Cumplido ya el primer tercio de la temporada –trece jornadas ligueras consumidas de 38–, la Real ha marcado 31 goles, repartidos de la siguiente manera: 23 en la Liga, siete en la Champions y uno en el único choque de la Copa disputado hasta la fecha. Visto de forma objetiva, el balance no es malo (sale una media de 1,7 tantos por encuentro), pero la sensación generalizada es que el equipo txuri-urdin tiene juego y oportunidades como para llevar una cifra goleadora más abultada. Ahí se pone el foco de esta Real, que tiene una defensa y un portero sólidos y cuyo centro del campo funciona como una máquina bien engrasada. Toca mirar, por tanto, al ataque.

En estos casos, como es lógico, se señala a los delanteros puros. Y es ahí donde la Real tiene aún unos números impropios de su nivel. Entre los tres delanteros centro que hay en la plantilla, la cuenta asciende únicamente a tres tantos, los tres marcados, además, por el mismo jugador: Carlos Fernández (dos en la Liga, el último de ellos en Almería, y uno en Copa, el que valió para ganar en Buñol), que tras un discreto inicio de curso ha despertado en las últimas semanas.

De los otros dos delanteros no hay noticias, al menos goleadoras. Umar Sadiq afrontaba la temporada con la intención de olvidar la anterior, que se pasó casi en blanco por una grave lesión de rodilla, pero, aunque físicamente el cuerpo parece responder –ha disputado 354 minutos repartidos en trece partidos, cuatro de ellos como titular–, no encuentra el gol. Estuvo muy cerca en Almería, pero no lo consiguió y el nigeriano transmite en el terreno de juego cierta ansiedad por romper la sequía.

Mucho menos ha aparecido André Silva. Apenas 30 minutos ha jugado el portugués en dos encuentros. Llegó con una lesión importante y su debut no se produjo hasta el derbi de la octava jornada. Jugó de forma simbólica también en la novena jornada y después recayó, así que no ha jugado ni en la Copa ni en la Champions. Su presencia continuada en el terreno de juego debería dar un salto de calidad al equipo, ya que es un goleador, pero su momento aún no ha llegado. Quizás después del parón se pueda ver, por fin, al mejor André Silva.

La comparación con el pasado curso respecto al nueve resulta, cuando menos, dolorosa. Fue Alexander Sorloth quien se hizo con el puesto de delantero centro titular y acabó la campaña con 16 goles. Fue el máximo goleador del equipo y una figura clave para ese cuarto puesto final y la clasificación para la Champions. Pero en verano puso rumbo al Villarreal y ninguno de los tres hombres llamados a sustituirlo ha cogido el testigo.

Ante este panorama de sequía de los nueves, ha sido el de siempre, es decir, Mikel Oyarzabal, el que ha dado un paso adelante y ha asumido la responsabilidad goleadora. Al capitán le costó arrancar, pero se estrenó con un gol en la sexta jornada liguera, ante el Getafe, y desde entonces no ha parado. Situado en ese puesto de delantero, acumula ya nueve goles (dos de ellos en la Champions). Y su racha en los dos últimos meses resulta espectacular: en los ocho últimos partidos ligueros, ha aportado siete tantos. Su acierto –además del resto de virtudes que atesora– está permitiendo a la Real disfrazar sus carencias goleadoras.

Barrene, Kubo y Brais

Porque, si nos atenemos al resto de jugadores ofensivos habituales en el once, las cifras no son nada malas. Los dos extremos titulares, Kubo y Barrenetxea, suman nueve goles –cinco el japonés y cuatro el donostiarra–, mientras que Brais lleva cinco, con especial mención a los tres que anotó en los tres primeros encuentros de la Champions. Barrene ya ha superado su cifra de goles del año pasado, mientras que Kubo tiene a tiro superar los nueve del curso 2022-23 y Brais quiere al menos rondar los once que aportó la anterior campaña.

De ahí para atrás, sin embargo, pocos jugadores más han sumado de cara a la meta contraria. Zubimendi lleva dos goles, mientras que Le Normand y Merino han sumado uno por cabeza. Por tanto, sólo ocho jugadores han visto portería en los 18 primeros partidos del curso, un bagaje escaso. Otro dato llamativo es que de los que no son considerados titulares, el único que ha marcado algún gol es Carlos. Aquí se espera en algún momento a Momo Cho, pero el francés se está haciendo de rogar.

Por tanto, con un bagaje anotador aceptable pero inferior al nivel de juego que está exhibiendo el equipo, sólo cabe esperar la explosión goleadora de los delanteros puros. Si Carlos, Sadiq y André Silva empiezan a marcar con regularidad, la Real estaría en condiciones de incluso mejorar los notables números que ha acreditado en este primer tercio de la temporada.