan eliminado las pistas de atletismo y que haya aumentado en unas 10.000 personas su aforo para llegar hasta 72.000 espectadores tras la construcción de un nuevo anillo de gradas. Sin ir más lejos, en el duelo contra el Athletic, el estadio registró una entrada superior a los 70.000 seguidores, que generaron un ambiente excepcional. 

Habrá que ver la atmósfera que aguarda a la Real, aunque la mayoría de sus futbolistas suelen reconocer que, aparte de Anoeta, uno de los escenarios en los que más les gusta jugar era el Villamarín. Lo comentó hasta el propio David Moyes, que se quedó impresionado cuando jugó allí. Ahora toca mantener el influjo de La Cartuja y prorrogar la maldición que parece perseguir al Betis en su nuevo hogar.