Alex Remiro ha madurado. Pocos se podían pensar que iba a tener tanto éxito y que se iba a adaptar de esa manera a la Real. El meta sueña en grande y elogia un proyecto en el que cree más que nadie.

201 partidos con la Real. No está mal.

Me siento muy bien. Cuando pienso en lo que he hecho hasta hoy, en cuanto a actuación, rendimiento, crecimiento, aporte al equipo y al club, mi adaptación, mi progreso… Todo lo que podido hacer, como feed back lo he hecho y quiero seguir haciéndolo. Siento que soy un privilegiado, sin duda, pero aunque no hubiera jugado bien en esos 201 partidos ya era un privilegiado por estar aquí y por poder vivir aquí y empaparme de todo esto. Era un poco lo que buscaba. El trato personal, la creencia en un proyecto… Para mí ese es el acierto más que alcanzar una cifra de partidos.

¿Sabía que llevaba 574 minutos sin encajar un gol en Liga?

Sí, ya lo vi. Lo hablé con la novia, porque lo tenía en mente. Siempre tengo el pique de a ver cuantas porterías a cero consigo y sabía que llevaba varios partidos seguidos sin encajar.

¡Es más de nueve horas y media! Y menos goles que Arconada en sus primeros 200 encuentros. 

Ese dato también lo vi, me llamó la atención. Yo creo que si Arconada jugaría hoy…

¡No me diga que sería su suplente!

No (risas). Sería titular seguro, yo igual jugaría de central. Con los pies ojo... No en serio, si jugase hoy igual llevaría 180 porterías a cero. 

Todo el club pensó ‘Se lo merece’ cuando le llamó la selección.

Yo hablé con el presidente, con Olabe y con Imanol y una de las cosas que me faltaban era poder vivir eso. Convertirme en el portero de la Real que por fin vuelve a la selección. Tanto a nivel de club como individual era uno de los objetivos. Obviamente no puedes poner el foco en eso porque no depende de mí, pero lo que tenía que hacer para lograrlo era estar centrado en mi trabajo, entrenar y jugar bien y si tenía que llegar ya lo haría. Por eso se alegraron tanto, porque veían que yo también quería y ellos consideraban que tenía el nivel y que incluso podía haber ido antes. Y por fin llegó. 

En el Athletic llegaron a coincidir en entrenamientos Unai Simón, Kepa y usted.

Sí, el verano en el que yo me quedé apartado y Unai salió cedido al Elche, entrenábamos los tres junto a Yago Herrerín. Era espectacular. Nosotros mismos nos veíamos todos los días y aunque estuviésemos entrenando muy bien nos parecía lo normal. El nivel era muy alto. Teníamos más o menos el mismo potencia: juego con el pie, paradas, porteros modernos, con mucho nombre en categorías inferiores,

“He mejorado todos los años”.

El primer año la acción va por delante de ti. El tiro, la parada, el pase… Va por delante. El segundo año ya hay acciones que estás tranquilo porque las controlas según que blocajes o salidas. Otras que te pilla, claro. El tercero te consolidas, empiezas a crecer, a sentirte mejor, a estar más tranquilo jugando y sintiéndote mejor. El cuarto es el que ya creces, te haces un nombre en el equipo, en la Liga.. Te muestras. Llamas a la puerta de la selección. Mi mejoría va un poco por ahí. Otro cuestión en la que he progresado mucho es a nivel de potencia muscular, de entrenamiento en el gimnasio con Iñigo y Alemán en el campo. Al final soy un portero largo, grande y no es lo mismo medir 1’92 y pesar 78 kilos que pesar lo que deberías que es 82 para arriba. Y sobre todo las extensiones en las impulsiones, los pasos laterales, las reubicaciones, la colocación, la agresividad y la explosividad. Eso es lo que me permite llegar y poder sacarla. Estar fuerte de core, de espaldas, de tronco y de piernas, de todo. Y en las disputas y en los choques también he mejorado. Me siento más fuerte y voy más sólido.

¿Qué le queda por mejorar?

