Minuto 20. Buena presión tras pérdida de David Silva, quien roba a Torró y lanza en transición a Take Kubo. Rechace osasunista, saque de banda y gol de Brais.
Minuto 63. Aitor atrapa un centro de Kubo y Osasuna trata de salir al contragolpe. Le Normand defiende hacia delante a Kike, a campo abierto, para ganar el duelo y recuperar el esférico. La Real cocina el 2-0 de Sorloth.
Anotando tras los dos robos analizados, la Real ganó un partido cuyo primer tiempo resultó equilibrado, marcado por el planteamiento de Osasuna en 3-5-2. En presión alta, emparejamientos prácticamente al hombre. En bloque medio, prioridad a tapar los carriles interiores, ofreciendo a la Real salida exterior.
Pasamos de pizarra a captura para ilustrar los roles de los carrileros rojillos, Manu-Peña. Algo orientados dentro para poder ayudar ante posibles pases interiores. Y en altura intermedia para presionar o replegar en función de la orientación de la salida txuri-urdin.
Ante la dificultad de conectar con los centrocampistas, la Real aceptó que Aritz-Rico eran sus vías de salida ¿Qué hacía Osasuna?. Carrilero del lado fuerte apretaba a balón. El otro se retrasaba para cerrar en línea de cuatro.
En clave txuri-urdin, dentro del 4-3-3 que eligió Imanol, fue interesante el reparto de los interiores: Brais derecha y Silva izquierda. El míster utilizó a canario y gallego para amenazar el espacio (ROJO) que se abría entre centrales rojillos.
La banda izquierda, con Rico-Cho, supuso un recurso más directo. La Real lo intentó más por la derecha, desde ataques elaborados en mayor medida y en los que también participaba Silva, cayendo con frecuencia a este sector. En la imagen, Brais corre entre David García y Cruz.
El Silva-Torró mantuvo 'tranquilo' a Jagoba para neutralizar estos movimientos en la izquierda, ya que el pivote osasunista era capaz de contener en carrera al canario. Pero en la derecha a Moi le podía costar más con Brais. Algo ajustó el técnico de Osasuna... Manu deja de ir a Aritz y se queda con Kubo. Cruz, libre, ejerce de 'escoba'.
Desde esta idea, Osasuna logró propiciar un primer tiempo igualado, aunque decantado por ese rechace de Aimar que se convirtió en 'asistencia' a Brais. En el segundo tiempo, antes incluso que los jugadores y el dibujo, los visitantes cambiaron la actitud, más ofensiva y expuesta. La Real lo aprovechó para conectar entre líneas con lanzadores que sirvieran a la espalda de la zaga navarra. Así marcó el 2-0, antes de conservar la renta con defensa de cinco en los minutos finales.