La Real Sociedad visita este miércoles (21.00 horas) al PSG, en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League. El cuadro galo estrena técnico esta temporada, Luis Enrique, y en su funcionamiento ya se aprecia la mano del preparador asturiano. A estas alturas, Imanol Alguacil y todo su staff tendrán sumamente estudiado a un rival cuyo engranaje vamos a desglosar de forma general mediante el siguiente análisis.

1- El dibujo del PSG

El fútbol moderno ha restado elevadas dosis de rigidez a los esquemas que utilizan los equipos, y el actual PSG supone un perfecto ejemplo en este sentido. Conforme se acerca el partido contra los txuri-urdin, todas las previas coinciden en disponer a los galos mediante un claro 4-3-3, algo que en cierto modo se corresponde con la realidad pero que apunta únicamente a un punto de partida. Sobre el verde, rara es la ocasión en la que puede verse a los de Luis Enrique así ordenados.

Momento puntual del partido a domicilio contra el Lens en el que pudo apreciarse al PSG dibujando su teórico 4-3-3. Eurosport

Sigamos con ese 4-3-3 como base inicial del análisis y reflejemos en él una posible alineación del PSG, este miércoles contra la Real. Atendiendo a los planes habituales de Luis Enrique y también al modo en que rotó a los suyos este pasado sábado contra el Lille, el asturiano podría apostar de inicio por Donarumma; Achraf, Marquinhos, Beraldo, Lucas; Ugarte, Zaire-Emery, Vitinha; Dembélé, Mbappé y Barcola. No pueden descartarse alternativas, como la referente al ingreso de Fabián, Asensio o Kang-in Lee en el trío medular para escorar a Zaire-Emery como falso lateral derecho (en detrimento de Achraf), o directamente para dejar en el banquillo a Ugarte.

Posible once del PSG, este miércoles en París contra la Real Sociedad. La pizarra del míster

En cualquier caso, más allá de nombres propios, para continuar con el estudio del adversario vamos a colocar a cada pieza la etiqueta de su demarcación. Así se facilita la comprensión de todos los movimientos de futbolistas, siempre dentro de ese 4-3-3 de base que suele saltar por los aires durante las dos fases principales del juego: la defensiva y la ofensiva.

El 4-3-3 de base que acostumbra a utilizar el PSG, con las demarcaciones especificadas. La pizarra del míster

2- La presión del PSG

Cuando el equipo de Luis Enrique se ve obligado a defender en campo propio, acostumbra a replegarse en 4-5-1 restando altura a sus extremos y dejando arriba a Mbappé. Sin embargo, esta opción no resulta del todo positiva cuando Dembélé, titular habitual, actúa en el ala diestra. No se trata de un jugador muy aplicado en las tareas de contención, y parece preferible eximirle de tener que perseguir hacia atrás al lateral izquierdo del adversario. Así, Luis Enrique apostó el sábado ante el Lille por diseñar un bloque medio-bajo en forma de 4-4-2 y en el que el propio Dembélé apretaba en paralelo con el delantero centro, corrigiendo su posición en banda uno de los interiores (Fabián). Cuando la Real logre hundir al PSG, es muy posible que los galos le esperen así.

Imagen del bloque medio-bajo del PSG este sábado contra el Lille, con las líneas azules marcando el 4-4-2 parisino y las flechas rojas mostrando los movimientos más significativos. Dembélé salta a primera altura y el interior (Fabián) corrige fuera. La pizarra del míster

"Si el PSG defiende replegado, es que el rival está siendo superior". La frase corresponde a Luis Enrique y fue pronunciada durante la rueda de prensa previa al último partido. Dichas palabras reflejan perfectamente el espíritu de un equipo que presiona arriba siempre que puede e independientemente del resultado que refleje el marcador. En este sentido, el 4-3-3 que suele dibujar la Real nos hace imaginar el modo en que los franceses se lanzarán a apretar este miércoles, pues el mencionado esquema txuri-urdin guarda similitudes con el empleado este sábado por el Lille en el Parque de los Príncipes. El conjunto parisino se emparejaría al hombre por todo el campo con los futbolistas blanquiazules, saltando a través de todo su sector derecho: extremo a central (a Le Normand), lateral a lateral (a Galán) y central diestro a extremo (a Barrene).

