La Real Sociedad ya mira a tierras extremeñas, a Coria concretamente, donde el miércoles se medirá al conjunto local (21.00 horas) en la segunda ronda de la Copa del Rey. La plantilla txuri-urdin descansó este domingo y regresa este lunes al trabajo con el chip de la competición incorporado, tras dejar atrás dos semanas de mini pretemporada invernal que se han asemejado, de pleno además, a las últimas preparaciones veraniegas llevadas a cabo por el equipo. Solo queda esperar que se repita también la historia en la vuelta de los partidos oficiales, porque los de Imanol, tras semanas plagadas de bajas, contratiempos y amistosos disputados en cuadro, siempre han sabido tomarle el pulso a la Liga con motivo de sus primeras jornadas.

El técnico oriotarra no perdona. Se caracteriza por su exigencia en todos y cada uno de los entrenamientos que dirige, independientemente del momento de la campaña en que tengan lugar. Y esto afecta también a períodos de precampaña como el que ya queda atrás. El trabajo intenso en las sesiones de Zubieta resulta innegociable, aunque luego afecte en el bolo de turno. Y este mes de diciembre ha significado una nueva prueba de todo ello. Han caído lesionados, con dolencias musculares, Carlos Fernández, Beñat Turrientes y Álex Sola, tras confirmarse este domingo la rotura “en el músculo semitendinoso del muslo derecho” del lateral donostiarra. Y en Elland Road faltaron además, por precaución, Rico, Merino y Sorloth.

Once bajas

La Real viajó a Inglaterra sin diez futbolistas. Se quedaron en casa los lesionados Barrenetxea, Carlos, Turrientes, Oyarzabal, Sadiq y Aihen, con el propio Sola siendo luego relevado. Tampoco entraron en la lista los mencionados Merino, Sorloth y Rico, todos entre algodones. Y faltó igualmente el mundialista Kubo, quien se reincorpora este lunes a la disciplina txuri-urdin. En total, once jugadores, aunque la lista de ausencias para el encuentro del miércoles en Coria seguro que resulta menos extensa. Además, y pese a las evidentes carencias en determinadas demarcaciones (delantera y lateral zurdo), el equipo se ha mostrado competitivo en los dos amistosos celebrados.

Porque el balón ha rodado, ante Rayo y Leeds. Y porque ambos encuentros han servido al entrenador para alternar dibujos y ensayar estructuras diferentes, otro clásico de las pretemporadas. El 3-5-2 y el 4-3-3 han sustituido durante largas fases de los encuentros a un 4-4-2 de medular en rombo que solo apareció durante quince minutos en Inglaterra. Un empate en Anoeta (1-1) y una derrota en Elland Road (2-1) suponen el bagaje en cuanto a resultados, pero los realmente importantes son los que vienen a partir de ahora, y este equipo acostumbra a arrancar bien. ¿Un ejemplo? Cinco puntos de nueve, seis de nueve y seis de nueve significan sus primeras recolectas ligueras en los inicios de 2020, 2021 y 2022, tras veranos similares a este diciembre.

ANTE EL RAYO, NI ATISBO DEL 4-4-2 EN ROMBO

De los dos amistosos disputados por la Real este mes, quizás el del Rayo Vallecano resulte el más significativo en cuanto a las pruebas tácticas realizadas. Y es que, si el equipo txuri-urdin viajaba este viernes a Leeds sin diez futbolistas del plantel, encaró antes el duelo contra los franjirrojos con solo cinco ausencias. Destacó en Anoeta el hecho de que Imanol prescindiera del dibujo más utilizado esta temporada, un 4-4-2 con medular en rombo. Aunque lo cierto es que en los dos encuentros inmediatamente anteriores al parón, ante Sevilla y Cazalegas, el 4-3-3 ya había tenido mucho protagonismo.

El oriotarra recurrió a este dibujo durante la segunda parte contra el Rayo. En la primera, mientras, innovó con un 3-5-2 en cuyo eje de la defensa actuó Martín Zubimendi. Durante los últimos meses ha resultado muy habitual ver al donostiarra, partiendo de la posición de pivote, incrustarse entre los centrales para dar salida al balón o hacerlo también en fase defensiva para cerrar con cinco atrás, tanto en fases de repliegue como en acciones de presión alta. El 3 ha ejercido igualmente de central a tiempo completo en los minutos finales de partidos en los que se pretendía conservar un marcador favorable. Pero su rol ante el Rayo llamó la atención porque resultó muy claro y marcado desde el arranque del encuentro. Hacía mucho tiempo que no se le veía jugando este papel de forma tan fija, quizás desde un 1-6 encajado ante el Barça, en el partido inmediatamente anterior a la histórica final de Copa.

Tras el descanso, ante los vallecanos, Imanol introdujo el mencionado 4-3-3, de composición condicionada por la lesión de Turrientes en el calentamiento. David Silva pasó a jugar en la segunda altura de la medular, con Robert Navarro en la tercera, y esto permitió brillar con luz propia a ambos. Momo Cho como extremo zurdo también rindió a un buen nivel. 

LA REAL MÁS CAMALEÓNICA EN ELLAND ROAD

Si la nómina de bajas en uno y otro partido da mayor fuste a las pruebas realizadas contra el Rayo, la intensidad del encuentro jugado el viernes en Leeds quizás otorgue un peso preponderante a lo visto en Elland Road, donde la Real disputó un duelo de transcurso bastante similar a cualquier contienda de competición oficial. En una noche de muchas disputas y de pierna fuerte, Imanol reordenó a los suyos en el minuto 30, ejecutando una maniobra que, antes que premeditada, se antojó adecuada a las circunstancias del encuentro. En cualquier caso, siempre quedará la duda sobre cuánto condicionaron los planes del oriotarra las diez bajas en su plantel.

De inicio, recurrió de nuevo al 3-5-2 visto contra el Rayo, aunque esta vez con Martín Zubimendi compartiendo medular con Brais y Silva. El Leeds, algo más precavido de lo habitual en la presión, apostó por un sistema de vigilancias intermedias que permitía a la Real la salida exterior, situación ante la que Imanol apostó por variar al 4-3-3. En ausencia de laterales izquierdos en la convocatoria, situó ahí a Jon Pacheco. Y el equipo, sin llegar a generar oportunidades del todo claras, sí mejoró, al acertar a enganchar en posiciones interiores con sus futbolistas de ataque: Silva, Brais o incluso los extremos Cho y Robert Navarro, quienes trazaban movimientos interiores.

Tras el descanso, mientras, la Real pasó a formar en un 4-4-2 (rombo) con el que se repitió la historia: mejoría, hallazgo de interesantes superioridades por dentro y falta de acierto en el penúltimo y el último pase. Justo tras el 2-1, encajado en una rápida transición del Leeds después de robar el balón, Imanol sentó a Brais y a Silva y regresó al 4-3-3 con el que había cerrado la primera mitad. Ander Martín, ejerciendo de multiusos, jugó allí donde se lo demandaron y cumplió siempre, igual que un Ander Guevara que debió concluir el encuentro como central improvisado. Ya con Sola fuera tras lesionarse, la Real cerró el partido con diez y dispuesta en 4-3-2.