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La Real contra colistas en Anoeta: partidos que se atragantan

Tras empatar en Valladolid en septiembre, el cuadro txuri-urdin recibe el sábado a los pucelanos con un significativo historial casero ante últimos clasificados: costará lograr la victoria

La Real contra colistas en Anoeta: partidos que se atragantanRuben Plaza

Lo de no fiarse ante la visita del colista de turno es algo inherente a la afición de todos los equipos. Resulta lógico que el hincha no se fíe ante esos partidos que, sobre el papel, se dan por ganados de antemano. Y esa desconfianza, además, cobra especial fuerza cuando andan por medio equipos cuyos precedentes no son especialmente positivos. La Real Sociedad puede verse incluida en este último saco, ya que últimamente ha acumulado sustos y disgustos cuando han pasado por Anoeta colistas desahuciados. Sí, los txuri-urdin sacaron finalmente adelante algunos de los encuentros en cuestión. Pero las dificultades siempre vividas sirven como aviso a navegantes: no será sencillo vencer este próximo sábado (14.00 horas) al Valladolid.

Hace tiempo que los pucelanos ven la permanencia como una utopía. En el partido de la jornada 26 contra Las Palmas (1-1 en casa) perdieron quizás su última oportunidad de engancharse a la pelea, tras jugar más de medio partido contra diez futbolistas. Después, las derrotas ante Valencia (2-1) y Celta (0-1) les han dejado ya a once puntos de la salvación y con sólo 16 en su casillero particular. Con únicamente diez jornadas por delante, en la capital castellana se hacen ya a la idea de que el próximo curso el equipo estará en Segunda División, algo que en clave realista puede suponer un arma de doble filo: el Valladolid comparecerá en Anoeta sin la necesidad de los equipos que pelean por un objetivo concreto, una falta de tensión a priori negativa que sin embargo significa a menudo una muy positiva descompresión.

Veremos si los jugadores de Álvaro Rubio compiten definitivamente liberados en Donostia. Pero lo visto en su último encuentro frente al Celta apunta en cierto modo a que así será. En líneas generales, no merecieron perder, porque no fueron inferiores a los gallegos. Y además resultó especialmente revelador lo visto durante los minutos finales del encuentro, tras el gol visitante de penalti (0-1). El Valladolid se lanzó entonces al ataque y, convertido en un torbellino ofensivo, generó un buen puñado de oportunidades para al menos empatar la contienda. Fue un epílogo significativo sobre lo que le puede esperar a la Real, pues los jugadores pucelanos, más allá de la derrota, parecieron rebelarse con fútbol ante su muy mala situación.

Los jugadores de la Real celebran uno de sus dos goles al Elche, en marzo de 2023 en Anoeta.

En alerta

En cualquier caso, si el equipo de Imanol saltará avisado al césped este próximo sábado no será únicamente por lo que viene haciendo su rival, sino también por el histórico reciente de Anoeta en este tipo de encuentros. Con el entrenador oriotarra a los mandos, el estadio donostiarra ha albergado hasta cuatro encuentros de características muy similares al del fin de semana, y la Real nunca ha conseguido en ellos triunfos desahogados. El precedente más cercano, hace menos de un año, nos sitúa en un inesperado 2-2 contra el Almería que entonces dirigía Pepe Mel, y que ya entonces se encontraba condenado al descenso. Pese a su situación, los andaluces privaron al cuadro guipuzcoano de dos importantes puntos (empate 2-2), algo que en enero de 2019, con el propio Alguacil recién llegado al cargo, ya hizo la Sociedad Deportiva Huesca (0-0).

Ni siquiera los triunfos, que los ha habido, auguran una tarde tranquila contra el Valladolid. En 2020, en las circunstancias mencionadas, costó mucho doblegar en Anoeta a un condenado Espanyol: se adelantaron los pericos, para que luego Willian José e Isak (este en el tramo final) dieran al equipo su primera victoria tras el parón por la pandemia. Y en 2023, de camino a la cuarta plaza que dio acceso a la Champions, el descolgadísimo Elche plantó cara en Donostia a una Real que no pudo marcar hasta la segunda mitad. El partido acabó 2-0, pero no resultó plácido porque la sentencia, con gol de Ander Barrenetxea, llegó durante los minutos de descuento.