Vuelve la Liga. La Real Sociedad recibirá al Almería este domingo en Anoeta (21.00 horas), un duelo que significará únicamente para los txuri-urdin el tercer compromiso en un mes. Se midieron al Cádiz el 15 de marzo (2-0), visitaron al Deportivo Alavés (0-1) el día 31 del mismo mes, y dentro de un calendario tan extraño retomarán la competición enfrentándose al actual colista de la Liga. El cuadro andaluz aterriza en Donostia con un bagaje desolador de trece puntos sumados sobre 90 posibles y una sola victoria en el casillero de triunfos, circunstancias que bien podrían convertir el encuentro de mañana en un partido trampa. Lo cierto es que, durante su historia reciente, la Real ha sabido solventar ante su público este tipo de situaciones. También cabe subrayar, sin embargo, que el equipo no ha solido conseguirlo con holgura, y sí con ciertas dosis de sufrimiento.

Al fin y al cabo, el ejemplo más cercano en el tiempo nos remonta a hace apenas un año, cuando el Elche llegó a Anoeta en la 26ª jornada y ubicado a trece puntos de la zona de salvación. Ante una escuadra prácticamente desahuciada, la Real que se clasificaría para jugar la Champions League se fue al descanso con 0-0 en el marcador, hizo el primer gol justo tras la reanudación por mediación de Kubo y no pudo sentenciar hasta el minuto 89, cuando Ander Barrenetxea aportó la tranquilidad definitiva. Las últimas campañas blanquiazules presentan varios precedentes similares, existiendo uno, en la temporada del ascenso (2009-10), que significó perder puntos preciosos por el camino: entonces, un Castellón dirigido por Asier Garitano arrancó de Donostia un doloroso empate en plena recta final del campeonato (0-0).

Tocando fondo

Murcia, Racing, Córdoba... Son varios los equipos que han pasado por Anoeta penando en el pozo de la tabla, pero quizás el caso más característico, por lo que implicó en clave txuri-urdin, fuera el del Sevilla Atlético en la temporada 2008-09. El filial hispalense descendió aquel año de Segunda a Segunda B, quedándose sin opciones de permanencia ya en el ecuador liguero. Así, en la 27ª jornada, visitó Donostia como descolgado colista (a 18 puntos de la salvación) y con una única victoria en su haber, precisamente la que había logrado contra la Real en la primera vuelta. El cuadro blanquiazul, en la campaña que le supuso tocar fondo durante la era moderna (terminó sexto y sin opciones en la categoría de plata) sufrió horrores para doblegar al segundo equipo sevillista, gracias a una diana de Mikel Aranburu en el minuto 82.

Las cosas, obviamente, han cambiado mucho desde entonces, hasta el punto de que el momento de la Real, a nivel de proyecto y también en lo estrictamente deportivo, no resulta comparable con aquel. Dentro de sus lógicos altibajos, la Real resulta ahora mucho más fiable. De hecho, una de las claves de sus cuatro billetes europeos consecutivos (busca ahora el quinto) reside en la fiabilidad mostrada en Anoeta contra los rivales ubicados en la zona media-baja de la tabla. En lo referido únicamente a este curso, eso sí, toca comenzar a revertir una estadística liguera que habla de solo seis victorias en catorce partidos... Aún deben pasar por el estadio donostiarra el propio Almería, el Real Madrid, Las Palmas, el Valencia y el Atlético de Madrid.

La trayectoria del equipo, con tres victorias consecutivas tras caer en Copa y Champions, invita al optimismo. También lo hacen las noticias que llegan desde la enfermería, principalmente en lo que respecta a la situación de Take Kubo. El atacante nipón no se había entrenado con el grupo durante todo este último parón, aquejado de las molestias musculares que obligaron a sustituirle en Mendizorrotza. Sin embargo, este viernes sí se ejercitó junto a sus compañeros y se encuentra disponible. Integran así la lista de bajas para mañana los lesionados Carlos Fernández (completó este viernes la sesión dentro de su proceso de puesta a punto), Brais Méndez y Aihen Muñoz.