Se repite la historia: tras un debut europeo de campanillas, el Getafe espera a la vuelta de la esquina. Sucedió en la pasada temporada, cuando al recordado 0-1 de Old Trafford le siguió la derrota en el Coliseum (2-1). Y vuelve a ocurrir ahora, ya con José Bordalás de nuevo a los mandos del conjunto azulón, tras sustituir en abril a Quique Sánchez Flores. Los equipos del técnico alicantino necesitan poca carta de presentación, sobre todo cuando media una escuadra madrileña a la que ahora ha imprimido un sello similar al de su anterior etapa en el club. Hablamos de una formación que se ordena en 4-4-2, que prescinde de inicio del fútbol interior y que hace de los envíos directos una génesis de todo ataque que se precie. El portero a las alas, el mismo guardameta a la doble punta, los centrales a los delanteros, los laterales a los extremos... Cero riesgos y mucho pase largo. A partir de ahí, a jugar.

Los del sur de Madrid aterrizan en Anoeta tras ganar el pasado domingo a Osasuna (3-2), en un duelo cuya primera hora vino a reflejar la idea ya explicada. Sin embargo, de aquel encuentro cabe destacar el cambio de registro que el propio Getafe pudo completar con los movimientos ejecutados desde el banquillo mediante los cambios. De inicio, Bordalás apostó por dos clásicos: doble lateral en una banda (la derecha, con Damián y Carmona) y presencia en la otra de un delantero como Jaime Mata, ejerciendo de extremo y asegurando trabajo y llegada al área desde lado débil. Además, la presencia del central Djené como pivote venía a completar la declaración de intenciones...

Otro registro

En el minuto 62 llegaron luego los cambios. El marcador reflejaba un 2-2 que los azulones querían variar a su favor, y para ello vieron cómo su técnico introducía una significativa doble sustitución. Aleñá por Carmona en la derecha. Óscar Rodríguez por Mata en la izquierda. Y el mediocentro Arambarri por Duarte para devolver a Djené al eje de la zaga. Con los laterales Damián y Diego Rico dando amplitud por fuera, el equipo ganó mucho fútbol con los movimientos interiores de sus nuevos extremos, receta que encontró una especie de guinda con el posterior ingreso de Mason Greenwood, ex Manchester United. El inglés relevó a un destinatario de balones largos como Latasa para trazar peligrosas diagonales hacia ambas alas y hacer carburar a un dispositivo bastante más sofisticado que de costumbre. Tampoco es que, con esta nueva cara, el Getafe se exhibiera, pero sí volcó el campo hacia la portería de Osasuna y encontró el premio del gol en un saque de esquina. Cuidado, porque este equipo no es solo lo que dicen de él los estereotipos.

Lo cierto es que estos dibujan a los madrileños como a una escuadra poco atractiva. Y lo cierto también es que existen datos de este mismo curso que pueden sostener semejantes tesis. Ahí queda, por ejemplo, el 4-4-2 en rombo que Bordalás plantó en el Bernabéu para igualar el sistema del Real Madrid, con el citado Djené de pivote y otro central (Alderete)... ¡de mediapunta! Y destacan igualmente estadísticas menos circunstanciales y más generales, como la que sitúa al Getafe como la escuadra de Primera en cuyos partidos más tiempo se ha descontado: en total, 85 minutos en cinco jornadas, una media de 17 por encuentro. Si alguno espera este domingo al final del duelo para echarse algo a la boca, quizás la comida se le junte con la merienda.

Antes, eso sí, convendrá acudir a Anoeta con la cabeza liberada de ciertos prejuicios. De inicio, tiene toda la pinta de que vamos a ver a un Getafe más reactivo que propositivo y dispuesto, para empezar, a hacer el partido muy largo. Pero después, sobre todo si la Real adquiere ventaja, habrá que tener en cuenta que los azulones han completado una plantilla con alternativas y capaz de adaptarse a distintos registros. 

...Y EL COLISEUM COREÓ A DIEGO RICO

Hasta hace tres semanas, Diego Rico pertenecía a la plantilla de la Real. Transcurrido este tiempo, el bagaje del lateral burgalés con su nuevo equipo, el Getafe, no puede resultar más redondo: titularidad, una asistencia de gol y la ovación del Coliseum, coreando su nombre, cuando fue sustituido el domingo ante Osasuna. Dejó el club txuri-urdin el último día de mercado, horas después de que Imanol le agradeciera su profesionalidad. “Con todo el runrún que ha habido con él, nos ha ayudado y ha trabajado a tope hasta el final”.