La verdadera exigencia de la temporada 2023-24 aguarda a la Real Sociedad a la vuelta de la esquina. El equipo txuri-urdin regresa hoy al trabajo tras un fin de semana de descanso, y la visita del domingo al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (21.00 horas) significará ya el arranque de una fase de calendario muy dura y más auténtica que la inicial. Al fin y al cabo, haber disputado las cuatro primeras jornadas de Liga tras semanas limpias de compromisos no refleja la dureza de un curso marcado por la participación en la Champions League y por los sucesivos bloques de partidos consecutivos, duelos separados únicamente por tres o cuatro días de exiguo reposo. Comienzan ya, en definitiva, las maratones, tres, que llevarán al conjunto blanquiazul de aquí al parón navideño de finales de diciembre.
El esquema de lo que espera hasta entonces resulta muy sencillo de visualizar. Hablamos de tres bloques (o maratones) de partidos, fases separadas entre sí por los parones internacionales de octubre y noviembre y caracterizadas por el encadenamiento de encuentros sin dejar tiempo para el descanso, de fin de semana a miércoles y viceversa. Los domingos ( o los sábados) estarán siempre reservados al campeonato de Liga (12 encuentros). Y para completar el menú, intercaladas en días de labor, llegarán contiendas de la propia Liga (2), de la Champions (6) y de la Copa del Rey (2). Las cuentas salen solas: vienen 22 partidos divididos en tres tandas de siete, siete y ocho, comprimiéndose cada una de ellas en apenas 21, 21 y 24 días respectivamente. Es decir, dibujando un horizonte con competición un día de cada tres. Toca cargar las pilas al máximo, porque cualquier gramo de fuerza resultará necesario.
MUCHOS PUNTOS EN JUEGO. Todo comienza con el mencionado partido del domingo en el Santiago Bernabéu, línea de salida de un primer maratón con recorrido circular: terminará también en la capital del Estado, en el Metropolitano, donde la Real visitará al Atlético 21 días después de competir en Chamartín. Durante este bloque inicial de encuentros, el equipo de Imanol Alguacil luchará por hasta quince puntos de Liga (cinco partidos), así como por los seis de la Champions frente a Inter de Milán y Salzburgo. La sucesión de compromisos de septiembre-octubre se presenta, así, más compleja que las dos posteriores, pues no implica respiro alguno (las siguientes incluyen eliminatorias de Copa ante rivales de inferior categoría) y además la entidad de los rivales infunde mucho respeto. Van a estar enfrente, por este orden, Real Madrid, Inter, Getafe, Valencia, Athletic, Salzburgo y Atlético de Madrid. Así, toca estrenarse en Europa, visitar Bernabéu, Mestalla y Metropolitano, y afrontar además un siempre atractivo derbi.
Por todo lo explicado, el maratón de octubre-noviembre se presentará luego, sobre el papel, algo más asequible. Su partido central significará el debut en la Copa ante un rival de divisiones muy bajas. Los rivales en Liga, Barcelona al margen, serán Mallorca, Rayo y Almería. Y los duelos más importantes resultarán así los del doble enfrentamiento con el Benfica, llamados a marcar buena parte de la suerte txuri-urdin en su grupo continental. En primer lugar procederá viajar a Lisboa para jugar contra los de Roger Schmidt. Y después, justo tras el duelo ante el Barça en Anoeta, se recibirá al conjunto portugués en el estadio donostiarra.
LA TRACA FINAL. Este año no hay Mundial. Esta temporada todo vuelve a su ser, de ahí la sucesión de maratones cortos y que no se dé ya aquella carrera de ultrafondo del pasado curso (trece partidos en 42 días entre octubre y noviembre). Y este curso regresa, por lo tanto, un parón navideño al que precederá la traca final. De ella destaca, atendiendo al calendario txuri-urdin, la resolución de la liguilla europea y la muy exigente relación de rivales ligueros: Sevilla, Osasuna, Villarreal, Betis y Cádiz, llamados muchos de ellos a terminar luchando por los puestos continentales junto a la escuadra de Imanol Alguacil.
Antes de marcharse a descansar y a comer turrón, el equipo disputará aquí ocho partidos en 24 días, en la que puede terminar suponiendo la fase más apretada de la temporada. Ojalá no lo sea, porque esto significará que, a partir del mes de enero, la Real va avanzando en todas las competiciones y encara bloques aún más exigentes. Sin embargo, toca también subrayar esto último: con el comienzo de 2024, la configuración de la agenda blanquiazul dependerá ya en gran medida de si el equipo supera eliminatorias en la Copa del Rey y en Europa.