El tema de la evolución del delantero centro es tan viejo como el fútbol mismo. Hasta en los tiempos de Di Stéfano ya se discutía sobre el progreso del 9, dorsal con el que jugaba el argentino aunque, según mi padre, abarcaba mucho campo. Este siempre decía que por muy buenos que hayan sido las estrellas que le sucedieron, La Saeta Rubia podía sentarse en su mesa sin ninguna discusión. “Fue la revelación”, reconocía Luis Suárez, el único español que había ganado un balón de oro hasta que se lo han dado este año a Rodri. Cuentan que cuando aterrizó en Madrid, y a pesar de que hoy cueste creerlo, Di Stéfano se quedó perplejo con el nivel y juego de los españoles: “Su gran problema es la pelota”.

Como nunca tuvo pelos en la lengua, en una entrevista en su país por aquel entonces lo dejó muy claro: “Todo el mundo reventaba la pelota. Los volantes la recibían con el pecho y en vez de matarla la rebotaban. Entonces ya no la tenían dominada, porque se les había ido a zona de disputa. Y allá iba el zapatazo: alto, fuerte y lejos”.

El madridista cambió el fútbol porque se recicló y no quiso hacer caso a los consejos que le invitaban a mantenerse en punta, ya que en la Liga, “los mejores jugadores son los que salen en las fotografías de los periódicos celebrando los goles”. Alfredo fue el origen del concepto todocampista, que muchos creían que se refería a hacer de todo y todo bien, pero cuyo verdadero significado es que elegía un puesto en cada jugada para hacerla mejor.

Oyarzabal, el 9 de la Real

Hablemos de delanteros centro tratando de mencionar lo mínimo posible a Oyarzabal, el 9 de la Real, proclamado por Aperribay y por Imanol, y confirmado por la autoridad de la meritocracia. Es el mejor delantero del equipo, el jugador más importante de la plantilla, aclamado por Anoeta como se comprobó ante el Rayo salvo por la deliberada resistencia de algún sector , y su titularidad no se discutiría en ningún lugar del mundo. Un delantero que, como Di Stéfano, tiene mucha más relación con el juego que con el gol.

Después de que Loren se estrellara una y otra vez contra una pared cuando salió al mercado para reforzar la delantera hasta que dio en la diana con Willian José, el debate está abierto sobre si Olabe tiene buen ojo para los 9. Lo primero que subyace de todos estos movimientos es que, tal y como está la oferta y la demanda, nunca es fácil apuntalar esa demarcación para un club como la Real. El mayor acierto del alavés desde que tiene las llaves del proyecto deportivo de la Real fue, sin lugar a dudas, la contratación de Isak por una cantidad cercana a los diez millones de euros.

Su temporada en el Newcastle está siendo histórica. El sueco no para de meter goles con la camiseta del Newcastle con la que ha logrado anotar 15 tantos en 19 partidos. Actualmente es el tercer máximo realizador del campeonato, solo superado por dos bestias como Salah y Halland. Palabras mayores que, al menos a algunos que nunca dudaron de él, no nos sorprenden demasiado.

Me hace gracia, porque ahora es cuando adquiere más relevancia mi lamentable última entrevista que le hice, en plena crisis del gol, en el que se agarró un mosqueo de tres pares porque le hice varias preguntas sobre su acuciante sequía. No, si prefiere giro la entrevista en torno a la reproducción de los saltamontes en Suecia…

Isak era buenísimo. Con verle correr con la pelota por primera vez, con esa zancada, esa velocidad y esa capacidad para llegar y definir, era suficiente para comprobar el pepino (como dice Aritz) que habíamos incorporado. Pero es extraño, porque, aunque se nos haya olvidado, no deja de ser curioso que, pese a que se fue de la concentración de un partido previo a vida o muerte como era la eliminatoria de Copa ante el Espanyol, luego fue clave en las semifinales ante el Mirandés y, de haberse disputado la final de Copa para siempre en la fecha señalada y dado el estilo del Athletic, todo invitaba a pensar que jugarían Willian José y diez más.

ADN txuri-urdin

Hace unos días me refería al ADN txuri-urdin. Está claro que la Real lleva años abducida por el tiki taka del Barcelona y de la selección. Y, si se recuerda, a los culés no les valía ni Ibrahimovic y en la selección tildaban hasta de paquete a Fernando Torres. El que acabó triunfando fue Villa, que se movía por todo el flanco de ataque. Es decir, un ariete que no era un punta específico y que tampoco era 9 un falso. ¿Les suena la historia?

En un mercado esquilmado y controlado por los tentáculos de los más grandes, no todas las veces que salgas al mercado vas a poder dar en la diana con las limitaciones económicas de la chequera de Aperribay, pero Olabe volvió atinar con Sorloth. Su acierto acabó convirtiéndose en su mayor error, al no cerrar su fichaje por mucho que, como es lógico, quisiera ser uno de los que más cobrara por el simple hecho de que había sido el máximo anotador la anterior campaña que nos llevó a la Champions. A partir de ahí, demasiados palos de ciego sin aparente criterio.

Imagino que como Kovacevic en su sofá, yo me sigo tirando de los pelos cuando veo que ninguno de los estiletes blanquiazules ataca el primer palo. Y no hace falta ser un 9 específico para hacerlo, sino tener olfato y colmillo retorcido, tal y como demostró Griezmann hace pocas semanas cuando le anularon un tanto por rematar sin querer con el brazo por aparecer como un tiburón en el primer poste.

Óskarsson

No es una cuestión de que lo vean unos u otros, la realidad es que el aclamado por el mismo sector que no aplaude ni vitorea a Oyarzabal, Óskarsson está muy verde aún para Imanol. Pero a mí me llama mucho la atención que, cuando tocamos el cielo, contábamos en la plantilla con dos puntas de perfil muy distintos como Isak y Willian José y en la variedad estaba la virtud. Un calendario de locos apremia, a nadie se le escapa que van a venir curvas, que aparecerán las malditas lesiones, y que sin Sadiq, al que todos le deseamos lo mejor porque ha sido cambiarse de camiseta y, con sus achaques aún, volver a parecer un futbolista profesional, la plantilla necesita un refuerzo ofensivo. Este es un caso tan grave e importante, como que el equipo ha marcado 17 goles en 19 jornadas de la primera vuelta, por lo que resulta mejor prevenir que lamentar. No es un lateral, se trata de una misión vital. Cuando se marchó Isak y aterrizó el nigeriano, en la plantilla estaban Carlos y Sorloth. Tres delanteros y Oyarzabal que, en caso de que uno de ellos cambie el panorama y las expectativas realizadoras, regresará a la banda como suele hacer en la selección sin que le pase nada a nadie. Esta Real no para de crecer y defiende como un bloque de cemento de hormigón, pero me temo que si queremos soñar con la gloria vamos a necesitar más gol. Ya estamos en San Sebastián. Quedan días. Pero todos queremos más. ¡A por ellos!