Por qué Imanol cambió el sistema en el descanso
La ubicación muy alta de Comesaña en la primera mitad llevó al técnico realista a introducir un tercer central para ajustar la presión y evitarle a Turrientes el rol de zaguero
La Real Sociedad obtuvo este domingo en La Cerámicaun inmerecido empate (2-2) contra el Villarreal, que se mostró muy superior a los txuri-urdin. En clave táctica, el encuentro se vio marcado por los ajustes que Imanol Alguacil tuvo que realizar sobre la marcha para retocar la presión de los suyos, movimientos que terminaron llevándole a apostar por una zaga de tres centrales en la segunda mitad. ¿Para qué lo hizo? No necesariamente para atrincherar a los suyos, algo a lo que les llevó el propio partido, y sí para organizar un entramado defensivo que requería de cinco hombres para igualar la primera línea de ataque amarilla. Veámoslo.
La Real saltó al terreno de juego con la intención de apretar al Villarreal según su mecanismo habitual, una especie de 4-1-3-2 que dibuja un rombo en el centro del campo y cuya media se orienta siempre al lado por el que el rival trata de sacar el balón jugado. Sin embargo, este funcionamiento se demostró vulnerable ante los amarillos, un equipo de estructura muy asimétrica y que además logró girar el juego con buenos cambios de orientación. El 1-0, de hecho, se produjo tras una jugada en la que los de Marcelino iniciaron su ataque por la derecha, llevaron allí a la Real (con Kubo completamente basculado presionando dentro a Parejo) y consiguieron enlazar con la subida de Cardona por la izquierda a través de Ayoze como apoyo.
Tras un cuarto de hora inicial en que sufrió horrores, la Real consiguió asentarse en el partido gracias al gol de Mikel Oyarzabal de penalti y también al ajuste táctico de Imanol para la presión. El técnico oriotarra renunció al ya visto 4-1-3-2 que apretaba mediante un funcionamiento zonal y apostó por emparejar a sus diez futbolistas de campo con los otros diez del Villarreal, mediante persecuciones individuales. Traoré se encargaba de saltar por su banda a por Cardona, y Kubo dejaba a este para encargarse del central zurdo Logan Costa. La mejoría txuri-urdin resultó clara... Pero, como veremos ahora, Marcelino no se quedó de brazos cruzados y movió ficha dando muchísimo vuelo al pivote Santi Comesaña.
A cerrar con cinco
Pese al crecimiento blanquiazul en el encuentro, Imanol detectó en el tramo final de la segunda parte que el reparto de emparejamientos no resultaba el más idóneo. Como hemos visto, Turrientes debía recorrer muchos metors hacia delante para acosar a Denis Suárez, y Marín en cambio se convertía prácticamente en tercer central al verse hundido por Comesaña. La reacción de Alguacil residió en colocar a Aritz con el propio Comesaña, a Jon Martín con Ayoze y a Turrientes de tercer central vigilando a Barry.
El propio Beñat Turrientes ya trasladaba recientemente, durante una entrevista concedida a NOTICIAS DE GIPUZKOA, que sufre mucho en ese rol de tercer central jugado muy habitualmente por el ausente Zubimendi. Imanol quiso apostar durante el descanso por perfiles más naturales y por eso prefirió cerrar atrás con Aritz, Jon Martín y Pacheco, devolviendo al beasaindarra a la medular. El modo en que llegó el 1-2, en una presión alta txuri-urdin, demuestra que la intención inicial del cambio no consistía en recular. Pero la ventaja en el marcador, los cambios del Villarreal (pasó a jugar con dos extremos puros) y el empuje amarillo terminaron introduciendo el partido en un contexto que no se ajustó a lo pretendido por el entrenador txuri-urdin con su retoque. Ahí tocó juntarse y defender el área de Remiro... algo que, por otra parte, la Real no hizo precisamente bien.