A mediados de la pasada década, el carácter cada vez más globalizado del fútbol obligaba ya, incluso a los clubes con mayor tradición de cantera, a innovar con ciertas apuestas. La Real Sociedad no fue ajena a tal fenómeno, y en tan solo un año incorporó al Sanse, su filial, a dos jóvenes centrales procedentes del mercado internacional. Curiosamente, ambos se enfrentan este domingo (14.00 horas) en la visita txuri-urdin al Almería. Curiosamente también, el carácter dispar de sus trayectorias en el club contrasta de lleno con las expectativas desde las que aterrizaron en su día en Zubieta. Cuajó Robin Le Normand, una especie de patito feo a su llegada. Y no llegó a triunfar como blanquiazul el serbio Srdjan Babic, pese a ser fichado como flamante campeón del mundo sub-20.

El central balcánico se incorporó al segundo equipo realista durante el verano de 2015, solo días después de que la Serbia juvenil de los Maksimovic (Getafe), Milinkovic-Savic (Lazio) o Zivkovic (ahora en el PAOK Salónica) se impusiera a Brasil en la final del Mundial de la categoría. El club guipuzcoano pagó un millón de euros a la Vojvodina, equipo con el que Babic ya había debutado en la Primera División de su país. Pero el plan txuri-urdin con este espigado central zurdo no terminó de resultar. En su primer curso, fue un fijo en el Sanse de Imanol. En el segundo, mientras, apenas contó durante su cesión al Reus (Segunda División). Y durante el tercero, a préstamo en el Estrella Roja, se ganó al menos que la entidad de Belgrado apostara por él. Era verano de 2018, con Olabe recién llegado a las oficinas de Anoeta, y el gasteiztarra accedió a la venta del zaguero por 800.000 euros.

SRDJAN BABIC: UNA EXPERIENCIA FATAL EN REUS

Siempre resulta complicado dar con los motivos exactos por los que un futbolista no termina de cuajar en un club determinado. Es el caso también de la fallida experiencia de Srdjan Babic como jugador de la Real Sociedad, aunque el repaso a su trayectoria como txuri-urdin apunta claramente a una campaña negra, la que el serbio pasó cedido en el Reus (Segunda División). ¿Por qué? Porque el balcánico aportó rendimiento en el Sanse durante su primer curso en la entidad (2015-16), a las órdenes de Imanol Alguacil. Y porque el préstamo en el tercero (2017-18), en el Estrella Roja de Belgrado, también se saldó de forma positiva.

Así, la experiencia del defensa serbio en tierras catalanas habría marcado su futuro blanquiazul. Con el Reus solo jugó once partidos en la categoría de plata. Y a esto se le sumaría, apenas un año después, el aterrizaje en la dirección deportiva txuri-urdin de un técnico, Roberto Olabe, distinto a quien le contrató en su día, Loren. Con el gasteiztarra a los mandos, Babic fue traspasado en verano de 2018 al propio Estrella Roja tras la mencionada cesión en el equipo de Belgrado. 

Así, el jugador balcánico abandonó la Real para regresar a su país, transcurrido ya un tiempo desde sus apariciones en partidos amistosos con el primer equipo txuri-urdin. Estas se produjeron justo tras su temporada en el Sanse, la primera de las tres en que perteneció al club, y a las órdenes de un EusebioSacristán que se lo llevó a una gira estadounidense al concluir la Liga 2015-16. El vallisoletano también apostó por verle en bolos de la posterior precampaña veraniega, entre ellos un duelo contra la Unión Deportiva Logroñés saldado con victoria (1-0) gracias a un gol del propio Babic. Pero finalmente se optó por una cesión al Reus que no terminó de funcionar y que para el zaguero serbio supuso el principio del fin. Cuatro años y medio después de desvincularse de la institución blanquiazul, mañana se medirá a ella como jugador de Primera y estatus de internacional. 

La carrera de Babic, sin embargo, no terminó de asentarse al regresar a casa. Tras dos campañas más en la plantilla, el propio Estrella Roja le cedió al Famalicao portugués (2020) y al Almería (2021), logrando el futbolista ascender a Primera con los andaluces. Consumado el éxito, la entidad sureña se decidió este verano a adquirir los derechos del defensa por 1,1 kilos, otorgándole además el bastón de mando (es uno de los capitanes) y lanzando su trayectoria. El ex realista estuvo en el pasado Mundial de Catar, y su valor de mercado, según Transfermarkt, marca ahora un máximo histórico de tres millones.

¿Qué hay de Le Normand? El desenlace de su historia resulta de sobra conocido. Esta arrancó, mientras, con el galo llegando a Zubieta a prueba en 2016 (un año después de Babic), tras ser descartado por un Brest que no se atrevió a promocionarle desde el filial. Consiguió quedarse en la Real a base de trabajo, pese a conocer inicios muy complicados. Y ahora es uno de los baluartes del tercer clasificado de la Liga, opositando además a entrar en la potente selección francesa.

ROBIN LE NORMAND: TRABAJO Y MÁS TRABAJO

Ahora se lo toma casi a guasa. “Cada vez que entrenamos ahí arriba me acuerdo de aquel partido”, reconocía entre risas Robin Le Normand durante una entrevista concedida a NOTICIAS DE GIPUZKOA en agosto de 2021. Con sus palabras, se refería al Sanse-Albacete (2-2) de la segunda jornada liguera 2016-17, partido jugado en el campo Z7 de Zubieta. Fue su debut con el filial txuri-urdin e Imanol le sustituyó durante la segunda parte. Solo una semana después, el galo volvió a ser titular, de nuevo en casa y ante el Real Unión: entonces Alguacil apostó por cambiarle al descanso.

Al defensa txuri-urdin le costó un mundo adaptarse a la propuesta de juego realista, muy distinta a la del Brest francés en cuyas categorías inferiores creció. Llegó a disputar un encuentro de liga con el primer equipo del club galo, en segunda división, pero no le terminaron de promocionar y recaló en Zubieta para describir una trayectoria basada en el trabajo. Poco a poco, las sesiones con el entrenador oriotarra surtieron efecto y las sustituciones en pleno partido menguaron en número. Durante su segunda campaña en el Sanse, Robin ya era un indiscutible. Y en la tercera le llegó la oportunidad de debutar arriba, curiosamente a las órdenes de otro técnico, Asier Garitano.

Menos de un mes después del estreno de Le Normand con los mayores, en el Benito Villamarín frente al Betis, el bergararra fue cesado y el propio Imanol se hizo cargo del primer plantel, lo que a medio plazo significó el acceso del zaguero galo al primer plantel. Este se confirmó durante el verano posterior, el de 2019, circunstancia que en ningún caso frenó el crecimiento del futbolista. Con él han mediado hasta la fecha dos renovaciones, acordes al estatus que el defensa está adquiriendo en el equipo. Su nombre acostumbra a sonar con fuerza durante los días previos a cada convocatoria que ofrece el seleccionador Didier Deschamps, pero la llamada del combinado nacional no ha llegado aún para el central txuri-urdin.