Los derbis son los derbis: tienen una potente carga emocional y, por lo tanto, sus resultados ven multiplicada la alegría o la frustración que provocan, condicionando esto cualquier tipo de análisis. Cuando la Real Sociedad ganó 3-0 al Athletic en Anoeta, parecía que lo había hecho sin despeinarse. Cuando el sábado el Athletic ganó 2-1 a la Real, parecía que los txuri-urdin ni siquiera habían comparecido en Bilbao y que el rival les había aplastado. Sin embargo, la realidad de ambos partidos habla de encuentros sumamente parejos, decantados de un lado y del otro en función de “detalles”. Imanol empleó tras la última contienda esa palabra que, en boca del perdedor, siempre sonará a excusa. Después compareció un tipo cabal como Ernesto Valverde para compartir el análisis realizado por el oriotarra. Son hombres de fútbol.

Ojo, “detalles” significa lo que significa. “Detalles” no significa suerte. “Detalles” no significa casualidad. “Detalles” viene a significar matices en momentos muy puntuales de un partido, ajenos al desarrollo general del juego, que afectan al marcador y determinan así el encuentro en sí mismo. Por eso el Athletic mereció ganar a la Real, porque dentro de un derbi muy equilibrado supo encontrar una grieta blanquiazul que los txuri-urdin no hallaron en el rival. Tal y como se aprecia en las imágenes adjuntas, Alguacil escogió presionar al adversario soltando a Brais a primera línea y dando también altura a Merino para que apretara en la zona de pivotes locales. Detrás, Zubimendi ejercía de escoba, dentro de un bloque alto bastante agresivo que logró desactivar el fútbol interior de los vizcainos. Sin embargo, una pérdida de Barrene y un saque de banda con cambio de orientación de Yuri a Lekue le abrieron al propio Athletic una de sus puertas preferidas, las recepciones de Guruzeta y Sancet en los carriles del 10 y del 8, a ambos costados de Martin. ¿Zakharyan basculando más? ¿Le Normand saltando más arriba? Se me escapa cuál era el plan para ajustar esas situaciones, pero evidentemente falló: ambas acabaron en gol.

“Enfrente hay siempre once cabrones que te quieren quitar el balón”, solía recordar Lillo. Qué recomendable es mirar un poquito al rival en las jornadas previas... Te da perspectiva. Porque sí, la Real estuvo muy incómoda, hasta desnaturalizada en cuanto a propuesta ofensiva, pero del Athletic puede decirse exactamente lo mismo. Los encuentros previos de los zurigorris habían resultado muy distintos, de avasallamiento, pero el sábado Valverde guardó a la Real idénticas dosis de respeto que Imanol al adversario. Luego vimos lo que vimos, un duelo igualado, raro para lo que estilan y acostumbran ambas escuadras, al que sí dio la sensación de que los locales se amoldaron mejor. A seguir.

EL CUADRADO DEL ATHLETIC. Imanol presionó al Athletic subiendo a Brais a la primera línea de presión, para que él y Oyarzabal se emparejaran con los centrales. Merino también ganaba altura para apretar en la zona de Galarreta y Vesga. Estos formaban, con Sancet y con un Guruzeta que se retrasaba a menudo, una especie de cuadrado que podía hacer sufrir a Zubimendi si no recibía las ayudas dentro de Zakharyan y Barrene.

1-0: DE VIVIAN A LEKUE. Un robo de Merino hizo llegar al balón a Barrene, quien no pudo combinar a continuación con Brais. El robo del Athletic activó una transición muy rápida que nació de un buen envío de Vivian a un futbolista que esperaba al costado de Zubimendi en el lado débil de la jugada: Guruzeta. El punta local atrajo la presión de Zakharyan, quedando libre Yuri (intentó ayudar Oyarzabal) para atacar junto a Nico Williams la zona de Aritz Elustondo.

2-0: DE LEKUE A SANCET. Saque de banda en la zona de Yuri, devolución al zarauztarra y rápido cambio juego de este, algo defectuoso. Sin embargo, un acrobático control de Lekue permite al Athletic aprovechar la previa basculación realista hacia el balón. El lateral local conecta de nuevo con el jugador que esperaba al costado de Zubimendi en el lado débil de la jugada: Sancet. Este sirve a Nico en la antesala del 2-0.