Se lesiona en Vitoria el 2 de enero de 2022. ¿Cómo fue?

Fue muy forzado. Me dicen que eso no ha pasado en la vida. ¡Buf! Yo a la que intento levantarme el rival se me echa encima y la fuerza del isquio más su contrapeso hace que se parta. Yo noto tres crack en el isquio: crack, crack, crack. Tres. No era un desgarro, era como cada vez más. En cuanto me lo hago sé que no puedo seguir jugando. Podría haber salido andando, pero claro, era el minuto 2, tenía que calentar Janu y me dijeron de hacer tiempo. Pero luego me acuerdo que estoy en el vestuario hasta el minuto 40 o así con Jon el fisio y me dijo: vamos al campo, a ver si puedes apoyar la pierna. Apoyo la derecha y cuando apoyo la izquierda es como si tuviera la pierna completamente muerta. Salí al campo con las muletas y luego bajó Oyarzabal y le dije que había notado los tres crack y me dijo: venga ya, ahora vas a tener tres roturas, ¿no? (risas). Pues sí, tenía tres roturas en el isquio. Al día siguiente ya sabía que me tenía que operar.

Quirófano, la palabra temida.

Hostia claro, es que yo no podía operármela en Vitoria o Bilbao, era Barcelona o Finlandia. Javier Barrera, el médico, estuvo hablando con los médicos del Barça, por Dembelé y alguna otra lesión parecida y nos dijeron que el mejor haciendo esto era el finlandés.

¿Qué le dice Lasse Lempainen?

Él intenta quitarle peso, pero me dice que es muy traumática, que no había visto nunca una lesión así en futbolistas, quizás en algún esquiador. Como no ha habido tantos casos, es más difícil actuar. Me marqué de plazo volver en la pretemporada.

Arranca sí, pero se ve que no...

Al principio estaba muy bien pero a medida que iba a los entrenamientos, era como que no me daba cuenta porque era poco a poco, pero iba encogiendo el tendón. La diferencia entre las piernas se iba acortando. Cada vez podía alargar menos la pierna, no podía sprintar… Al final se va agarrotando el tendón y cada vez que estiraba un poco la pierna, me hacía ¡pa! (hace gesto de dolor).

"Más que con miedo a volver a lesionarme, lo que me ha pasado es que he vuelto a jugar con daño porque tenía el tendón destrozado"

¿Notaba como si se iba a romper otra vez?

No romperte, pero te preguntas: ¿voy a jugar siempre así? ¿Esto se puede curar o no? No sabíamos si iba a ser para siempre o no. Pruebas muchas cosas, parece que sí, pero no. Vuelvo con el médico finlandés pero me dice que es todo normal, que tranquilidad, que para lo traumática que es la lesión ha pasado poco tiempo y ya habían pasado diez meses. Yo estaba ya que me subía por las paredes. Me recupero otra vez, bueno vuelvo a tener muy buenas impresiones entrenado solo, vuelvo al equipo, partido contra el Celta y vuelvo a sentir malas sensaciones. Pum. Otra vez, estancado. No iba para adelante y me veía que no podía avanzar. Ahí es cuando buscamos la solución.

¿Cree que se precipitaron?

No, para nada. No es porque haya entrado en el equipo antes de tiempo porque yo cuando entrenaba solo me encontraba perfecto. La cosa era cuando empezaba con el equipo.

Por fin da con la tecla.

Vamos a Pamplona a otro fisio. Me lo recomendó la Real. Es Barrera quien me dice que podemos ver esa opción. Al final diferente, porque aunque estés lesionado, Imanol quiere verte en Zubieta entrenando. Y era raro porque yo me iba todos los días a Pamplona, volvía, hacía algunos ejercicios aquí, allí otra cosa… Ha sido complicado.

Parecía jugador de Osasuna...

He coincidido con alguno de Osasuna. Son muy buena gente.

¿Qué le cambia Mendigutxia?

