La Real Sociedad perdió este sábado ante el Deportivo Alavés (1-0) el derbi de Mendizorrotza, tras un partido cuyo cómputo global deparó una superioridad local que hizo a los vitorianos merecedores del triunfo. No pasaron por encima de los txuri-urdin, pero sí lograron que la trayectoria ascendente que el equipo de Sergio Francisco venía describiendo durante el último mes y medio viviera en feudo babazorro su punto final. Se trata ahora de recuperarla en los próximos partidos, comenzando por el del viernes en Anoeta contra el Girona, corrigiendo entonces los errores cometidos en este último encuentro.
¿Pero qué fue lo que falló en Vitoria? Principalmente, dos cosas. Para empezar, vimos allí a una Real carente de agresividad con el balón, durante una primera parte en la que, eso sí, los txuri-urdin pudieron adelantarse gracias a acciones de estrategia. Y los merecimientos locales se basaron también en cómo el Alavés logró desajustar la presión txuri-urdin, especialmente a lo largo de los diez minutos previos al descanso. Veamos el modo en que se dieron ambas claves, exponiendo primero cuáles fueron las alineaciones de Eduardo Coudet y Sergio Francisco.
Gran trabajo babazorro
Durante la primera parte se juntaron el hambre y las ganas de comer. Y es que a la mencionada falta de agresividad txuri-urdin en ataque se le sumó un sobresaliente trabajo defensivo por parte del Alavés. Coudet pensó en un 4-1-4-1 cuyo trivote (Guevara, Pablo Ibáñez, Denis Suárez) tapara a la Real la vía interior y forzara a los txuri-urdin a iniciar sus ataques por las bandas.
Los de Sergio Francisco aceptaron el reto y, mediante el dinamismo de sus interiores (Brais-Soler), poblaron las alas para dotar de fluidez a la salida de balón, siempre con el objetivo de terminar encontrando dentro a compañeros en los carriles del 8 y de l 10. En ellos se ubicaron, en un principio, ambos extremos, Guedes y Kubo.
Mediante el dibujo elegido, Eduardo Coudet, entrenador del Alavés, pudo contrarrestar de forma eficiente los intentos realistas. La línea de cuatro centrocampistas locales basculaba al lado del balón y permitía así al extremo del costado opuesto echar una mano importante en la sala de máquinas. De este modo se facilitaba conservar en todo momento los emparejamientos de Pablo Ibáñez y Denis con Soler y Brais, y también los de los laterales Jonny y Parada con Guedes y Kubo.
En desventaja
A la Real le costó generar oportunidades a juego corrido durante la primera parte. Y también sufrió para ajustar su presión ante el 3-5-2 (ó 3-4-2-1) que el Alavés suele emplear en ataque. Sorprendieron los problemas txuri-urdin en este sentido, ya que el mencionado movimiento táctico de los babazorros resulta muy habitual.
Veamos a continuación una secuencia de imágenes relativa al modo en que la Real fue gestionando este sábado los momentos en que los vitorianos modificaban su dibujo en ataque.
Mejoría insuficiente
Tras el descanso, la Real sí mostró esa agresividad ofensiva de la que había carecido en la primera parte. Ayudaron a ellos los cambios de Sergio Francisco, quien mejoró la salida de balón por izquierda con la presencia de Caleta-Car, y además vino a introducir una pieza extra para las pretendidas conexiones interiores. Logró esto último sentando a Sadiq, dando entrada a Barrene y situando a Guedes como punta.
La Real no avasalló al Alavés, ni mucho menos, pero al menos se acercó a la portería de Sivera y generó acercamientos suficientes como para pensar en el empate. Lo hizo conectando con sus futbolistas ofensivos en esas zonas clave (círculos blancos en pasillos interiores) que venimos citando durante todo el análisis.
Gran parte de los cambios de ambos entrenadores estuvieron destinados a refrescar esa zona central y de pasillos interiores desde la que se cocinó el partido. El Alavés sustituyó al pivote Guevara (tarjeteado) por Protesoni. La Real acabó con Brais, Zakharyan y Goti en la sala de máquinas. Pero el marcador no se movió y el cuadro txuri-urdin acabó encajando una derrota que, más allá de lo negativo que siempre resulta no sumar, supuso un revés en lo futbolístico, viniendo el equipo de experimentar una notable mejoría en los encuentros anteriores.