La rodilla de David Silva ha dicho basta hace solo unos minutos, pero los efectos devastadores de la lesión todavía no se conocen en Zubieta. Es miércoles a mediodía, la jornada en que el club programa las entrevistas de la semana, y por ello la conversación con Aritz Elustondo (Beasain, 1994) no trata la situación del canario, pese a los 28 minutazos durante los que el defensa atiende a NOTICIAS DE GIPUZKOA. “Es que me gusta mucho hablar”, se justifica divertido. Intenso y trabajador sobre el campo, es también plenamente consciente de que sus obligaciones no acaban cuando termina el entrenamiento. Tras las dos sesiones a puerta abierta de la semana pasada acumuló dos horas y cuarto firmando autógrafos y sacándose fotos. En la sala de prensa de Zubieta, justo antes de responder a la primera pregunta, echa igualmente un par de garabatos sobre un balón y una camiseta. No tiene prisa y lo demuestra repasando al detalle la actualidad de la Real Sociedad.

¿Cómo va la pretemporada? ¿Y su tobillo?

La pretemporada bien, y el pie también. En los primeros días cuesta arrancar, pero ya está todo perfecto.

Lo del tobillo no se lo preguntaba tanto por la lesión de enero como por lo mucho que sufre de la articulación.

Ya, pero bueno, los que padecemos de esa zona somos conscientes de que igual un día andas tan normal y a la mañana siguiente te levantas con dolor. Nunca se sabe con este asunto, pero a mí no me preocupa, porque lo llevo bien. Desde hace años he adquirido una rutina por la cual vengo a Zubieta, desayuno, voy a donde el fisio si siento la necesidad y después hago un trabajo de prevención, con el objetivo también de salir luego lo más activado posible a entrenar.

Lo de la pretemporada, mientras, se lo preguntaba porque viven una bastante inusual, por corta.

Sí, por corta y porque, una semana antes de empezar la Liga, tendremos que cruzar el charco para jugar dos amistosos contra equipos de la Liga... Lo sabíamos todo de antemano, es lo que toca y estamos mentalizados para ponernos a tono cuanto antes.

Han pasado a la historia aquellos veranos de triples sesiones como aquel que vivió usted con Moyes en 2015.

Cada entrenador tiene su mentalidad y su manera de programar la pretemporada. Algunos diseñan triples sesiones, como Moyes en mi primer verano con el equipo. Pero Imanol es consciente de que, si entrenamos por la mañana de la manera en que él quiere, es preferible que a la tarde descansemos para apretar más al día siguiente. Llevamos cinco años con el mismo técnico y nos ha ido bien así. Al final, la cantidad de sesiones tampoco dice tanto, porque todo depende de su calidad, de su intensidad y del tiempo que duren. 

Transcurridos cuatro días de pretemporada, me dijo Brais que en el vestuario no hablan de la Champions. ¿Lo hacen ya tras dos semanas entrenando?

No, de verdad. Como te comentaba ahora, solo pensamos en ponernos a tono cuanto antes. Obviamente, tenemos ahí esa ilusión de la Champions, pero no creo que sea el momento de empezar a hablar de ello, porque primero jugaremos varios partidos de Liga que también resultarán importantes.

 Espera un curso ilusionante, pero también difícil. A la Real de 2003 y de 2013 le costó mucho en la Liga, sobre todo a aquella de Denoueix.

Bueno, nuestra idea tiene que consistir en darle continuidad a todo lo que venimos haciendo. Hemos entrado cuatro veces seguidas en Europa... Y aún así todos los años se nos hace la misma pregunta, dudando de si vamos a aguantar el tipo. Ya hemos demostrado que somos capaces de compaginar la Liga con los partidos entre semana, jugando cada tres o cuatro días. Pero bueno, ahora todo vuelve a arrancar de cero y nos toca hacer lo de siempre: ir poco a poco, día a día, aprovechando las buenas rachas y, sobre todo, superando las malas. ¿Por qué no vamos a repetir esta temporada? Hay equipo para ello. 

¿Cómo ‘aprende’ uno a competir cada tres o cuatro días? ¿Se trata simplemente de acostumbrarse?