Son ejercicios y saber mucho cómo va a reaccionar a cada cosa que hagas. Sabe que haciendo esto y esto va a ir bien y si hay opción, vamos a hacer 40.000 cosas para que vaya bien. Porque a mí cuando me dolía era cuando hacía mucha repetición de esfuerzos grandes y entrenamientos muy fuertes. Ahí ya me iba como encogiendo y este lo que sabe es qué hacer en cada momento que noto algo. Es ir poco a poco sabiendo cómo me va el isquio. Cuando te pase esto, tienes que hacer esto… Sigo en contacto con él, ya no voy pero me manda los ejercicios y los hago aquí. Pero muy bien, contento.

¿Ahora tiene las mejores sensaciones desde que se lesionó?

Entrenando con el equipo sí. Todavía puedo estar mucho mejor. No me encuentro a mi mejor nivel ni de lejos. Llevo solo cinco entrenamientos con el equipo. Tengo que hacerme a trabajar con gente, al balón... Pero el lunes hicimos un entrenamiento fuerte y me encontré muy bien. Al día siguiente, que es lo mejor, me encontraba bien todavía. El miércoles también entrenamos fuerte y sigo bien.

¿He recibido ayuda psicológica?

No, pero no me importaría. Todos estamos necesitados de ayuda, porque tenemos nuestros problemas, pero no he dado ese paso.

¿Cuál fue su peor día?

Después del partido del Celta. Jugamos a los tres días contra el Mallorca y ahí ya estaba como asqueado, no me encontraba nada bien. En el descanso solemos salir los suplentes a calentar y dar unos toques. Me acuerdo que cuando iba a empezar la segunda parte fui donde el doctor y le dije: Javi, yo no puedo jugar hoy. Ahí fue cuando empezamos a buscar lo de Pamplona y demás.

"Noté tres 'cracks', como si cada vez me rompía más; Oyarzabal me dijo: 'Venga, ahora vas a tener tres roturas, ¿no? Pues sí'"

Dicen que lo más duro en estas lesiones es superar el miedo a recaer.

Más que con miedo, jugaba con daño. Lo que tenían que quitar era el dolor, porque tenía el tendón destrozado.

¿Y le han dicho que vas a tener que jugar con dolor?

No, realmente no. No debería.

¿O sea que están convencidos de que se va a recuperar del todo?

Sí, eso es y estar perfecto, en principio sin más dolores

¡Incluso mejor de lo que estaba!

Siempre voy a tener que hacer estiramientos y mis rutinas después de los entrenamientos, pero en el campo debería estar al 200%.

Los aficionados y las redes sociales pueden ser muy crueles: “Está acabado”, “no era para tanto”, “no se va de un buzo”, “es de cristal”…

En el fondo lo puedo entender, porque estamos muy expuestos y es normal e inevitable que la gente hable. Al final a mí lo que me interesa es lo que me comente la gente que me importa. ¿Qué te puede afectar? Por supuesto, porque al final cuando vas bien, eres el puto amo y cuando vas mal eres una mierda. Y te preguntas, ¿soy una mierda de verdad? Si empiezas a comerte la cabeza con todo estás liquidado. Lo mejor es pasar de esas cosas. Si son críticas constructivas, que también las hay y te escriben por privado, yo las encajo fenomenal. Si es para machacarme, ni las voy a leer.

Acaba de cumplir 21 años. No es que tengs toda la vida, es que tiene toda la carrera por delante.

Me hace gracia cuando dicen que suben del filial un compañero joven y tal y yo me quedo pensando… ¡pero si son de mi edad o un año menos!

¡Como Cho, que ha llegado con 18!

Este va a ser una moto. Tiene unas condiciones el tío…

El que le tiene una confianza impresionante es Imanol.