El no pararme, seguir sintiéndome una pieza clave…

¿Le molesta que le digan que no sale bien?

El tema es que cuando ponéis una nota yo muchas veces puedo pensar que desde mi punto de vista para mí no era eso. Es la teoría de la relatividad, para mí es una cosa y para ti es otra. Muchas veces leo opiniones y pienso: No ha entendido nada (risas).

¿Qué llegó antes, el estilo de la Real o Remiro?

Olabe e Imanol ya estaban antes que yo. Yo llegué después porque cuadraba en su estilo y por el potencial. Yo llego después. Primero es Imanol, Olabe y el presidente y la idea de juego que tenían, y luego yo encajaba en ese perfil. 

Con el pie y para este estilo, Ter Stegen y Remiro. Y casi a la misma altura.

Bueno, yo creo que hay veces que decido mejor que él. Este es un debate que suelo tener con Jon Alemán también. Somos parecidos, él es mi gran referente, tenemos muchas superficies y clases de golpeo como con rosca, más plano, más llovido, por arriba o por abajo… Y luego el tema es decidir bien. Yo te puedo hacer un golpeo perfecto de 50 y 40 metros pero la clave es si era eso lo que tocaba para la jugada. A quién se la das, qué momento del partido es…

¿Cómo vio ese pase a Zubimendi en San Siro?

Para mí fue una jugada normal. Mi novia me comentó que era uno de los miniinfartos que le doy por partido. 

Pero el runrún lo oye…

Cuando lo oigo pienso: No están entendiendo cómo jugamos. Hay que atraer para generar espacios para que nuestros jugadores del centro del campo jueguen libres. 

Pero por ejemplo van a Bilbao y ellos quieren que lo hagan porque les muerden y normalmente no cambian. Y es jugarse una salida de balón o que les metan un gol.

La balanza es peor que mejor. Si entrenas así todos los días para jugar así...A ver, no somos kamikazes. Jugamos cuando hay espacio para jugar, nos vienen pares, lo que hacemos es buscar el hombre libre, el tercer hombre o segunda altura. Si se puede jugar, se juega… Si no, no, de hecho en este derbi que yo no estuve la idea del míster fue minimizar ese riesgo. Empezar a jugar en caídas y no iniciar desde abajo en corto en nuestra área… Ha habido partidos que hemos hecho eso, contra el Celta el campo estaba fatal los dos partidos. En el primero aguantamos como pudimos, intentamos salir de atrás, lo hicimos de maravilla… En el segundo no se propuso ni una porque no correspondía.

¿Si tuviera que venderse en LinkedIn cómo lo haría?

Lo primero que diría es que soy un buen tío en el vestuario, que eso es importante hoy en día por el ambiente en el grupo. Buen tío en el vestuario, portero bueno en el uno contra uno, con el pie y que domina el área, atrevido y regular.

“Creo que soy buen tío en el vestuario y un buen portero en el uno contra uno, con el pie y que domina el área; atrevido y regular”

Se sobrexcita cuando juega contra el Athletic. Hasta le acusan de borrarse... 

Evidentemente no fallé contra el Alavés porque teníamos el derbi después… Cada partido tiene un valor, sentimental o emocional en una escala de 1 a 10 obviamente es un partido especial para todos, para mí más… Yo lo que intento es afrontarlo y enfocarlo en una forma positiva hacia mí, hacia mi motivación, hacia tratar de callar esos pitidos, insultos, demostrar como todos los partidos. Es verdad que tiene un componente emocional por mi pasado pero no considero que sea para mal. Eso está ahí.

¿Le resulta desagradable lo mal que le recibe San Mamés?

Desagradable, no. No deberíamos de naturalizarlo pero está ahí. Yo sé de dónde venimos y quién soy, y estoy tranquilo con la gente que estoy, pasó… A mí me importa la gente que quiero y que me aprecia y que yo aprecio. Por ese lado estoy tranquilo. Por cerrar la pregunta, todos los partidos tienen un componente emocional, este un poco más, es más bonito, más ilusionante de ganarlo y al final nos movemos en ese riesgo los porteros.

