El balance de la primera jornada de Liga no puede limitarse al análisis de un buen punto logrado en Mestalla en el estreno de Sergio Francisco. El equipo compitió bien en un estadio en el que nunca es fácil puntuar, independientemente del momento por el que atraviese uno de los grandes de la Liga por historia y títulos. Es cierto que por ocasiones pudo llevarse la victoria, pero también lo es que por momentos le dominaron y que incluso vio cómo su rival se ponía por delante en un error en la salida de balón. 

Aunque, como es lógico, el resultado del primer equipo es el que marca y condiciona cualquier estudio sobre su actualidad, la Real tiene que mirar más allá y constatar que, al contrario de lo que piensan muchas corrientes pesimistas en su entorno, su comienzo ha sido espectacular. Lo que sin duda más endulzó el primer fin de semana de competición fue sin duda el triunfo del Sanse en el debut de Jon Ansotegi ante todo un Real Zaragoza en Anoeta.

Posible sanción

Una vez más, la imagen de la televisión en la que se podía observar una grada casi vacía no tardó en provocar muchos comentarios de los derrotados de siempre sobre la idoneidad de que un filial esté compitiendo en la categoría de plata de nuestro fútbol, o lo que es lo mismo, en la profesionalidad.

De primeras y aunque es evidente que había más de mil aficionados visitantes, la entrada fue de más de 6.300 espectadores. En un estadio con capacidad para casi 40.000 espectadores, es normal que la imagen que tanto preocupa a la Liga hasta el punto hasta el punto de regularizarlo en un extenso Reglamento y a impedir incluso que se pueda jugar en el estadio z7, no sea la mejor en la grada.

También es cierto que a mediados de agosto y con este calor, la grada de enfrente al tiro de cámara es en la que puede pegar fuerte el sol por lo que es normal que el club intentara proteger a los asistentes. Tampoco se puede descartar incluso que la Real reciba una sanción económica por ello, por muy increíble que suene.

Buena entrada

Para que se hagan una idea, los 6.300 espectadores que acudieron al encuentro en Anoeta superan la media de asistencia de seis campos de equipos que la temporada pasada compitieron en la Segunda División (Huesca, Racing de Ferrol, Eibar, Cartagena, Eldense y Mirandés).

Pero la cosa no acaba aquí para desenmascarar a los que ponen en tela de juicio el éxito del filial con el manido “juegan con otras reglas y no se atienen a los límites presupuestarios, al estar incluidos en el de sus primeros equipos”. Eso solo sucede en los grandes, que aprovechan para hacer todo tipo de tropelías aparentemente menores para inscribir a futbolistas que les han costado auténticas millonadas como el último ejemplo del Real Madrid con Franco Mastantuono (pagó 63 millones por él y le ha inscrito en el Castilla que milita en 1ª RFEF). 

El secreto de esta Real es que entre el primer equipo y el filial han competido este fin de semana 18 gipuzkoanos. Catorce de ellos titulares. Seis de Donostia, dos de Beasain y uno de Hernani, Elgoibar, Antzuola, Zizurkil, Getaria, Astigarraga, Oiartzun, Errenteria, Eibar y Azkoitia. Sin contar a Pablo Marín, riojano, que lleva toda su vida en Zubieta y a Urko González de Zárate, vitoriano, que también se ha formado desde muy joven en las cantera realista.

Del conjunto de Sergio Francisco en el once actuaron Zubeldia (Azkoitia), Aihen (Donostia), Turrientes (Beasain), Barrenetxea (Donostia) y Oyarzabal (Eibar). En la segunda parte entró Aritz Elustondo (Beasain).

Y en el Sanse, en el primer once de Ansotegi figuraron Fraga (Hernani), Dadíe (Donostia), Beitia (Elgoibar), Peru (Antzuola), Agote (Zizurkil), Mikel Rodríguez (Guetaria), Gorosabel (Donostia), Orobengoa (Oyartzun) y Arkaitz Mariezkurrena (Astigarraga). Tras el descanso salieron Carrera (Errenteria) y Astiazaran y Eceizabarrena (Donostia).

TODOS NACIDOS EN EL SIGLO XXI

Aunque no sea un dato demasiado revelador para los aficionados blanquiazules, porque era una obviedad por mucho que le pueda sorprender a aficionados de otros equipos, el Sanse fue el primer equipo que compite en el fútbol profesional español con una pleno de jugadores nacidos en este siglo en los once titulares y en el banquillo. Los futbolistas más mayores fueron Arana, que fue el portero suplente, Alberto Dadíe, Peru Rodríguez y Mikel Rodríguez. Todos ellos nacidos en el año 2002. Mientras que el más joven fue Dani Díaz (19 años, del 2006), que se quedó sin disputar ni un minuto en una de las decisiones más sorprendentes de la primera jornada ya que estamos hablando de uno de los jóvenes mejor considerados en las categorías inferiores de las diferentes selecciones. En realidad Marchal (17 años, del 2007) es aún menor, pero se ha perdido la pretemporada y el inicio por una lesión. 

En resumen, como para no estar contentos y sacar pecho de la cantera de un club como la Real a la que está claro que lo que le está faltando en los dos últimos años es atinar con los fichajes. No hay más que ver el banquillo del primer equipo en Mestalla en el que estaban Traoré, Sucic, Goti, Sergio Gómez, Oskarsson y Guedes. Zakharyan se quedó en Donostia y entre los descartes a los que se les busca destino de forma urgente se encuentran Javi López, Sheraldo Becker y Sadiq Umar.

Se diga lo que se diga, algo que está fallando en la Real y no es precisamente su cantera. Como manifestó Igor Zubeldia en la entrevista que concedió a este periódico la semana pasada y en un mensaje en el que también incidió con contundencia el capitán Mikel Oyarzabal en el Diario As: “Hay que confiar más en lo que ya tenemos en Zubieta”. Merece la pena...