Empezó en Mutriku. ¿Su sueño era ser futbolista o jugar en la Real como Prieto?

Yo siempre he sido de la Real. Todos en la familia lo son. La verdad es que lo veía lejos, no creía que fuera posible. Recuerdo cuando empecé en las pruebas y ahora viendo dónde me doy cuenta que he cumplido un sueño con mayúsculas.

Inconfundible, con greñas rubias.

(Risas) Es raro porque mis padres son morenitos y que yo naciera rubio fue rarito (risas). Al menos me parezco mucho a mi hermano.

Era un hijo de taxi, con el que viajaba a entrenar a Zubieta.

Venía con Iñigo y Beitia, pero antes de ellos veníamos en bus por toda la costa por la general. Llegábamos a las diez de la noche y luego me tenía que poner a hacer lo de la ikastola.

Llegó el Mundial sub’17, con ese penalti fallado en la tanda de la final sin haber errado ninguno...

Yo creo que fallé uno en el penúltimo entrenamiento. Me dijeron tiras el primero y fallé. Ahora que echo la vista atrás echo de menos que tuviésemos un coach o algo allí. Hoy es algo que está normalizado. No por ese momento, sino en el día a día. Los guipuzcoanos somos más humildes y ahí me sentí un poco… También es por la personalidad que tengo, pero a veces veo subir a chavales que son como yo.

Montanier le dio el mando desde su llegada.

Desde el primer momento confió en mí. En la primera temporada vivimos momentos complicados, pero es el que más apostó por mí, el que más confianza me dio y eso el jugador lo agradece y se nota. Que aunque hagas un partido malo, en el siguiente te ponga de nuevo.

En el segundo año se sale.

Yo tampoco tengo grandes recuerdos de cómo jugaba. Es verdad que el equipo jugaba a otra cosa, defendíamos en bloque bajo, salíamos a la contra no tenía tanta sensación de superioridad, de tener el control del balón como ahora… Ese año tanto yo como todo el equipo hicimos un gran año, quedamos cuartos y no hay nada más que decir.

Llegó como un tiro al Europeo sub’21

Allí sí que me salió un buen torneo. He visto alguna vez esa jugada ante Alemania que circula por las redes y yo tampoco sé cómo lo hice (risas).

Antes del Europeo no le había llamado el Madrid.

No, fue después.

Puede ser una gran noticia que venga un gigante a ficharle, pero no lo pasó bien ni en esos días.

Al final vino el Madrid, pasó lo que pasó y tampoco quiero darle muchas más vueltas. Fue incómodo tal y como sucedió.

¿Lo peor que le pasó en Madrid es que le hacían de menos?

No es que no me respetaban pero yo sí que sentí que no confiaban en mí. Empecé a percibir eso y perdí la confianza que tenía hasta en mí mismo. Al final allí traté con un coach que me ayudó un montón y empecé a darle la vuelta pero quizá era un poco tarde. Sufres aunque creo que en los momentos en los que más aprendes es cuando estás mal. Cuando todo va para adelante y rodado no te paras a pensar en nada.

No jugó la final de Champions a pesar de la sanción de Alonso.

No sé lo que pasó. Tal y como acabó la temporada sentía que no iba a jugar. Ancelotti no me dijo nada durante la última semana pero sentía eso. Cosas del fútbol.

A los dos años tiene muy claro que quería regresar a la Real a pesar de contar con ofertas más altas.

Sí. El Madrid se portó bien en mi salida. Hablé con ellos, les dije lo que sentía y me ayudaron en todo momento a pesar de que para ellos no era lo mejor y por esa parte estoy muy agradecido.

Como en casa en ningún lado.

Contento. Sabía que era mi casa, que iba a disfrutar, recuperar la confianza que había perdido. Que después de todo lo que pasó iba a ser un poco difícil pero que le daría la vuelta y así ha sido. No me arrepiento de nada por volver, por disfrutar de esto y por ver el progreso que ha tenido el club desde entonces.

Y aparecen las lesiones.

Fueron dos lesiones pero como si fuesen tres porque en la primera no me operé y no salió bien. Perdí cuatro o cinco meses sin operarme, empecé a entrenar, luego me rompí el peroné y cuando me recuperé les dije que con el abductor así no podía seguir jugando. Me acuerdo que jugaba infiltrado por el dolor hasta en pretemporada. No me sentía bien, cada vez que golpeaba el balón me daba pinchazos y ya cuando me lesioné del peroné creí que en ese tiempo me recuperaría pero cuando volví me di cuenta de que no, que me dolía, fuimos a otro médico y me dijo que había que operar.

¿Pensó que no le daba la vuelta?

Entre una cosa y otra en dos años jugué tres partidos y pasarse fuera de la elite tanto tiempo es difícil porque pierdes un montón de físico y hoy en día el físico influye mucho. Sí que lo veía negro pero he trabajado un montón por volver y he acabado disfrutando y contento.

En su carrera me faltan más partidos con la Real: 251.

Yo cuando empecé tampoco jugamos Europa, era un partido a la semana. Ahora, y ojalá que siga así, son dos y yo al final los años que me he perdido siempre hemos jugado Europa. Pero así es el fútbol.

¿Volvería a hacer todo igual?

Sí. Veo al chaval que llegó con once años aquí, veo el progreso y la carrera que ha tenido y joe, estoy orgulloso y muy contento por todo lo conseguido en lo futbolístico y lo personal. No me arrepiento de nada.

¿Lo mejor y lo peor de su carrera lo vivió en la final de Copa?

El día previo se me vino todo encima. Después de todo lo que había sufrido volvía a estar con el equipo, había jugado unos cuantos partidos, me encontraba físicamente bastante bien y me rompí el gemelo. No sé si fue la tensión o qué. Noté algo en el calentamiento, pero me dije ahora no voy a pararme, voy a seguir y cuando golpeé el balón me dio un latigazo y a animar desde fuera.

¿Iba a ser titular?

Tenía la sensación de que no (risas). Con Ima nunca se sabe, porque dice el equipo dos horas antes, pero los partidos anteriores no había jugado, Martin estaba bien…

Ahora puede decirlo, ¿cuántas veces ha dicho que no al Athletic?

Es cierto que tocaban mucho la puerta, pero la mía y la de todos. Unas cuantas veces sí (risas).

Pero siempre dijo que no, que usted era de la Real.

Eso lo tenía muy claro.

Parte de la afición no le perdona que se fuera al Madrid

Al final cada uno puede pensar lo que quiera y sentir lo que quiera. Cada uno tiene una opinión y hay que respetarla.

¿Qué le ha faltado en su carrera?

He intentado disfrutar en todo momento y me quedo con eso: los amigos que me llevo, los momentos buenos y malos, todo lo aprendido y estoy contento con lo que he vivido.

¿Cómo le gustaría que le recordasen?

Como una persona humilde, cercana, amigo de los amigos.