Capítulo cerrado, y un claro deseo mutuo de pasar página y desescalar la tensión. Un abrazo y un apretón de manos a las 17.30 horas de la tarde entre el lehendakari Pradales y la alcaldesa socialista de Gasteiz han servido este jueves para cerrar dos semanas horribilis en el pacto de coalición PNV-PSE. Ambos comparecieron en Lehendakaritza para anunciar la renovación del canon de capitalidad de la ciudad, un convenio que supondrá que en los próximos cuatro años el Gobierno vasco aporte al ayuntamiento 50 millones, un 25% más que con el acuerdo vigente; pero las preguntas posteriores de los medios de comunicación giraron de manera inevitable en torno a las últimas fricciones entre los dos partidos, socios en el Gobierno de Pradales. El interés se centró en las declaraciones que realizó el lehendakari sobre la migración que necesita Euskadi y la que recibe, y en la inquietante insinuación que realizó después el líder socialista Eneko Andueza, quien puso en duda las ganas del PNV de seguir gobernando juntos. Pradales tuvo la oportunidad de explicarse por primera vez, y se le notó su intención de rebajar el suflé. De hecho, lo redujo a un simple “catarro” que se cura con “paracetamol”, e intentó pasar página de este desencuentro, ya que el Gobierno vasco goza “de una excelente salud” y va a seguir gobernando. Maider Etxebarria lo respaldó, puso en valor que ambos partidos están gobernando codo con codo, “con diferentes pensamientos pero con sintonía” y lo van a “seguir” haciendo, porque “siempre que haya dificultades”, se reforzará lo que haya que reforzar. No quiso decir una palabra sobre el macrocentro de refugiados que prevé abrir el Gobierno español en Gasteiz y que enfrenta a PNV y PSE. Este jueves la noticia era el canon de capitalidad, y que ambas partes entierran el hacha de guerra.
El lehendakari no dejó un solo resquicio para hacer cábalas con el futuro del acuerdo. “El Gobierno de coalición goza de muy buena salud, no hay ninguna duda. Voy a utilizar una metáfora. A todos nos pasa que a veces, a pesar de tener salud, por el clima cogemos un catarro, un constipado, y creo que hemos tenido un pequeño catarro. La tos a veces hace mucho ruido, pero con paracetamol y reposo se arregla. Un resfriado no es nada de gravedad, pasa rápido, y además genera defensas para afrontar en el futuro las cosas de manera mucho mejor. Estoy convencido de que vamos a seguir gobernando con un gobierno de coalición que goza de excelente salud porque los consejeros están a lo que demanda la sociedad”, sentenció.
Pradales no puso nombres y apellidos al “ruido”. No se lo atribuyó a Andueza y a su estrategia de amplificar la visibilidad pública del PSE con la mirada puesta en las elecciones municipales y forales de 2027. Se limitó a blindar la alianza. Como lehendakari, optó por un tono institucional y conciliador, y además se notaba su deseo de despachar esta polémica. La Ejecutiva nacional del PNV ya rechazó las “provocaciones” de Andueza el miércoles, aunque le recriminó sus palabras. Este jueves, el lehendakari quiso dejar correr el asunto y no tuvo reproches. Parece que todas las partes se han conjurado para frenar esta escalada, de la que solo sacan provecho EH Bildu y PP.
Discreción sobre los contactos con Andueza
El lehendakari recibió desde el primer segundo preguntas relacionadas con este desencuentro, pero las dejó para el final porque lo “importante” era la renovación del canon. Eso sí, no llegó a confirmar ni tampoco desmintió si había mantenido por la mañana una reunión con el secretario general del PSE, Eneko Andueza, aprovechando el pleno del Parlamento Vasco. Se aferró a la discreción y jugó al despiste asegurando que también coincidió con Pello Otxandiano y Javier de Andrés. También le preguntaron si PNV y PSE han convocado la comisión de seguimiento del pacto, y zanjó que no encuentra “ningún motivo” para hacerlo.
