La Real Sociedad venció este miércoles al Sevilla en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, en partido correspondiente a la 14ª jornada de Liga. Los txuri-urdin sumaron tres puntos importantes en un duelo marcado por su superioridad numérica tras las expulsiones de Rakitic y Nianzou. Después de un alocado tramo final del primer tiempo, ya dentro de un contexto de once contra nueve, Imanol Alguacil apostó por una segunda mitad de mínimos desde la amplitud del 4-3-3 y también desde la paciencia para atacar sin correr riesgos. Este es el análisis táctico del encuentro.

Primeros minutos con ambos equipos presionando mediante bloques muy altos. La Real, saltando con Sola a Telles en banda derecha y 'jugando' con la posición de Merino (Navas flotado) en la izquierda. Este ala es la que venía ocupando Rafa Mir e Imanol prioriza tapar la contraria.

Aquí vemos, explicado en formato pizarra, el sistema de emparejamientos txuri-urdin ante un dibujo de Sampaoli bastante líquido y difícil de descifrar. BLANCO: el movimiento de ayuda interior de Merino deja libre a Navas. NEGRO: superioridad 3-2 de la Real en última línea.

Objetivo: juntar jugadores para defender el lado fuerte del Sevilla (izquierdo), tapando al mismo tiempo las salidas por derecha a través de Navas. ¿Cómo? Merino (posición intermedia) está siempre a tiempo para salir a banda. Zubimendi deja a su par (Isco) y compensa atrás.

Sevilla: comportamiento muy similar al de la Real, en su caso con el propio Navas ubicándose entre Merino y Rico, y presionando dentro o fuera en función de la orientación de la jugada.

Así se situaban los de Sampaoli. NEGRO: con Navas en posición intermedia (vigilancia interior), Rico quedaba libre. RECTÁNGULO BLANCO: esa ayuda dentro del lateral permitía a Oliver emparejarse con Silva y que Gudelj se incrustara atrás para cerrar con tres a Sorloth-Carlos (Kubo).

Buen arranque de la Real, alternando fórmulas de salida (largo-corto) para poder ejecutar ataques posicionales en los que el Sevilla empezó replegándose con este 4-5-1. Gudelj ejercía de pivote central, delante de la zaga.

Los txuri-urdin iniciaron el partido tratando a menudo de saltarse esa línea de cinco centrocampistas con envíos directos (como este) a los puntas. Minuto 11: con Oliver, Mir y Gudelj atraídos fuera, y Nianzou 'sacado' de la zaga por Kubo, la defensa de cuatro se le queda corta a Sampaoli.

El entrenador argentino activa de inmediato un cambio de dibujo para las fases de repliegue. Aquí le vemos dirigiéndose claramente a Gudelj...

En la siguiente defensa posicional, el serbio se incrusta atrás y el Sevilla pasa a formar en 5-4-1. Interesante reacción de la Real: ante una medular de cuatro, se atreve más a jugar entre líneas. Zubimendi en salida de tres, carriles para Sola-Rico, y Merino-Brais-Silva-Kubo dentro.

A los txuri-urdin les da resultado la fórmula. Solo cuatro minutos después, esta conexión de Zubimendi con Merino (tras dudas de Oliver en una recepción de Silva) va a permitir al navarro asistir a Sorloth. 0-1.

Llegan luego las expulsiones. Y, ante un Sevilla en inferioridad, Imanol apuesta por hacer el campo lo más ancho posible. Curioso comprobar cómo, aún contra diez (Del Cerro está revisando la entrada de Nianzou), el míster ya activa el cambio a 4-3-3.

¿Por qué varió de dibujo? Tras la roja a Rakitic, el Sevilla estaba esperando con un 5-3-1 estrechísimo, centrado en tapar dentro y que regalaba las bandas. Imanol estimó que había que aprovecharlas.

Aquí tenemos, justo después de la expulsión de Nianzou (Sampaoli dibuja ya un 4-3-1), la nueva estructura txuri-urdin, con Brais de extremo derecho, Kubo en la izquierda y Merino interior diestro. Dio resultado inmediato, con gallego y navarro generando el 0-2 en sus nuevas parcelas. Los blanquiazules sacan la falta del propio Nianzou a Brais y el adversario no toca el balón hasta que llega el segundo tanto.

Hoy se habla mucho del segundo tiempo de la Real... Pero, en mi opinión, los peores minutos del partido, con diferencia además, son los que van desde el gol de Brais hasta el descanso. El Sevilla lo vio todo perdido y consiguió introducir el duelo en un clima de locura que tocaba evitar. Nuevo panorama en la segunda mitad: vimos a un equipo blanquiazul deliberadamente de mínimos, con cambios 'obligados' y con objetivos claros. Primero, atacar desde la paciencia y principalmente por fuera para esquivar pérdidas interiores. Segundo, no equivocarse (facilita transiciones del rival).

Ojo. Imanol apostó por una Real de mínimos y Sampaoli, consciente de que lo del tramo final del primer tiempo era insostenible, hizo lo propio con su Sevilla. Mutó el 4-3-1 previo al descanso a un 5-3 para defender la amplitud realista, aguantar el 1-2 y esperar sus oportunidades.

Dos fases claras en la segunda parte. PRIMERA: Hasta el minuto 77, y sin correr riesgos, la Real logra que no pase nada en su área y genera ocasiones (pocas pero suficientes) para sentenciar. Dibujo algo asimétrico a partir de los laterales (AZULES): Zubeldia más dentro que Rico.

Con Zubeldia algo dentro y toda la banda derecha para Sola, Imanol busca hacer daño en un punto que no dé pie a contragolpes locales, explotando el mano a mano (ZONA NEGRA) Kubo-Navas. AZUL: Rico atrae 'alto' a Lamela, aclara el duelo lateral-extremo y ejerce de red ante posible pérdida. Con el japonés notable como generador (menos fino en la definición), la Real debió hacer un tercer e incluso un cuarto gol antes del tramo final.

SEGUNDA FASE DEL SEGUNDO TIEMPO: los locales adelantan líneas, tienen la ocasión de En-Nesyri y los txuri-urdin, mientras, la de Marín a la contra.

Buena victoria de la Real, con un momento clave (descanso) para la toma de decisiones. Con 1-2, la primera premisa fue que no se complicara el partido (empate). Y esto llevó a Imanol a ejecutar la 'obligada' (rival con nueve futbolistas) búsqueda del tercer gol desde un registro de mínimos y no de máximos.

¿Podía haber ganado la Real 2-6 apostando en la segunda parte por atacar a pecho descubierto? Quizás. Pero, dentro de ese contexto más abierto y de menos paciencia, existía el riesgo de que antes que el 1-3 llegase el 2-2 y cambiase por completo el panorama.

La valoración final de la apuesta del técnico se ve hoy, como todos los planteamientos en su conjunto, muy condicionada por el acierto ante la portería rival. Hasta el cuarto de hora final pasaron pocas cosas, pero todas en el área de Bono. Sin gol, luego hubo que vivir con inquietud el último tramo del encuentro.