Arantzazu, icono espiritual y artístico, marca el inicio de un recorrido que conduce a Oñati, con su Casco Histórico y la primera universidad vasca. Muy cerca, la cueva de Arrikrutz descubre un mundo subterráneo singular, mientras el embalse de Urkulu en Aretxabaleta abre un paisaje sereno que invita a pasear. En Arrasate, el cooperativismo imprime un carácter innovador, y en Leintz Gatzaga, el Museo de la Sal recuerda la historia y la tradición que dieron nombre al pueblo.

La atalaya de Atxorrotx, en Eskoriatza, completa una Debagoiena rica en historia, pueblos con identidad y rincones que siempre apetecen redescubrir.

Próximamente, el reportaje completo en este periódico.