Su explicación sobre la migración
Cuando se le pidió que explicara lo que quiso decir con la migración que recibe Euskadi y la que necesita, sin llegar a destripar lo que responderá este viernes en el pleno de control del Parlamento Vasco, sí quiso aclarar que pone “a las personas en el centro” y que “toda persona tiene derecho a vivir una vida mejor y prosperar”. Esto desmiente la lectura de la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, y Eneko Andueza, quienes habían interpretado que el lehendakari quiere aceptar solo a migrantes de alta cualificación. El propio Pradales, originario del barrio santurtziarra de Mamariga, tiene raíces familiares de otros puntos del Estado español y sus apellidos son castellanos.
Negó un giro hacia posiciones más duras o una renuncia a los postulados humanistas. “La posición del Gobierno es la de hasta ahora, el pacto social vasco por la migración”, dijo, para recordar que el pasado mes de abril, el Parlamento Vasco, con casi un 90% de los votos (PNV, PSE y EH Bildu) “se ratificó en una migración ordenada, segura y regular”. “Así lo recogemos en nuestro acuerdo de Gobierno, que habla de fidelizar y atraer talento, integrar a las personas migrantes y refugiadas... Tengo clara una cosa, no voy a alimentar polémicas, menos aún en una cuestión como esta, que afecta a los derechos humanos, porque toda persona tiene derecho a vivir una vida mejor y a prosperar. Espero que mañana todos los partidos estemos a la altura”, concluyó. Maider Etxebarria secundó la apuesta por el acuerdo. La socialista necesita los votos del PNV para mantener la estabilidad en su alcaldía. La relación es bidireccional y, por encima de las declaraciones altisonantes, a los cargos institucionales les interesa mantener la cooperación.
Acuerdos
En las últimas horas, la política vasca había entrado en dos realidades paralelas. Las declaraciones públicas del líder del PSE, Eneko Andueza, sugerían que la relación entre el PNV y los socialistas se asoma al precipicio; pero, mientras tanto, se van apagando algunos de los incendios declarados por el propio Andueza. Este mismo jueves se anunció un principio de acuerdo entre los gobiernos vasco y español (este último, liderado por los socialistas) sobre el decreto para la creación de nuevas universidades, lo que da a entender que las discrepancias se encauzan y se viven con normalidad y no como una afrenta entre aliados.
Al mismo tiempo, la portavoz del Gobierno de coalición PNV-PSE, Maria Ubarretxena, trataba de blindar la estabilidad del equipo, que el Ejecutivo quede al margen de la controversia. La portavoz quiso encapsular todos estos episodios como una cuestión que afecta en exclusiva a los partidos. Pidió “bajar los decibelios”, evitó responder de manera expresa al secretario general socialista aunque fue una de las aludidas por sus críticas, y trató de poner fin al bucle. Frente a la disputa semántica basada en las interpretaciones de las declaraciones del lehendakari, Ubarretxena contrapuso las acciones objetivas del Gobierno, que responden a una estrategia conjunta basada en la integración de los migrantes por la vía laboral. El propio vicelehendakari segundo, el socialista Mikel Torres, va a asumir la competencia para autorizar los permisos de trabajo el 1 de julio.
En una entrevista concedida a ETB-1, cuando le recordaron que Andueza le ha recriminado que no hiciera públicas en rueda de prensa las intervenciones discrepantes de los integrantes socialistas del Consejo de Gobierno sobre la migración y sobre el decreto de universidades, Ubarretxena insistió en que “no hubo desacuerdo”, sino que simplemente “se dieron explicaciones”; y mantuvo que hay una “atmósfera de lealtad”, hasta el punto de que estas cuestiones son más “un tema de los medios de comunicación y los partidos”. No respondió de manera directa a Andueza. “Soy más favorable a construir puentes que a destruirlos. Más que palabras, las acciones demuestran lo que hace este gobierno”, zanjó.
¿Y cuál es la posición del Gobierno sobre el asunto migratorio? Contar con herramientas para afrontar el reto demográfico, la política migratoria, y poder integrar a las personas por la vía laboral. Nada que no se haya hecho hasta ahora: se han acordado las transferencias de la segunda fase de acogida, la homologación de títulos universitarios obtenidos en el extranjero para poder incorporar a nuevos profesionales al mercado de trabajo (aunque el Tribunal Supremo la ha tumbado), y la gestión de las autorizaciones iniciales de trabajo. “Está claro que necesitamos instrumentos. En 20 días, llegaron 200 solicitudes de convalidación de títulos. De eso estamos hablando. Las personas que vienen lo hacen normalmente por necesidad y para trabajar”, aclaró.