La Real Sociedad encajó este sábado en Anoeta una dolorosa derrota frente al Mallorca (0-2). El técnico de los baleares, Jagoba Arrasate, repitió el planteamiento con el que ya venciera a los txuri-urdin el pasado curso (0-1), dirigiendo aún a Osasuna, y la apuesta le dio buen resultado. Más allá de que el encuentro tuvo sus fases, el dibujo 5-3-2 del conjunto bermellón significó siempre un escollo difícil de salvar por parte blanquiazul.
La Real no inició mal el encuentro, aunque este dejó muy claro, desde un principio, que el Mallorca iba a significar un hueso duro de roer. Arrasate apostó por un 5-3-2 bastante agresivo en el que Samu Costa (pivote) saltaba a por Zubimendi y los centrales de los costados (Valjent en derecha y Copete en izquierda) hacían lo propio con Marín y Sucic respectivamente. Además, resultó especialmente importante el trabajo defensivo de los interiores Antonio Sánchez y Darder: toda vez que su equipo invitaba a la Real a iniciar por fuera a través de los laterales, eran ellos quienes debían salir a banda para incomodar uno a Aramburu o Aihen, y compensar el otro ese movimiento centrando la posición para vigilar a un centrocampista txuri-urdin. Veámosolo.
Resultó curioso comprobar cómo la idea del Mallorca este sábado en Anoeta fue la misma, o muy similar, a la de Osasuna el pasado curso en el coliseo donostiarra, también con Jagoba Arrasate como entrenador. El técnico vizcaino repitió esquema y movimientos respecto a la victoria de los rojillos en febrero de 2024.
El error de Barrene
A la hora de intentar meter mano a un entramado como el descrito, los cambios de orientación para girar el juego y hallar al lateral libre podían significar una de las soluciones más interesantes. Y eso fue precisamente lo que intentó Ander Barrenetxea este sábado en la acción previa al 0-1. El donostiarra recibió el balón siendo consciente de que, en el otro lado del campo, Darder había dejado a Aramburu para echar una mano en la sala de máquinas, pero ejecutó muy mal el pase largo y esto propició el contragolpe del primer gol del partido.
La jugada puso el partido cuesta arriba para una Real que recibió luego el 0-2 tras ver vulnerado su presionante bloque alto. Los txuri-urdin se lanzaron a por el 5-3-2 del Mallorca con marcajes al hombre, pero en el segundo gol del encuentro fallaron dos circunstancias: primero (y especialmente), la vigilancia de Jon Martín a Dani Rodríguez, y luego la persecución de Sucic a Darder.
Tras el 0-2, el ejercicio de impotencia txuri-urdin dejó malas sensaciones generalizadas, posiblemente injustas con el momento actual del equipo... Al fin y al cabo, sucedió ante el Mallorca todo lo contrario que en la jornada anterior contra Las Palmas. Si una semana antes el primer acercamiento acabó en gol txuri-urdin, en esta ocasión el 1-0 se escapó por cuestión de milímetros (fuera de juego de Oyarzabal). Y si en Gran Canaria el primer regalo blanquiazul lo salvó Remiro ante Fabio Silva, esta vez sí fue aprovechado por Larin.