Durante la pasada temporada, acumuló muchos minutos en el lateral derecho.

Si me dicen al inicio del curso que iba a jugar tantos partidos ahí, no me lo habría creído. Sin embargo, coincidió una época en la que tanto Gorosabel como Sola estaban lesionados y el míster tiró de mí. Yo estaba contento, porque uno siempre quiere tener minutos, sea donde sea. Al principio me sentí algo incómodo, por la costumbre de venir jugando de central, pero me fui readaptando y, cuando mejor me encontraba, pasó lo del tobillo.

“Se ha sido injusto con los laterales”, declaró Olabe en junio, refiriéndose a los jugadores específicos para el puesto. ¿Qué siente un futbolista de la Real jugando ahí? Porque los rivales, generalmente, tienden a tapar dentro...

A ver, estas cosas dependen en gran medida de cómo te presionen los rivales, pero sí es cierto eso que comentas y que a los laterales nos ha tocado ser algo más protagonistas cuando nos convertimos en hombres libres, a la hora de iniciar las jugadas. En una demarcación así lo primero es defender, pero el fútbol evoluciona y en este juego los roles pueden ir cambiando sobre la marcha. Cuando se han producido situaciones de este tipo, a ese lateral hombre libre le ha tocado ser valiente y ambicioso para ayudar en ataque, pero también te digo que hablamos de un asunto de equipo y no tan individual. Aquí en Zubieta trabajamos durante la semana todos los escenarios posibles: cómo nos puede apretar el rival, cómo podemos salir de su presión, qué tipos de progresión podemos utilizar... Luego, el día del partido, se trata de interpretarlo todo sobre el campo y de ejecutar las soluciones que hayamos preparado. 

Habla de los laterales en primera persona, pero usted es central.

Ahora mismo me considero central porque llevamos dos semanas entrenando y yo lo estoy haciendo ahí, igual que venía jugando en el puesto estos últimos años. ¿La opción del lateral? Me gusta porque en la pasada temporada me permitió tener muchos minutos y porque la polivalencia siempre resulta positiva. Dicen que puede ser peligrosa, que al final terminas por no jugar ni en un sitio ni en el otro, pero yo lo veo más como un tema de mentalidad. Si tú te muestras receptivo, si trabajas y si no pones excusas a nada, siempre vas a estar preparado para jugar en al menos dos demarcaciones diferentes. Además, afortunadamente, en esta Real todos somos conscientes de lo que va a pedir Imanol a quien actúe en cada puesto.

¿Se empieza a explicar así que el equipo conceda tan pocas ocasiones a los rivales?

Esto es algo que comentan varios adversarios. Dicen que es difícil crear oportunidades contra la Real. ¿Por qué? Aquí vuelvo a lo de antes: hablamos de un trabajo del grupo, no solo de los defensas. A partir de ahí, sí que es cierto que todos tenemos los automatismos colectivos muy interiorizados, a la hora de apretar. Cuando a mí me toca saltar, lo hago con la confianza de saber que un compañero va a corregir y me va a hacer la cobertura. Además, contamos también con la mentalidad de ser intensos para robar o al menos para interrumpir el juego.

Es que los duelos hay que ganarlos...

Claro, claro. Ya puedes ir a presionar perfectamente organizado, que como no seas fuerte en las disputas... Ahí sufrirás sí o sí.

LA EXPULSIÓN CONTRA EL VALENCIA

La jugada queda ya lejos en el tiempo. Data del 6 de noviembre. Pero Aritz difícilmente olvidará aquella roja directa en Anoeta contra el Valencia (1-1 final). El defensa se explaya analizando la jugada desde una perspectiva puntual y global. “Mi opinión es personal, es la mía. Para empezar, pienso que ha habido momentos en los que se ha castigado con expulsión un pisotón de esos y otros en las que se ha hecho la vista gorda. A partir de ahí, creo que hay que mirar sobre todo a la intencionalidad del jugador. En aquella jugada toqué balón con el exterior de la pierna izquierda y mi siguiente apoyo fue directo a la pierna de Samu Lino . Él no podía quitarla de ahí y yo tampoco podía apoyar el pie en ningún otro sitio. El árbitro me comentó, tras consultar la jugada en la pantalla, que la acción había sido muy fea. Pero claro, si le enseñan la imagen pausada, con mis tacos en el tobillo del rival, ¿qué me va a decir? A los árbitros les llaman del VAR y se ven casi obligados a hacer caso. Echo de menos a alguien en el estamento que haya tenido cierta experiencia jugando a esto y que pueda analizar si en este tipo de situaciones ha existido intencionalidad”.