Simulación de un saque de portería desde la posición de Remiro, con las líneas azules marcando el teórico 4-3-3 del PSG y las flechas rojas los saltos a la presión desde el sector derecho. Como se aprecia, este funcionamiento depararía emparejamientos al hombre por todo el campo. La pizarra del míster

¿Qué hará la Real ante semejante panorama? Moverá piezas para tratar de generar superioridades. Pero, ante un rival que presiona así, será importante también contar con un recurso arriba para apostar por envíos directos cuando proceda. En este sentido, y vistas las circunstancias (Oyarzabal llega muy justo al partido), la apuesta por Sadiq como posible receptor del juego en largo tendría su sentido, por mucho que el nigeriano no se esté mostrando nada acertado ante el gol.

Réplica de la anterior imagen de pizarra, trasladada a ejemplo real correspondiente al partido del sábado contra el Lille. En azul, marcado el 4-3-3 de base del PSG. Las flechas rojas, mientras, muestran los saltos a la presión de todos los jugadores del sector derecho. Dentro, los tres centrocampistas se emparejan con los tres medios del rival. Eurosport

3- Los ataques del PSG

Hablar sobre el rival txuri-urdin en su faceta ofensiva exige comenzar haciéndolo respecto a la presión ya analizada y a las rápidas transiciones que el PSG es capaz de protagonizar tras robar el balón. El conjunto francés aprieta a sus adversarios para alejarles de la portería de Donarumma y para recuperar el esférico en posiciones lo más avanzadas posibles. A partir de ahí, la clarividencia de sus centrocampistas y las piernas de sus atacantes generan un cóctel perfecto para firmar contragolpes letales. El sábado contra el Lille, el conjunto de Luis Enrique empató de este modo el tempranero gol de los visitantes.

Instante previo al robo de balón mediante el que el PSG construyó este pasado sábado el momentáneo empate contra el Lille (victoria final por 3-1). Dembélé aprieta al central poseedor del balón (círculo azul) y Fabián acosa cerca al posible receptor. Eurosport

En cualquier caso, y más allá de lo explicado, la fase ofensiva del PSG se caracteriza también por momentos más pausados mediante los que, en cuanto se asienta en campo rival, el equipo pasa a dibujar un claro 3-4-3, metiendo al lateral derecho a posiciones interiores. Es esta una exigencia que Achraf, teórico titular, no domina tan bien como un Zaire-Emery que acostumbra también a ocupar la demarcación. A Luis Enrique le gusta, de hecho, situar ahí a un centrocampista, pues el rol que debe jugar el futbolista situado en el puesto es a menudo el de un medio más, el cuarto de la escuadra. De aquí nace la antes citada duda sobre la titularidad del propio Achraf...

Ataque posicional del PSG en 3-4-3 (marcado por las líneas azules), con el lateral derecho sumándose (flecha roja) a una especie de cuadrado interior. La pizarra del míster

El mencionado 3-4-3 ofensivo del PSG no es solo un recurso, se trata de una constante. Luis Enrique apuesta por él en todos los encuentros que disputa el conjunto parisino. Así, seguro que Imanol Alguacil y el resto del cuerpo técnico tienen preparada alguna disposición relativamente especial para ajustarse ante semejante panorama. El partido del pasado día 3 en Girona, ante un rival que ejecutaba movimientos similares a los del propio PSG, puede servir como pista: si el oriotarra repitiera plan, correspondería a Traoré centrarse y ganar metros para emparejarse con un interior rival, con Zubeldia escorándose para cubrir al extremo. Sin embargo, hay que destacar que, en el inicio de sus ofensivas y ante presiones altas del rival (saques de puerta, faltas cercanas a área propia, fueras de juego...), el PSG suele mantener la zaga de cuatro (como veremos más adelante).

Réplica de la anterior imagen de pizarra, ahora en formato de captura de pantalla (partido del sábado contra el Lille). Las líneas azules marcan el 3-4-3 ofensivo del PSG. Y la flecha roja, el movimiento interior del lateral derecho (Mukiele en este caso). Eurosport

Cabe reseñar que, hablando como hablamos de un dibujo (3-4-3) bastante recurrente en el mundo del fútbol, el del PSG presenta la particularidad de que los extremos no suelen perder altura para pedir el balón y ejercer de carrileros. Dembélé y Barcola (titulares habituales) acostumbran a permanecer muy altos y abiertos en el campo, fijando a sus respectivos laterales. Así, si el conjunto de Luis Enrique exige una salida exterior en posiciones retrasadas, corresponde a los interiores escorarse para ofrecer soluciones por fuera a los defensas.

