La Real Sociedad dio este jueves un importante paso en su camino hacia los octavos de final de la Europa League, tras ganar 1-2 en el campo del Midtjylland. El conjunto txuri-urdin controló mucho mejor el juego directo de los daneses después del descanso, una vez ingresó al terreno de juego Martin Zubimendi. Antes, Jon Ander Olasagasti no estaba completando ni mucho menos un mal encuentro como pivote, pero el equipo agradeció contar en la segunda mitad con un perfil más específico para la demarcación. Analicémoslo.

Alineaciones iniciales de Midtjylland y Real, con ambas equipos partiendo de un mismo esquema de base, sus respectivamente habituales 4-3-3.

La Real saltó al campo siendo muy consciente de que le aguardaba un partido distinto, debido al precario estado del césped. Enfrente estaba, además, un rival que acostumbra a mostrarse súper directo a la hora de atacar, utilizando un movimiento estándar para ganar metros e ir hundiendo a sus adversarios en campo propio. Cuando los defensas de este Midtjylland tienen tiempo y espacio para lanzar balones largos, lo hacen casi siempre buscando las carreras hacia la banda de sus dinámicos interiores.

Esta es una de las pocas acciones de este jueves en las que los defensas del Midtjylland (el lateral derecho Andersson) tuvieron tiempo para lanzar en largo hacia delante. Por delante del propio Andersson, el extremo Osorio pierde altura y el interior Castillo aprovecha este movimiento para trazar un desmarque diagonal hacia fuera.

Brais y Óskarsson, muy agresivos

Para evitar que una sucesión de acciones como esta última le hundieran en su campo, la Real salió con el chip de mostrarse muy intensa en la presión. A la hora de apretar, dibujaba un 4-4-2 de medular en rombo y en cuya primera línea se ubicaban Brais y Óskarsson, sumamente agresivos a la hora de acosar a los centrales del Midtjylland. Estos no podían recibir y levantar la cabeza, viéndose obligados a retrasar el balón al portero. Los envíos posteriores del guardameta resultaban ya más frontales, largos, y los de Imanol los defendían con la zaga a la altura de la línea divisoria, muy lejos de Marrero.

Óskarsson y Brais presionan de forma agresiva a los centrales Diao y Bech. No contemporizan en absoluto, y van a por ellos para impedir que golpeen en largo desde su ubicación. Los defensas del Midtjylland ceden constantemente a su portero para que lance envíos directos y frontales.

La Real, así, se encontró de forma constante con este tipo de panorama: balón largo del portero del Midtjylland que toca defender en uno contra uno en la última línea, al ganar metros el interior Castillo (en esta imagen en concreto ha alternado su plaza con Osorio) y ubicarse a la altura del delantero Buksa. Por delante de la zaga, Olasagasti se encarga de la marca de Sorensen.

Durante la primera parte, la Real tuvo dos problemas a la hora de defender los balones largos y frontales del portero del Midtjylland. Para empezar, Olasagasti, de actuación buena en líneas generales, sufrió con esa marca de Sorensen, perdiendo algún duelo aéreo con el interior danés. Y además la ubicación de Marín en la presión era muchas veces innecesariamente alta. El riojano acompañaba a Óskarsson y Brais yendo muy arriba a por el pivote rival, Dani Silva, pero lo cierto es que el Midtjylland no intentaba combinar con el portugués. Los envíos aéreos del portero local pasaban por encima de Marín, quien, al estar muy adelantado, no llegaba luego tras girarse a la zona de las caídas y de los rechaces.

Se da de nuevo ese cuatro contra cuatro de atacantes del Midtjylland contra defensores de la Real. Olasagasti pierde el duelo ante Sorensen y Marín, muy lejos del donostiarra (distancia blanca) ni siquiera puede pelear por el balón muerto que se va a llevar Castillo.

Cambios al descanso

Imanol corrigió ambas circunstancias durante el descanso, pasando la Real a sufrir mucho menos durante la segunda mitad. La entrada al campo de Zubimendi por Olasagasti aportó al equipo un perfil de pivote más fuerte en los duelos, a la hora de ejercer de pantalla por delante de la zaga, y permitió incluso cerrar con cinco defensas en determinadas fases del encuentro, al incrustarse el propio Martin entre centrales. Además, la distancia entre el mediocentro y Marín pasó a reducirse, con lo que el riojano (y otros compañeros de segunda línea de presión como Kubo) pudieron recoger varios balones sin dueño en la zona de la mediapunta danesa.

Tercer minuto de la segunda parte: Zubimendi gana este duelo con Sorensen, ejerciendo de pantalla por delante de la zaga. Además, Marín se encuentra ya mucho más cerca que en la primera mitad para recoger el rechace. La presión previa del riojano al pivote local no ha sido tan agresiva, ya que el Midtjylland renuncia a combinar por dentro.

El prefil más defensivo de Zubimendi respecto a Olasgasti permite a la Real contar también con un pivote que persigue, incrustándose en la defensa, los desmarques profundos de su par. Marín corre hacia atrás a la zona de rechaces, a la que también cae Take Kubo: con la presión de Brais y Óskarsson, que fuerza el pase atrás de los centrales, ya es suficiente arriba.

El Midtjylland aprieta y, aunque generando siempre menos peligro que en la primera parte, también tiene sus momentos. Cuando empuja a la Real hacia atrás, los txuri-urdin pasan a esperar con línea de cinco gracias al carácter multiusos de Zubimendi, quien se convierte entonces en tercer central.

Por todo lo explicado, y por cómo cambió el panorama el ingreso al campo de un Zubimendi que no tiene sustituto en la plantilla, sorprendió esa amarilla final que impedirá al donostiarra jugar el encuentro de vuelta. Sin embargo, la decisión adoptaba en este último sentido se entiende perfectamente desde dos perspectivas. La primera dice que el partido de Anoeta transcurrirá por derroteros muy distintos, por la localía de la Real y gracias a un césped en mejores condiciones. La segunda, mientras, apunta a que en este caso los riesgos corridos son sinónimo de ambición: el equipo quiere afrontar con su pivote titular limpio de tarjetas esos hipotéticos octavos de final contra Manchester United o Tottenham.