Sonó la música de la Champions League en Anoeta, hace solo tres días. Varios centenares de aficionados preparan ya sus respectivos viajes a Milán. Y en las quinielas del sorteo europeo de octavos de final aparecen en el horizonte clubes como PSG, Bayern o Manchester City, a quienes se tratará de evitar alcanzando el liderato de grupo. El entorno de la Real Sociedad vive días de disfrute continental, mientras la plantilla, en manos de Imanol Alguacil, trabaja muy consciente de que la Liga le ha traído hasta aquí. Un mal resultado hoy en El Sadar ante Osasuna supondría un pequeño paso atrás, de cara a seguir en la élite internacional el próximo curso. Ganar, mientras, significaría avanzar en pos de ese quinto billete consecutivo hacia la guinda de todo. Porque Europa es la culminación de algo. Y ese algo se juega los sábados y los domingos.
En este último sentido, la cosa no marcha nada mal. Los martes y los miércoles acaparan gran parte de los focos. Pero la trayectoria de los fines de semana resulta también muy positiva. El equipo txuri-urdin ha sumado hasta la fecha 25 puntos en catorce partidos. Una sencilla regla de tres apunta a que semejante ritmo se traduciría, a final de curso, en 67,8 puntos al concluir la Liga, una cifra que asegura pasaporte. Esto es fútbol, no matemáticas, y aquí tampoco existen las bolas de cristal. Se trata de constatar, simplemente, que la velocidad de crucero es la correcta.
Ahora hay que mantenerla, objetivo que pasa, en primer lugar, por el derbi de esta noche contra Osasuna. No se dieron ayer novedades en la convocatoria de Imanol Alguacil, lo que significó una muy buena noticia, porque contra el Salzburgo dispuso de 23 de sus 24 futbolistas. Se daba por hecho que Carlos Fernández (única baja) no se recuperaría a tiempo para estar en El Sadar, por lo que fue de agradecer la ausencia de cambios en la citación. Sí los va a haber, mientras, una alineación bastante sencilla de pronosticar, si nos atenemos a las rotaciones experimentadas el miércoles. Traoré, Le Normand, Merino, Kubo y Barrenetxea, quizás también Sadiq, regresarían a un once cuya principal incógnita es esa, saber si el punta nigeriano es titular o si Oyarzabal se mantiene en el equipo inicial.
Un rival en apuros
Nunca resulta sencillo visitar El Sadar, por mucho que los locales esperen desde una situación algo comprometida. Osasuna no gana desde el 20 de octubre, cuando se impuso al Granada en casa, y va perdiendo posiciones en una clasificación que a estas alturas todavía no dice gran cosa, pero que a su vez genera malévolas inercias. La de los rojillos no es buena, como demuestran sus dos últimos partidos ante Las Palmas y Villarreal: merecieron más los de Jagoba, pero solo sumaron un punto entre ambas contiendas.
Se habla en tierras navarras de que el técnico podría apostar por un cambio de sistema ante la Real, y lo cierto es que dispone de recursos para generar dicha incógnita. En el plantel osasunista únicamente se pierden el partidos tres futbolistas lesionados: Darko Brasanac, Kike Barja y Rubén Peña.