La expulsión de Brais Méndez condicionó la eliminatoria ante el Barcelona. Es cuestión de perogrullo, ya que si la empresa era ardua y complicada ya de por sí dado el escenario, el nivel del anfitrión, el formato de la competición y la dramática lista de lesiones, con un jugador menos la cuesta se empinaba casi de forma definitiva. Y además el expulsado no era un cualquiera, sino uno de los cuatro magníficos del rombo mágico, en el que ya faltaban otros dos por lesión, Merino y Silva.

Lo fácil sería cargar todas las tintas con el talentoso gallego, pero la Real no le eliminaron solo por su error. Hay que tener en cuenta que era la primera vez en 198 encuentros de profesional que le expulsaban. No deja de ser curioso, ya que cuando era juvenil, en una eliminatoria de Copa ante el Celta que aún recuerdan varios de sus ahora compañeros la decidió un gol suyo: “Fue una eliminatoria loca. Metí el gol y luego me expulsaron sin hacer nada”, declaró en una entrevista a este periódico hace unos meses. Y eso que la Real regresó indignada por el arbitraje: “No sé si fue robo, yo no lo recuerdo, la verdad”, manifestó entre risas.

Brais ha caído de pie en un vestuario en el que le aprecian mucho y, sobre todo, le respetan por la indiscutible calidad que atesora. Como es normal, al de Mos se le vio muy fastidiado en el viaje de vuelta al ser consciente de que la había pifiado por no poder controlar los nervios. Nada más acabar el duelo, aún en caliente y en el mismo terreno de juego, Aritz rompió una lanza en su favor: “Brais venía de recibir unos cuantos golpes no amonestados, y en una falta a favor de Kubo le expulsa. Mi opinión es que si el árbitro no vio roja en ese momento no puede venir el VAR después a rectificarle, porque el árbitro lo había visto claro. Ha sido dura la roja recibida, pero debemos estar orgullosos por la imagen dada”. Además de lanzar un certero dardo envenenado: “Hace no mucho hubo una situación parecida en este campo, pero ya está”.

Imanol también defendió a su pupilo, además de criticar la decisión del colegiado: “Si yo soy el árbitro, me llaman del VAR y veo la imagen, le expulso. Es clara. Pero evidentemente, es fútbol y, seguramente, tanto Xavi como yo, los dos, estamos de acuerdo en que, si no existiera el VAR y no te paran justo la imagen ahí, los dos y sobre todo ahora que el Barça es bastante más agresivo que lo que ha sido los últimos años, lo veríamos como una jugada más”.

Pero lo que más molestó a la expedición txuri-urdin es que consideraba que Gil Manzano no estaba capacitado para dirigir el encuentro tras la expulsión de Lewandowski en Pamplona y todo lo que sucedió después con el polémico castigo de tres partidos que todavía está cumpliendo en Liga. La presión de la prensa afín azulgrama fue feroz y, por si fuera poco la nefasta actuación del extremeño en el Valencia-Almería del lunes no hizo más que centrar el foco en su persona. Nada más saltar al terreno de juego fue recibido con una impresionante pitada y graves insultos por parte de una grada predispuesta a recordarle los agravios que, según el entorno azulgrana, había tenido con su equipo. Estamos hablando del mismo colegiado que anuló un gol legal a Juanmi casi al final de un Real-Barcelona que concluyó 1-1 en Anoeta.

El caso es que desde el primer momento al trencilla se le vio con una actitud muy receptiva y hasta cariñosa con Lewandoswski, algo que entraba dentro de lo esperable, pero que confirma que no era el ideal para dirigir el choque. Por si fuera poco, el polaco tuvo una noche caliente e hizo tres faltas que pudieron y hasta merecieron venir acompañadas de amonestación y se marchó de rositas. Una de ellas fue el flagrante y voluntario codazo que sacó de quicio a Brais.

Lo que molesta también a la Real es que Busquets no viese la amarilla por su peligrosa entrada a Kubo, ya que más tarde hubiese visto la segunda y hubiera sido expulsado.

Una pena, la Real cayó por sus propios errores como el de Brais y por no acertar en alguna de sus cuatro ocasiones claras, pero solo faltaba que, después de que solo su rival solo hablara del trencilla en la previa, no pudiera relamerse las heridas denunciando la diferencia de trato de Gil Manzano con los dos equipos. Un colegiado con el que ha perdido más de la mitad de sus partidos. Y punto.