Sí, uno se acostumbra porque no le queda otra. Ya se ha visto que hay momentos durante la temporada en los que el equipo llega cansado a algún partido. Pero también te digo que nosotros, en estos últimos años, hemos sabido sacar adelante esos encuentros en los que el juego no era tan fluido. Así también se explican nuestros éxitos. Cuando toque enlazar partidos, deberemos mantener esta capacidad que ya hemos demostrado. Y cuando lleguen semanas limpias de competición, tendremos que aprovecharlas para exprimirnos a tope. El capitán del barco, Imanol, piensa que entrenando como entrenamos vamos a encarar mejor los encuentros. Y nosotros vamos a muerte con esa filosofía.

El capitán del barco nunca habla de objetivos hasta las tres últimas jornadas.

(Risas) Hay objetivos. Existen y están ahí. Pero, como te explicaba hace un rato, el camino es demasiado largo como para empezar a hablar de ellos en el mes de julio. Cada vez hay más competencia en la Liga, en la Copa, en la Champions... El camino a seguir es el que llevamos cuatro años recorriendo, y siempre hemos avanzado poco a poco, sin volvernos locos. ¿Una meta concreta? Ojalá se pueda mejorar todo lo hecho hasta ahora, pero sabemos que es muy difícil. Debemos ser conscientes de quiénes somos , de dónde estamos y de dónde venimos. Vamos a trabajar en el día a día y al final de la temporada ya veremos si aprobamos el examen o no.

¿Siente este verano que ha ascendido en el escalafón de veteranos? Illarramendi ya no está.

Y se le echa de menos. No es plato de buen gusto que se vaya un jugador como Axi pero, si él está contento con su decisión, no queda otra que agradecerle todo lo que nos ha dado. Yo sí siento que, en cierto modo, tengo que coger ese relevo y ayudar a los más jóvenes. Espero hacerlo lo mejor posible.

Tiempo va a tener, porque su contrato expira en 2026. El club anunció su renovación en plena convalecencia.

Sí, parece un poco extraño, ¿verdad? Cuando me ofrecieron firmar, en marzo, recibí la noticia con sorpresa, porque llevaba un mes lesionado y estaba centrado en ponerme bien cuanto antes para volver a jugar. Es cierto que las conversaciones habían arrancado antes, pero la renovación se cerró en un momento complicado para mí y esto es algo que le agradezco al presidente y a Roberto Olabe.

Disculpe que regrese a su tobillo pero... ¿Cómo recuerda aquella jugada en el Bernabéu el 29 de enero?

Bien, la recuerdo bien. Fue un balón dividido al que yo pensé que llegaba antes que Camavinga. No lo hice, él se adelantó, y a mí la bota se me quedó clavada sobre el césped. El propio Camavinga me golpeó sin querer con el pie de apoyo y se me torció todo el tobillo. Escuché un crujido que me hizo pensar que se me había roto algún hueso, pero no fue así. En la placa que me hice después estaba todo bien. Sin embargo, luego en la resonancia se veía que varios ligamentos de ese tobillo, dañado de antemano, terminaron de romperse por completo. 

Por lo que me dice, sintió que pudo ser peor...

Sí, sí, en el momento me asusté. Después, transcurrida una semana, había evolucionado tan bien que pensaba que volvería enseguida. Pero luego ya comprobé de nuevo lo que cuesta recuperar un problema así, casi dos meses. Fue una lástima, porque desde aquel esguince que me hizo llegar muy justo a la final de Copa no había sufrido ninguna lesión larga (ahora padece un pequeña dolencia en el muslo).

¿Cómo llevan dentro todo el ajetreo del mercado? Parece que se avecinan movimientos.

Yo con estas cosas siempre digo lo mismo. Son cuestiones del club y ahí no me voy a meter. Tenemos a gente calibrando todas las situaciones y analizando qué es lo mejor para el equipo. Lo que decidan bien decidido estará. A los futbolistas, mientras, nos tocará recibir bien a los nuevos jugadores que vengan y trabajar para que entre todos formemos sobre el campo un buen equipo.