El entrenador del Sevilla, el argentino Jorge Sampaoli, se refirió ayer al partido de esta tarde en el Sánchez-Pizjuán ante la Real Sociedad, en el que espera “ganar para salir de una zona incómoda en la que este club no está acostumbrado a estar”, en alusión al “momento delicado” que pasa en la parte baja de la clasificación.

Sampaoli, en su comparecencia tras el entrenamiento que dirigió en la ciudad deportiva sevillista, reveló que el defensor francés Tanguy Nianzou y el centrocampista brasileño Fernando Reges, de baja desde hace varias semanas, “lo mismo pueden ayudar unos minutos” en el partido, aunque puntualizó que esperarán hasta este mismo miércoles para evaluar el estado de estos futbolistas y de otros.

El preparador argentino lamentó “las pocas horas” disponibles “para recuperar a los que jugaron” el derbi del domingo por la noche y que está “aprovechando para que puedan llegar al partido” otros futbolistas “con molestias” como sus compatriotas Papu Gómez y Marcos Acuña.

Para Sampaoli, se trata de “un momento delicado con poca recuperación” justo antes de medirse con “un buen equipo”, el donostiarra, y advirtió de la dificultad de superar a “un grupo muy consolidado junto a su entrenador, uno de los equipos más fuertes de LaLiga hoy”.

Tuvo a Carlos a sus órdenes

Sampaoli también alabó al jugador de la Real Sociedad Carlos Fernández, al que recuerda “bien porque lo tenía en el Sevilla” en su primera etapa en el club hispalense, y lo calificó como “un delantero muy valiente, además de buen jugador. Se merece lo bueno que le pase”.

Pese a la mala clasificación, al exseleccionador de Chile no se le “pasa por la cabeza un descenso” del Sevilla, ya que “el calendario inicial ha sido muy duro y el equipo viene mejorando” por lo que no considera la “posibilidad de que este equipo baje a Segunda”.

El preparador argentino, no obstante, admitió que “es complicado ver a un equipo que ha ganado un montón de títulos en una posición no esperada”, por eso pidió “una autocrítica para encontrar un mejor juego” al que por ahora le “falta contundencia” y también “estar centrados, no con gente con la cabeza en el Mundial. Esa cercanía a lo mejor genera que no se enfoquen las cosas como se deben”.

El técnico santafesino, quien consideró que para el Sevilla el choque de hoy “es la final del mundo”, se felicitó por el “mucho dominio para ganar el partido” que su equipo disputó el pasado domingo en el Villamarín (1-1), un derbi del que “en la previa, todo el mundo suponía que el Betis iba a ser muy superior”, y restó importancia a los incidentes entre dirigentes, lo que “forma parte de un partido de la máxima rivalidad” en el que “lo importante pasó en el campo”.

“Pudimos ganar y en esa frustración, yo al menos, me sentí molesto e incómodo”, precisó el entrenador sevillista, quien relató, sobre la polémica que se ha suscitado tras derbi, que actualmente se atraviesa “el peor momento de la humanidad, cada vez más tontos y estúpidos y eso provoca que todo se valore y analice demasiado. El sistema ha llevado a un nivel de estupidez histórico”. Y añadió que “todos, dirigentes y no dirigentes”, se ven “envueltos en esta vorágine” en la que existe “mucha polémica vacía y sin sentido”.