Unos tanta y otros tan poca. Tampoco hacía falta que se dieran tanta prisa. No llevamos más que dos semanas de competición y ya hemos recordado todos que la liga española es un auténtico desastre.

Real Madrid-Barcelona

Gobernada por un pirómano que, mientras todo funciona mal o peor que en otros países, solo se centra en explotar la gallina de los huevos de oro que impera con la dictadura de la rivalidad Real Madrid-Barcelona y que trata de mantener encendida y mínimamente equilibrada cueste lo que cueste. No le importa hacer o que se hagan trampas, algunas de ellas descaradas y sonrojantes.

El fin justifica los medios. Lo decía al término del espectacular Villarreal-Celta Dani Parejo: “Los cinco cambios hoy en día son muy importantes. Más aún en un inicio de temporada en el que hemos jugado en siete días tres partidos y en doce vamos a jugar cuatro. Y eso solo en el comienzo, con estas temperaturas de tanto calor. Creo que es una locura”.

Los jugadores de la Real ejercitándose antes del encuentro ante el Alavés Real Sociedad

En resumen: equipos compitiendo sin apenas descanso cuando aún no están preparados, el mercado abierto mientras se compite, lo cual es una injusticia inadmisible para los equipos menos pudientes, partidos que se juegan en Madrid a las 17.00 horas con el peligro de que, no solo a los jugadores, a cualquiera le pueda dar un mal y luego lo de siempre, el concepto de que en el norte como es norte, pues aquí el lumbreras y sus secuaces se creen que no hace nunca calor. Ni que fuese Oslo…

¿Fichajes?

Pero me quiero centrar en el tema del calendario de fichajes, que en realidad es un problema común, porque en los demás campeonatos desgraciadamente también sucede y debería ser la UEFA la que pusiera coto al tema. La explicación a que no es justo resulta sencilla, ya que el club con mayor músculo financiero siempre tiene la posibilidad de hacer saltar por los aires la bolsa en el hipotético caso de que su equipo arranque mal el curso. Además, porque aquí en estas cuestiones impera el egoísmo del cada palo aguante su vela y del sálvese quien pueda, sin ningún miramiento ni pudor por esquilmar al pequeño. “Písalo”, que diría aquel.

Clausulas

Ahí están los casos de Samu Omorodion, que, siendo la joya de la cantera del Granada, debutó en el Metropolitano en la primera jornada del pasado curso, se marcó un partidazo con gol incluido y, como premio, el Atlético pagó su cláusula y lo cedió al Alavés, un rival directo para salvarse de un descenso que no evitaron los nazaríes. O sin irnos tan lejos, el nuevo rico Newcastle se llevó a nuestro Isak por una millonada solo unas horas después de que anotara su último gol con la txuri-urdin en el accidentado estreno de aquella Liga ante el Barcelona.

En tiempos de penuria, cuando resuenan a la vuelta de la esquina los truenos de la tormenta que se puede desencadenar si disminuyen los millones de las televisiones, los clubes hacen encaje de bolillos en sus cuentas para tratar de cerrar su plantilla sin sobrepasar sus limitaciones. ¿Todos? ¡No! Una aldea poblada por cada vez más millonarios vascos resiste, todavía y como siempre, al invasor. Después de ingresar 70 millones de euros con dos ventas (sin contar variables) y haberse gastado unos 25 millones, la Real se presenta a las últimas horas de mercado sin los deberes hechos. Lo siento mucho pero esto no es vivir al límite como nos vendió en su última rueda de prensa Aperribay ni, mucho menos, que el dinero está en el verde. Y esto es una cuestión estadística irrebatible. Bueno, al límite sí es, pero de tiempo, no de dinero.

Los deberes no están hechos

Yo hace mucho que me he perdido en este verano y no entiendo nada. Como vengo repitiendo, me parece una exageración y una auténtica temeridad que la Real siga sin reforzar con una inversión potente y segura la posición del 9.

Sinceramente, no me entra en la cabeza y no me cuadra con la gestión tanto financiera como económica tan responsable que siempre ha acreditado esta dirección deportiva. La supuesta recapitulación de la situación actual es que, como dice el presidente, la Real tiene tres delanteros centro y mientras sea así no va a venir un cuarto, pero la única realidad es que Imanol solo cuenta con uno, porque no utiliza a los otros dos. Vamos a intentar llamar a las cosas por su nombre, porque además Oyarzabal puede jugar de todo, pero nunca ha sido un 9. Y a estas alturas no nos van a convencer de ello, porque tampoco nos vamos a creer todo lo que nos cuentan. Que ya nos meten demasiadas medias verdades y mentiras dobladas.

Varias incógnitas

Después del desastre de los puntas del año pasado (sí, desastre absoluto que nos impidió ganar una Copa y aspirar a entrar en Champions), para mí no es de recibo seguir justificando que no haya habido incorporaciones porque no han podido dar salida a Sadiq y Carlos. Y no me vale con la visión de los conformistas y exageradamente optimistas que vieron brotes verdes en la reaparición del nigeriano en Cornellà cuando lo único que tenía que hacer, que era empujar en el área pequeña el perfecto centro de Becker, no lo hizo. O lo que es lo mismo, no ejerció de 9, que es lo que este equipo necesita. De verdad, ¿a qué esperan? ¿Acaso tienen que activar una palanca o no es oro todo lo que reluce y la situación económica no es tan boyante como nos venden? ¿Qué cachondeo se traen con este absurdo cruce de declaraciones sobre el porcentaje de minutos que ha jugado uno u otro cuando lo realmente importante es que no marcan ni al arcoíris? ¿No se dan cuenta del estado de nerviosismo y preocupación que se palpa entre su afición? Llegados a este punto y a pesar de las abismales diferencias en los perfiles de los candidatos, puedo estar de acuerdo con la apuesta por un joven, pero queremos certezas, no proyectos de futbolistas.

Presente y futuro, si se puede, a corto y largo plazo. No nos vale cualquiera. Para formar ya teníamos a nuestro Karrikaburu. No olvidemos que ahí fuera, en la selva, hay rivales directos, como el Villarreal, que disponen arriba de un arsenal formado por Gerard Moreno, Pepe, Ayoce, Danjuma y el tal Barry, casi nada. Como dice el chiste, ¿a qué venimos esta campaña, a por setas o a por Rolex? A ver si va a ser verdad que nos estamos preparando para un año no tan bueno. Se acaba el tiempo. Un poquito de por favor… ¡A por ellos! l