Simulación de un instante en el que el 3-4-3 del PSG (líneas azules) necesita salir por fuera desde atrás y elige a los interiores para ofrecer dicha solución (flechas rojas). La imagen muestra a ambos escorándose, pero no suelen hacerlo al mismo tiempo: corresponde al ubicado en el lado del balón aproximarse a la cal, mientras el otro se mantiene en la zona ancha. La pizarra del míster

La Real deberá tener en cuenta que a los futbolistas que se emparejen con los interiores rivales (sobre el papel Vitinha y Zaire-Emery) podría tocarles perseguir lejos de la zona ancha, hasta parcelas más exteriores. En cualquier caso, no suele ser el cuadro txuri-urdin un equipo al que le cueste aplicar a rajatabla las marcas inviduales, por mucho que estas generen movimientos a priori anti naturales.

Traslado a imagen real de la anterior imagen de pizarra. Corresponde al Lens-PSG de este pasado enero y muestra al interior derecho (Carlos Soler) cayendo a banda (flecha roja) para terminar ofreciendo una solución al central de ese costado (Marquinhos). Mientras, el interior izquierdo (Vitinha) también parece preparado para ejecutar el mismo movimiento si la jugada avanza por su sector. La pizarra del míster

¿Cómo presionaría la Real situaciones como esta última? El PSG mueve el balón atrás ante la presión alta del rival, y lo hace con el lateral derecho incorporado a la medular. Regresamos aquí al ejemplo txuri-urdin de Girona, para calibrar cómo podrían comportarse los de Imanol en este contexto.

La Real, obligada a incorporar a un cuarto hombre a la medular para igualar numéricamente al PSG, elegiría en este caso a su lateral derecho (Traoré) para ganar metros. Tampoco puede descartarse que dicha tarea correspondiera en París a Igor Zubeldia, quedando Traoré con el extremo izquierdo del adversario (Barcola). La pizarra del míster

Finalmente, el repaso al comportamiento del PSG con balón termina mediante los antes citados inicios ofensivos desde posiciones retrasadas (saques de puerta, faltas, fueras de juego...), un momento en el que, ante presiones altas como la que presumiblemente aplicará la Real en París, los galos sí suelen disponerse mediante ese 4-3-3 que luego desaparece en otras fases de los partidos.

Saque de falta desde posiciones retrasadas, este pasado sábado ante el Lille. El rival del PSG aplica una presión alta y los de Luis Enrique se ordenan en 4-3-3. Eurosport

Queda entonces la duda sobre cómo apretará la Real en esos momentos en los que Donarumma atrape el esférico, el PSG disponga de un saque de puerta o se produzca algún balón parado (falta o fuera de juego) cerca de la meta local. Atendiendo a los planes habituales de Imanol, caben dos opciones, siendo favorita (por más utilizada últimamente) la que implicaría dibujar un bloque alto en 4-4-2 con rombo medular.

Simulación de pizarra sobre el modo en que la Real presionaría los inicios de ataque del PSG con un 4-4-2 en rombo (líneas blancas). Las flechas rojas muestran el movimiento que este entramado exigiría a Barrene y Brais, encargados de salir a banda cuando el lateral de su costado recibiera el esférico. Ordenándose así, Imanol pemitiría mantener una zaga de cuatro para defender en superioridad a los tres atacantes rivales. La pizarra del míster

La otra posibilidad, más arriesgada, significaría calcar en la presión alta el ya explicado funcionamiento del PSG. En este caso, el salto de Kubo al central de su costado lo acompañaría Traoré emparejándose con el lateral izquierdo local, mientras Zubeldia tendría que corregir saliendo a banda a por el extremo diestro y dejando solo a Le Normand con Mbappé...

Simulación de pizarra de la opción que implicaría para la Real lanzarse a presionar al hombre al PSG. Las líneas blancas muestran la 'deformación' del 4-3-3 txuri-urdin mediante los saltos (flechas rojas) de todo su sector derecho: Kubo a central, Traoré a lateral y Zubeldia a extremo. La pizarra del míster

Aguarda en el Parque de los Príncipes un partido entre dos equipos con mucha personalidad cuyos planes, excepción hecha de algunos matices ya expuestos, parecen bastante claros. Solo queda ya disfrutar de un encuentro que la Real afronta con un mayor cuajo que su rival en lo colectivo, pero en el que las individualidades de un PSG al alza también en lo grupal parecen pesar más a la hora de decantar del lado galo la balanza del favoritismo. No en vano, desde que se celebrara el sorteo de los octavos de final el pasado 18 de diciembre, el conjunto de Luis Enrique ha sido capaz de hacer 30 goles en nueve partidos, por solo ocho dianas en once encuentros los de Imanol. Condiciona esta estadística el 0-9 que el conjunto parisino le endosó en la copa a un adversario de sexta división, pero el potencial atacante del contrinante blanquiazul está fuera de toda duda.