El nuevo entrenador de la Real, Pellegrino Rino Matarazzo, ha querido mostrar a los aficionados realistas varios aspectos de su lado más personal. En una entrevista concedida al departamento de prensa del club, el técnico estadounidense habla sobre sus orígenes, su carrera y sus aficiones.
Orígenes
Matarazzo explica el origen italiano de su familia: "Mis padres emigraron a Estados Unidos por trabajo con sus familias. Se conocieron allí. La comunidad italiana se mantenía muy unida y formaron una familia numerosa. Por eso, claro, tengo un nombre italiano. El italiano también fue mi primer idioma, el que aprendí antes de ir al colegio, aunque pasé la mayor parte de mi juventud en Estados Unidos, donde estudié antes de mudarme a Alemania".
El técnico considera a sus padres como grandes referentes: "Provienen de una familia de agricultores y ahí ves que en un caserío la pereza no tiene lugar. Ellos me enseñaron mucho de la ética del trabajo, del esfuerzo. Mi padre era mecánico. Salía de casa muy pronto y volvía muy tarde. Mi madre era la que nos cuidaba, éramos cuatro chicos, cinco si cuentas a mi padre (bromea). Eso significa que nos cuidó muy bien. Estoy muy orgulloso y feliz de tenerlos como padres. Me enseñaron cómo lidiar con esta vida. Esta es mi impresión".
Unos valores que confía le ayuden a conectar con la sociedad guipuzcoana: "Estoy muy, muy abierto a conectar con la gente de aquí. Y podría ser una muy buena combinación entre el pueblo vasco y yo mismo".
Un joven aficionado
Matarazzo se aficionó al fútbol desde niño: "Crecí viendo Serie A en mi cuarto, en una pequeña televisión. Era la época en la que Maradona jugaba para Nápoles. Y por supuesto, después de estudiar en la universidad, me mudé a Europa para jugar al fútbol", su "pasión".
Creció "viendo fútbol con mi padre, jugando al fútbol en el parque" en una época en la que en Estados Unidos, el fútbol "no era popular. No se consideraba un deporte. Así que había baloncesto, fútbol americano, béisbol... Pero no el fútbol como soccer, solo unos pocos jugábamos al fútbol. Pero yo sentía pasión por mis raíces italianas. Y por eso di el salto a Europa".
"Traté de hacer mi carrera. Primero en Italia, donde el asunto no funcionó, porque los agentes me prometían y me prometían, pero nunca salió una prueba seria. Así que volví a Estados Unidos. Un alemán que hoy es amigo mío acababa de llegar también a EEUU, me vio jugar y me dijo si querría jugar en Alemania. Cogí la maleta y empecé en la cuarta división alemana. Tenía casi 23 años, así que era un poco mayor para empezar, y terminé quedándome en Alemania otros 25 años".
Matarazzo matemático
Para entonces, Matarazzo se había graduado en Matemáticas por una de las principales universidades estadounidenses: "Estoy agradecido por haber estudiado Matemáticas en la Universidad de Columbia. Fue una época fantástica en mi vida, en mi formación".
"Claro que sé manejar datos y tengo un buen análisis, pero creo que lo más importante es que conozco las limitaciones y los límites que tienen los datos. No podemos reducir el espíritu humano a simples números. Este trabajo siempre se ha centrado en las personas, lo ha sido y siempre lo será, y eso es una gran parte de cómo lo desempeño. Tengo esa capacidad, pero es importante trabajar con los jugadores, trabajar con grupos, trabajar con el equipo y crear una buena dinámica. Esto tiene mucho que ver con quién soy, así que...".
Hombre familiar
Para el técnico realista, su familia es "muy importante", entre sus aficiones, está la de jugar al videojuego Zelda con su hijo, así como ir a caminar con su perro, ir a correr, andar en bicicleta o ir al gimnasio: "Hago mucho deporte. Trabajo mucho. Es algo que me mantiene bien balanceado y es importante para mi salud".
Matarazzo también lee, pero "no mucho, un poco de todo". "Una de mis cosas favoritas es, si tengo tiempo, es viajar. Me gusta ver cosas. Me gusta experimentar el mundo. Estuve en Japón y la pasada primavera estuve en Costa Rica con mi hijo. Me gusta ver cosas y expandir mis horizontes".
Feliz de estar en la Real
Hombre de convicciones fuertes, Matarazzo se guarda la respuesta cuando le preguntan por su visión de futuro: "Me lo guardo para mí. Soy muy ambicioso. Me mudé a Alemania sin hablar ni una palabra de alemán, me mudé solo, no jugué al fútbol profesional y me convertí en entrenador de la Bundesliga. Estoy aquí ahora porque di mis primeros pasos y estoy muy, muy feliz de estar aquí. Esto es lo que cuenta".
Esto no va de dónde estaremos "a diez años vista, se trata de lo que siento ahora en este momento. Y lo que venga en diez años, eso vendrá en diez años. Tengo mi visión de las cosas, y del futuro, pero me lo guardo para mí".
"Creo que las personas que se ponen límites no creen en sí mismas. Creo que mucho es posible. Esto se debe en parte a mi... mi crianza en Estados Unidos... una educación muy optimista", resume Matarazzo, que explica cómo le enseñaron a "ser muy optimista para alcanzar las estrellas y lo creo. Si eres capaz de invertir todo lo que tienes en lo que quieres, lo conseguirás".