La Real Sociedad visita este martes (18.45 horas) al Red Bull Salzburgo en su segundo partido de la Champions League 2023-24. El conjunto centroeuropeo va a oponer a los blanquiazules su muy característica propuesta, basada en las presiones altas y en un juego intenso, físico y lo más vertical posible a la hora de atacar. El proyecto del rival txuri-urdin vivió un viraje decisivo en lo futbolístico en 2012, tal y como explicaba este lunes el ex jugador Jonatan Soriano en una entrevista concedida a NOTICIAS DE GIPUZKOA. Hace ya once años, aterrizaron en el club el técnico Roger Schmidt (actual entrenador del Benfica) y Ralf Rangnick como director deportivo, dotando a la escuadra de una filosofía y de una identidad que se mantienen hoy día. Así juega el conjunto ahora dirigido por Gerhard Struber.

1- El once

La primera aproximación al once que pueda presentar contra la Real el preparador austríaco resulta bastante clara, pues hay entre ocho y nueve futbolistas con muchas papeletas para ser titulares. La posible alineación cuenta, en cualquier caso, con incógnitas que no se resolverán hasta las horas previas al encuentro. El meta Schalger, Dedic (lateral derecho), Pavlovic (central izquierdo) y Terzic (lateral zurdo) apuntan a jugar de inicio, mientras Solet (favorito a priori) y Baidoo (titular en la victoria de Lisboa contra e Benfica) se disputarían la vacante en el eje de la zaga.

Gourna-Douath (compañero de Momo Cho con Francia sub-20 durante la ventana internacional del pasado marzo) es indiscutible en el pivote, y también parece tener plaza segura el interior izquierdo Kjaergaard. Baila más, mientras, la posición de volante derecho, afectada por la posible baja del tocado Bidstrup. Si este no pudiera ser de la partida, se disputarían sustituirle el argentino Capaldo (la opción veterana pese a sus 25 años) y el ghanés Forson. También existe incertidumbre respecto a la mediapunta: el rendimiento reciente del jovencísimo israelí Oscar Gloukh sitúa a este, a priori, por delante del croata Luka Sucic, quien en teoría tiene más galones pero sale aún de una lesión. Y en la delantera, finalmente, sorprendería todo lo que no fuera una dupla fomada por Simic y Konaté.

2- El dibujo

El balón echa a rodar, las piezas comienzan a moverse y, como sucede en todos los equipos del mundo, el sistema del Red Bull Salzburgo muta y se deforma. Sin embargo, el rival txuri-urdin acumula ya temporadas apostando por el 4-4-2 de medular en rombo como base de todo su juego. El dibujo, característico ya del proyecto en cuestión, incluso ha generado en el fútbol local una especie de efecto imitación, pues lo emplea igualmente el Sturm Graz (principal adversario por el título liguero) y ha sido utilizado también por la propia selección de Austria. La captura de pantalla de la imagen inferior corresponde al partido de la primera jornada contra el Benfica en Lisboa.

Debemos tener en cuenta, eso sí, que el mencionado esquema no resulta innegociable y que, del mismo modo en que varía sobre la marcha en función de las necesidades del equipo y los movimientos de los futbolistas, también puede ser modificado desde el arranque de un partido si el entrenador lo estima oportuno. Así lo hizo Gerhard Struber, por ejemplo, para adaptarse este verano a la estructura del Inter de Milán, en un partido amistoso (imagen inmediatamente inferior). Apostó entonces por reforzar el centro del campo con un quinto centrocampista que convirtió el rombo en hexágono y que permitió, ya en fase defensiva, saltar a presionar a los tres centrales italianos desde un 4-3-3 (Forson y Kjaergaard acompañaban a Konaté en primera línea).

3- Con el balón

Vamos a analizar ahora una fase del partido contra el Benfica, aún once contra once (los portugueses se quedaron con uno menos en el minuto doce), que refleja cómo el Red Bull Salzburgo puede resultar sumamente dinámico pese a partir de una estructura fija de partida. Las líneas negras corresponden al esquema 4-4-2 con rombo en la medular. Las flechas blancas, mientras, muestran movimientos habituales en la escuadra austríaca. El pivote Gourna-Douath, con buena salida de balón y brillante desplazamiento en largo, acostumbra a incrustarse entre centrales. Los dos laterales ganan mucha altura para ensanchar al equipo. Y, si uno de ellos (Dedic en la imagen inferior) recibe el balón relativamente bajo y atrae la presión del lateral rival, siempre hay compañeros dispuestos a romper en carrera a la espalda del defensor citado (Bidstrup y Simic inician carreras a ese espacio). Mientras, si quien acude a apretar al lateral es un interior rival o incluso el extremo de ese costado, el propio Dedic podrá mirar dentro y buscar esas superioridades que el rombo interior otorgará entonces al equipo.

