La Real Sociedad se ha ejercitado durante una hora en una Zubieta lleno a pesar de las limitaciones en las gradas, en los accesos y en los aparcamientos. Más de 500 aficionados, la mayoría familias al completo con los niños de vacaciones de Semana Santa muy entusiasmados, se han acercado hasta las instalaciones para dar calor a un equipo alicaído tras su última dura derrota ante el Mallorca.

Con puntualidad inglesa ha asomado por el túnel del gimnasio una plantilla realista encabezada por los dos capitanes Mikel Oyarzabal y Aritz Elustondo. El gran ausente ha sido Ander Barrenetxea, que no ha saltado al campo tras el esguince de tobillo que arrastra y que le obligó a ser sustituido en el descanso del choque entre los insulares. Mientras que han seguido sin aparecer Zubeldia, Aguerd, Zakharyan, Odriozola y Becker. Todos ellos se han ejercitado al margen dentro de las instalaciones. El lateral donostiarra se ha dejado ver en el verde, pero todavía le queda para reincorporarse de nuevo al grupo.

Esta vez Imanol no ha subido a nadie del Sanse, aunque los martes suelen ser su día de descanso y jugaron el domingo ante el Andorra.

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Fiesta en Zubieta con entrenamiento de la Real a puerta abierta Ruben Plaza

El susto de la jornada lo ha protagonizado Take Kubo, al tener que retirarse a los 40 minutos. Pero lo hizo andando y sin aparentes signos de molestias, por lo que ha sido una medida de precaución. Al abandonar la sesión ha sido el primero en dar el pistoletazo de salida a los autógrafos y se ha pasado más de media hora haciendo felices a los más jóvenes al cruzarse toda la banda para que no quedara ninguno sin su firma o sin su fotografía. Con un guardia de seguridad a su lado ayudándole para ir recogiendo las camisetas que le lanzaban y para devolvérsela con la dedicatoria. 

El balón fue el gran protagonista de una sesión que ha arrancado con los típicos ejercicios de calentamiento, con la novedad de que se pasan una pelota pequeña para ejercitar la coordinación. Después ya han pasado a partidos en un espacio muy reducido dos contra dos, con la figura de un par de comodines, Brais y Kubo (luego Oyarzabal sustituyó al gallego) en los que podían apoyarse al atacar. Fue curioso los espectaculares resbalones que han sufrido, entre ellos Óskarsson que casi ha volado. A destacar un paradón impresionante de Unai Marrero que ha levantado la ovación de la grada y un gran gol de Turrientes que, una vez recuperado de sus molestias intestinales, se postula para reemplazar a Zubimendi.

Ante la atenta mirada de Roberto Olabe y Erik Bretos desde la azotea donde se encuentra sus despachos, Imanol ha trabajado el ataque a un equipo con línea defensiva en bloque bajo, con bastante poco acierto y solo un par de goles a destacar de Zubimendi y de Brais desde fuera del área.

Al acabar, Imanol se ha quedado corrigiendo detalles a Jon Martín, y todos los realistas han hecho las delicias de los presentes. El técnico y Sucic han vuelto a recibir el cariño de su parroquia entre la que se ha colado un niño pequeño que no paraba de gritar “Aritz” para que Elustondo le hiciera caso. Cuál ha sido su sorpresa del central cuando se ha dado cuenta de que era su hijo Luken. En definitiva, un día en familia y una certeza: dejen que los niños se acerquen a la Real.