Aunque la prensa que cubre habitualmente la actualidad de la selección no lo ve o no lo quiere ver, el hecho de que varios jugadores realistas jueguen finales y se hagan con títulos oficiales provoca que se revaloricen en el mercado. Al menos, Martin Zubimendi no ha podido jugar ningún minuto en la final four de la Liga de las Naciones, pero Robin Le Normand, que ha cuajado un buen campeonato a pesar de que comenzó con la mala suerte del accidente del penalti por una mano, y Mikel Merino, que cuajó una notable actuación ante Italia y que generó la mejor ocasión en el partido decisivo a pesar de ser el inesperado sacrificado por De la Fuente en su once, seguro que habrán confirmado las expectativas que muchos secretarios técnicos tenían puestas en ellos. Con su éxito se reabre el famoso debate de si es bueno que los realistas sean convocados para estos torneos que se convierten en auténticos escaparates internacionales o si les beneficia acumular experiencia al máximo nivel de tensión y de presión. 

En Anoeta lo tienen muy claro. Y así lo manifestaron cuando sucedió la famosa polémica con Deschamps y su supuesto menosprecio a la Real (en realidad fue un error de traducción). En el club consideraban que les viene bien que los futbolistas jóvenes aunque sobradamente preparados, sobre todo los de fuera de Zubieta, sean conscientes de que este es un buen destino para revalorizarse y subir peldaños hasta alcanzar la elite e ir con sus selecciones. Por eso la dirección deportiva txuri-urdin fue clave y empujó tanto para que Le Normand diera el paso para nacionalizarse.

Aunque la prensa de Madrid no lo vea o no quiera verlo, el portal Transfermarket considera que los tres txuri-urdin que han clavado una pica en Países Bajos y Oyarzabal, uno de los capitanes designados por el nuevo seleccionador, se encuentran entre los diez españoles con mayor valor de mercado. Roberto Olabe también se manifestó con contundencia y lógica preocupación hace un par de semanas cuando analizó el mercado que estaba por venir: “Preveo un verano muy largo, con gente que tiene mucho capital”. Como se está viendo en las últimas horas, Arabia Saudí está lanzando ofertas millonarias a diestro y siniestro, como ya sucedió en su momento con David Silva.

En principio, en la Real son optimistas de cara a evitar que este verano ninguna salida de sus pilares más importantes vaya a condicionar su planificación, como sucedió con Alexander Isak. Merino es el tercer español más valorado con 50 millones, según Transfermarket. Su cláusula de rescisión es de 60 millones de euros y, aunque su entorno ha recibido llamadas en los últimos veranos, en el club están relativamente tranquilos con su continuidad e incluso son optimistas de cara a su renovación: “Salir de la Real es para ir a más y es muy difícil ir a más. Creo que jugadores, club, entrenador y afición, estamos generando algo muy bonito que ojalá siga así”, dijo en Marca el propio Mikel, que siempre suena sincero y comprometido con el proyecto txuri-urdin. 

En lo que respecta a Zubimendi, el sexto más valorado con 40 millones, la situación se ha calmado en las últimas semanas. Xavi le ha señalado como el heredero ideal para Busquets y el faro perfecto para su nuevo proyecto para el curso que viene, pero el donostiarra le ha cerrado la puerta en demasiadas ocasiones. Su cláusula es de 60 millones y sueña jugar con la Real la Champions. Lo que ha heredado ya seguro es el 4 de Illarramendi para subir de galones en Zubieta.

Oyarzabal sí que va a pasar su verano más tranquilo desde que es jugador del primer equipo. También con valor de 40 millones, pero su cláusula asciende a 75 millones. Por su cabeza solo pasa comenzar la pretemporada al mismo ritmo que sus compañeros y recuperar su mejor nivel para ser de nuevo la gran estrella de la Real. Es el nuevo capitán y por su cabeza ya solo parece pasar desde hace mucho tiempo erigirse en otro legendario one club man. 

Le Normand es el décimo más valorado, en 35 millones. Pocos realistas más agradecidos al club, a la afición y al territorio por acogerle de esta manera tan cariñosa y cercana. Su cláusula de 60 millones es bastante alta para ser un central. 

Ninguno de estos futbolistas parecen estar cerca de marcharse y si les llega alguna propuesta mareante, todos ellos han dejado claro que siempre irán de la mano del club.

El otro realista más codiciado es Take Kubo. El club abonó el pasado año 6,5 millones al Madrid para su traspaso. Los blancos se guardaron una opción al garantizarse el 50% de la plusvalía, por lo que podrían recuperarle por una cantidad que rondaría los 33 millones, ya que su cláusula es de 60 millones. Pese a que Asensio se ha marchado del Bernabéu, el Madrid no piensa mover ficha este verano para lograr su vuelta porque sabe que no piensa regresar ahora. El peligro estaría en clubes poderosos de la Premier, para los que no ha pasado inadvertido su fenomenal rendimiento. Sus agentes no ven con malos ojos que se mueva dada su triunfal campaña, pero Take es listo, tiene los pies en el suelo y, como dice Imanol, en pocos sitios va a estar mejor que en la Real. Como revela el dicho, virgencita, virgencita, que me quede como estoy...