Rotundo, convincente y monosilábico. Si la semana que viene la Real forzara la prórroga y Mikel Oyarzabal tuviera que tirar un penalti, ¿lo tiraría? “Sí”. El ‘10’ realista fue uno de los hombres que compareció en la zona mixta de Anoeta tras caer contra el Mallorca y lo hizo dolido, pero de una pieza: “Una pena por nosotros, por la gente que nos ha apoyado desde el minuto uno hasta el final, pero hay que seguir adelante”.
Oyarzabal es el capitán y por eso tiene uno de los discursos públicos más templados del vestuario. Quizá porque tiene uno de los discursos públicos más templados del vestuario es el capitán, y como en Córdoba al caer en las semifinales de la Supercopa ante el Barcelona (1-1) en la tanda de penaltis, anoche salió a dar la cara y a asumir la responsabilidad: “Me siento responsable de lo que ha pasado porque he fallado el penalti, pero esto es así”.
Relativizar una derrota como la de anoche no le quitar un ápice de dolor, pero sí la ajusta en su contexto. Oyarzabal intentó hacerlo con la mirada puesta en el futuro. “Yo he decidido tirarlo, tenía claro y ya está. Estoy triste, y me va a costar hoy darle la vuelta y pegar ojo, pero son cosas del fútbol”.
“Esto es así y por eso nos gusta tanto, por eso hay tanta gente que le gusta el fútbol, que nos sigue, que ha venido a Anoeta hoy… Es una putada, es así, hoy me ha tocado a mí, pero si tengo que tirar mañana otra vez en otra tanda, lo volvería a tirar”, aseguró Oyarzabal a los periodistas, a quienes insistió en que sabía qué lanzamiento haría: “Tenía decidido que lo iba a tirar así, no me ha salido bien, pero… mala suerte. Intentar darle la vuelta cuanto antes y adelante”.
¿Qué le faltó a la Real?
Una noche más quedó en evidencia qué le faltó a la Real para superar a un rival. Como pasó en la ida, como pasó contra el Villarreal, como ha sucedido otras noches de esta temporada. El capitán txuri-urdin coincide con el diagnóstico general: “Acertar, que es lo más difícil y lo que más cuesta. Tanto hoy como en la ida hemos llegado a situaciones de tres cuartos y nos ha faltado ese remate, que vaya medio metro más a la izquierda o al a derecha para que entre”.
Una respuesta que volvió a rematar con futuro, donde el equipo aún se juega la difícil vuelta de los octavos de final de la Champions contra el PSG y la no menos sencilla pelea por la vuelta a Europa: “Está claro que nadie está contento, la afición tampoco, pero intentaremos darle la vuelta a la situación, darle más alegrías a la gente aquí y que esta decepción se quede aquí”.
Por eso, con la vista puesta en lo que viene, una idea a la que Oyarzabal se agarró como aquella noche de Córdoba en la que tras 17 penaltis consecutivos marcados marró uno en la tanda de penaltis, el '10' tuvo un mensaje doble de agradecimiento y de petición a la afición: “Que sigan así, que cuando las cosas no nos salgan tan bien, no estemos tan finos o estemos cansados su apoyo se nota. Les necesitamos muchísimo de aquí a final de temporada y para los años que vienen, porque creo que todo el mundo está yendo para arriba: la afición, nosotros… Son necesarios para nosotros”.
La lesión, olvidada
Una nota muy positiva dejó su intervención, que pasa desapercibida en mitad de la desolación. Cuando le preguntaron sobre el estado de su rodilla, que tantos quebraderos de cabeza ha dado en las últimas semanas. “Bien, estoy bien; ahora mismo, (es un tema) olvidado”.