Siempre, siempre, siempre… Incluso estando yo a medias y él sabía que no me encontraba del todo bien, siempre me ha dado oportunidades. De verdad que muchas veces me he quedado pensando ostias, me va a sacar a mí. Cuando no me encontraba tan bien, incluso había veces que he visto a algún compañero que iba como un rayo en el entrenamiento y yo me daba cuenta de que no terminaba de sentirme perfecto y aún así me ponía. Yo siempre he salido a morir porque sé perfectamente lo mucho que confía en mí y que tengo que darlo todo. También te digo que Imanol sabe que yo le puedo dar lo mismo en los últimos diez minutos o quince que si salgo de titular. Sabe que voy a salir a muerte. Eso también me ha ayudado a ser, entre comillas, un buen suplente. O de garantías, por así decirlo.

Al grano, ¿cuándo reaparece?

Llevaba muy pocos entrenamientos para volver ante el Logroñés o Almería. Creo que necesitaba una semana larga de entrenamientos como esta, que me viera bien. Porque en una sesión dos días antes de los partidos no hacemos demasiado y no se puede ver cómo estoy. Pero el lunes y el miércoles ya hemos trabajado fuerte y acabas destrozado. A partir de ahora sí que puedo jugar algo.

¿Qué importancia le da a la compañía de Oyarzabal?

Su mentalidad es una locura.

Si veces es muy gruñoncete…

¡Es un gruñón! (risas) Pero también un cabezón, todo se lo toma con buen humor. Es increíble.

¿Ha tirado de usted estos meses?

No, tampoco, yo no necesito que tiren de mí. Yo cuando tengo que trabajar voy con todo. Tampoco me lo he tomado nunca como bah, qué puta mierda, estoy lesionado… Yo venía contento a Zubieta a trabajar con todos y estábamos juntos.

Bueno, en el gimnasio ha tenido buen ambiente estos meses…

¡Imagínate! Eso sí, cuando se lesionó Oyarzabal fue como no es posible, ¿ahora? Al principio no nos lo queríamos creer. Es muy importante para todos, no solo para los aficionados, es un peso pesado.

"Ahora lo que necesito es confianza y atrevimiento, más aún siendo un extremo, que tenemos que ser valientes y descarados"

Le pregunto por su madre, entrenadora profesional de éxito de baloncesto. Lo que habrá sufrido y lo que te habrá ayudado…

Bueno en mi familia saben que en el fútbol te pueden pasar estas cosas e igual es al revés, quizá sean los que con más naturalidad se lo han tomado. Han intentado siempre estar tranquilos ellos para tranquilizarme a mí. Al final te ayudan en todo. Cuando estaba con muletas eran los que me traían la cena al sofá. Se agradece.

No parece de los que se come mucho la cabeza cuando se mete en la cama…

No, la verdad que no. Me machaco mucho más porque no me salían las cosas que porque no estaba bien. No me veía capacitado, eso es lo que me jodía realmente. El estar lesionado, desgraciadamente, entra dentro de la normalidad en la carrera de un futbolista y lo que tienes que hacer es recuperarte bien.

Ahora valorará más lo que supone jugar con esa confianza que le permitió saltarse escalones...

Un futbolista sin confianza no es nadie. Lo que necesito es confianza, atrevimiento… Creo que a los extremos, que tenemos que ser valientes y descarados, te lo da todo los minutos y la continuidad. En mi primera temporada es que jugaba todos los minutos en todas las categorías. En el juvenil, en el C, en el Sanse… En ningún momento fui suplente. Y que conste, que en el primer equipo he sido suplente porque en los entrenamientos ha habido compañeros que han sido mejores que yo. Pero no es lo mismo un entrenamiento que un partido, y ese atrevimiento se coge en la competición.

La Real no espera nadie: Kubo, Cho, Ander Martín… Vas atener que derribar otra vez la puerta.

Hay gente muy buena. Es normal, si quieres tener un equipo en Champions o en Europa necesitas contar con jugadores de ese nivel y la Real los tiene. Eso tiene que ser algo positivo y aprovecharme de ellos. Con Kubo y la calidad que tiene, le puedo lanzar una pared y me va a dar perfecta. Nos mejoramos los unos a los otros.