Se le ve muy maduro.

Yo he mejorado en todo, en madurez tengo un puntito más. En ver las cosas de otro modo, me siento participe de lo que hago viendo el equipo, viendo cómo crecen, cómo entrenan, quedándome al margen y viendo desde fuera todo, valorando y apreciando lo que están haciendo, me siento un privilegiado del día a día. Y esa pizca de mentalidad me ayuda en ir más fluido en este barco.

Dicen que los porteros están locos y usted se centrado mucho en la salud mental.

Yo en este tema decidí en hablar, exponer y opinar porque llegué a punto de madurez que me sentía cómodo y porque he vivido una mejoría trabajándolo y dándole importancia en mi día a día y en mi preparación de partido. Cuando empecé a trabajar con mi psicóloga, era un niñato, tenía los objetivos no ubicados, culpaba a la gente de todo. Con el trabajo el ubicarte, saber lo que quieres, dónde está lo que está en tus manos, lo que puedes hacer te lleva a madurar, a darte cuenta de las cosas, a valorar las pequeñas cosas, a valorar el trabajo diario, a centrarte en lo que quieres, en lo que la gente lo que quiere de ti, lo que está en tu mano.. Todo te ayuda a madurar. En este tema, con el altavoz que tenemos los jugadores, y llegado un punto en el que yo me siento cómodo y sobre todo bien en la ciudad y en el equipo, llegó un momento en el que pensé que debo y puedo hacer algo más. Lo que me ha pasado a mí le puede servir a alguien.

¿Brais también pasó por lo mismo?

Sí, ahora tiene cosas pendientes y cositas que va a hacer. Un poco le viene de verme hablar a mí y sentirse capaz de hablar de ello. Poco a poco va soltando pildoritas de su experiencia y el altavoz está ahí. Cuando viene la ola mala del Alavés, se ha borrado, de vaya fallo contra el Athletic… Se le puede dar una vuelta y aprovecharlo para hablar de cosas que te interesan a ti.

Nunca se pudo imaginar estar así de bien a estas alturas en la Real.

Tan tan bien, jamás. Imposible. Tampoco lo buscaba esto eh, si te soy sincero. Yo venía buscando el trato personal, creer en el proyecto y en el entrenador, creer en unos compañeros y en un estilo de juego, en una ciudad, en una cultura, en una cercanía a mi casa, en unas condiciones de años y de dinero, obviamente, pero no te imaginas que te vas a convertir en la figura de portero que soy.

Ser portero de la Real es mucha responsabilidad.

Sin duda. Y cuando viajo muchísima gente me dice que se hizo de la Real por Arconada. Y es verdad.

Y se siente muy querido. Lo vivió ante el Alavés o el Athletic.

Sí. Bueno, el gol de Muniain era diferente porque se año no había hecho todo lo que he logrado hasta hoy. De actuaciones y de partidos. Me siento muy querido y la gente así me lo transmite. Es que yo soy un privilegiado. Solamente me queda seguir para exigirme más. No pararme.

Contrato hasta 2027. ¿Le queda cuerda para rato?

Yo siempre lo digo, hasta que me echen. Hasta que el club decida. Soy un privilegiado, quiero estar aquí y seguir creciendo con mis compañeros. Tenemos una plantilla para seguir haciendo años históricos y aunque no lo consigamos a nivel objetivos, el proceso y el trayecto de pelear por ellos merece más que la pena para querer y poder estar aquí, con este nivel de compañeros, de equipo, de la gente que sube del Sanse, de cómo tratan al jugador...Sin querer ponerle nota o el tic de lo que hemos conseguido. La prensa también ha cambiado. Antes se pegaban más rajadas. Ahora solo con pinceladas. Cuando yo llegué el vestuario estaba un poco más resentido. Había mucha crítica. 

La Real es el club de su vida.

Actualmente sí, en el día de mañana no se sabe. Ahora sí, para todo.