¿Se lanzará la Real a apretar arriba? La referencia del Bernabéu, donde el Real Madrid empleó también un rombo hace apenas quince días, dice que sí, aunque entonces la energía fuera posiblemente mayor. El equipo empleó allí una estructura de emparejamientos al hombre que en Salzburgo exigirían un despliegue para que el que ahora mismo quizás escaseen ya las fuerzas. El entramado en cuestión implicaba, en cualquier caso, un funcionamiento en la presión como el que ilustran la imagen de pizarra y la captura de pantalla inferiores.

4- Sin el balón

Contra un Benfica que se ordenaba en 4-2-3-1, dibujo similar al que emplea la Real, el Red Bull Salzburgo apostó por, desde una presión alta, tapar en el inicio de las jugadas el carril central, forzar a los lisboetas a salir por uno de los costados (a través de los laterales) y, a partir de ahí, tratar de ahogar al rival basculando todo el bloque hacia el lado fuerte de la jugada. Por lo tanto, así esperarían los austríacos los inicios de la Real desde Remiro o desde los centrales (imagen inferior). Traoré y Aihen se convertirían, una vez más, en posibles vías de salida, como sucediera en el mismo Bernabéu.

Esta nueva captura de pantalla (inferior) correspondería, mientras, al modo en que se activaba el Red Bull Salzburgo contra el Benfica cuando los portugueses trataban de salir por fuera a través de sus laterales, circunstancia que podría repetirse este martes ante la Real. El interior de ese costado salía a banda para presionar, y el del lado opuesto compensaba centrándose, emparejándose con uno de los hombres interiores lisboetas. Quedaba así flotado, libre de marca, el lateral que el propio Benfica no había escogido para iniciar la acción.

El dispositivo defensivo de los austríacos se asemeja así al empleado también por el Real Madrid en el mencionado precedente de Chamartín, donde la Real supo encontrar bien a sus carrileros y, desde un brillante Tierney, meter el balón dentro para girar el juego al otro costado. Este martes, cuando el rombo del Red Bull Salzburgo bascule como hemos observado para tapar una banda, desguarnecerá la contraria, por lo que los cambios rápidos de orientación se antojan claves. Lo refleja la captura inferior del partido contra el Benfica, en un lance que, pese a corresponder a una fase de bloque más bajo por parte del rival txuri-urdin, ilustra lo compacto del propio rombo y las ventajas que pueden hallarse a través de los compañeros alejados.

Salir por fuera y tratar de jugar desde los laterales supondría este martes, en clave txuri-urdin, la opción menos arriesgada del inicio en corto (siempre está también la posibilidad de jugar en largo). Puede existir, mientras, una alternativa más osada, que se antoja complicada de ver en Salzburgo dada la agresividad local en la presión pero que la Real ya empleó hace dos años, precisamente contra otro equipo austríaco, el Sturm Graz en Anoeta. Ante un rombo como el del Red Bull, Imanol apostó en la segunda parte por dibujar en salida un doble pivote Merino-Zubimendi que creaba una superioridad numérica cuatro contra tres en la zona central: dos centrales y dos mediocentros contra los dos puntas y el mediapunta rival. Puede tratarse de una vía a explorar, pero estos rivales muerden como pirañas y, al menos en el arranque, dificultarían la apuesta en cuestión. La disposición que se aprecia del Benfica (imagen inferior) viene a ejemplificar lo explicado.

La Real Sociedad encara un reto prácticamente a la altura del vivido hace quince días contra el Inter de Milán. Ahora el nivel del rival es inferior, pero las connotaciones del encuentro, a domicilio y contra una escuadra joven que va a apostar por su mejor once, pueden equiparar la dificultad de los dos primeros envites txuri-urdin en la Champions League.