Sus primeros movimientos con la elástica txuri-urdin ya apuntaban buenas formas. En un irregular césped de Berazubi, en Tolosa, en un amistoso (Euskal Herria Kopa) contra el Eibar el 10 de agosto de 2019, un buen gol y sus movimientos felinos alertaban de que aquel joven espigado de 19 años (iba a cumplir 20 un mes después, en septiembre) tenía madera de buen jugador. De estrella, incluso. La Real Sociedad lo había fichado en junio por 6,5 millones de euros al Borussia Dortmund alemán, aunque había jugado cedido media temporada en el Willen II de Países Bajos.

La Real perdió aquel encuentro de la Euskal Herria Kopa ante el Eibar (1-2), pero saludaba a un futuro próspero de la mano de aquel joven espigado y veloz como una gacela que con espacio parecía imparable. Isak y el gol se entendieron bien desde el minuto uno en Donostia. 

Sus movimientos felinos y su velocidad en conducción de balón le han dotado de talla internacional

A la sombra de Willian José, la opción favorita de Imanol en muchos de los partidos durante la campaña 2019-2020, Isak fue ganando minutos, confianza y el cariño de la gente. Su zancada, sus carreras serpenteantes conduciendo el balón, veloz; y sus rupturas, sedujeron a la afición txuri-urdin. Su pierna derecha, elástica como una goma, ha propiciado goles de penalti, de falta directa y en carrera.

Pero la botella se descorchó definitivamente en el Santiago Bernabéu el 6 de febrero de 2020 (victoria por 3-4 frente al Real Madrid), con los dos golazos y una asistencia y media que a la postre darían a la Real el pase a las semifinales de la Copa del Rey y un año después, covid mediante, nos permitió jugar la final de Sevilla y conquistar el primer título en 34 años. 

Desde aquel partido en el Bernabéu, en sociedad con Odegaard, medio mundo sabía que Zubieta alojaba una estrella. Ha sido la mejor actuación del sueco en la Real. Amenazante, fresco, irreverente, y sobre todo, letal. Nueve goles en Liga y ocho en Copa fue el bagaje de Alexander Isak en su primera campaña en la Real Sociedad.

Sin Willy, más protagonismo

La siguiente temporada (2020-2021), su segunda en la Real, se consagró en la Liga anotando 17 dianas. Su gran oportunidad llegó con la salida de Willian José (Willy), el delantero que con su juego de espaldas aún le hacía sombra en Donostia. El brasileño llevaba un tiempo coqueteando con otros pretendientes y finalmente en enero de 2021 salió cedido a la Liga inglesa. 

Era el momento de Isak y este no falló. Unas semanas después de la marcha de Willian José, en febrero de 2021, el sueco firmaba uno de los mejores partidos con la Real anotando un hat-trick frente al Alavés, al que finiquitó con su velocidad y su mordiente. Anoeta se encomendaba al joven sueco de 21 años, que cerró la temporada con 17 goles en Liga. Y el título de la Copa del Rey, el 3 de abril de 2021 frente al Athletic (1-0) en La Cartuja de Sevilla, no hizo más que aumentar su figura.  

La salida de Willian José en enero de 2021 le dio más protagonismo y lo aprovechó a las pocas semanas con un hat-trick

El paso de gigante de Isak le colocó en el punto de mira europeo y ya comenzó a pesar tanto el miedo a perderlo, como la ilusión por ver jugar de txuri urdin a una emergente figura mundial de solo 21 años. Era julio de 2021 y el club que preside Jokin Aperribay iba a realizar una jugada maestra.

La Real apostó aún más fuerte por él, renovándole en julio de 2021, y eliminando la posibilidad de que el Borussia Dortmund ejerciese su opción de compra. Su vinculación con el club guipuzcoano se amplió hasta junio de 2026 (antes tenía contrato hasta 2024) y su cláusula se elevó hasta los 90 millones. Desde entonces, Anoeta entendió que algún día, su nueva y rutilante estrella iría a un grande. Pero eso sería otro año. Isak seguía siendo nuestro.

Y de repente, la paradiña

Pocos lo esperaban. Un jugador de su talla, internacional con su selección ya, más maduro, arrancaba la 2021-2022 con todo por delante para demostrar su valía y seguir creciendo, pero la falta de gol le pesó en exceso. Durante su desesperante sequía de la temporada pasada, en la que solo anotó 6 goles en Liga, dos de ellos de penalti. Pese a ello, nadie en Anoeta ha dudado de su calidad. El sueco logró además tres dianas en la Europa League en los campos del Sturm Graz, el PSV Eindhoven y el Mónaco. Su presencia sobre el césped siempre ha sido una amenaza para los rivales.

Se despide con un gol ante el Barcelona y 44 dianas en tres años pese a una inesperada sequía goleadora en la última temporada

Pero el mal fario le perseguía en el campeonato liguero y ello se reflejó de forma manifiesta en el penalti anulado por realizar una paradiña en el partido contra el Elche, el pasado mes de abril. La pena máxima que debía servirle para marcar y coger confianza, tras una desconcertante temporada que le estaba afectando anímicamente. Esa sombra de duda por la súbita falta de gol le ha perseguido hasta su último día en Zubieta, donde ha aguantado tres años. Llegó con 19 y se va con 22, a punto de los 23.

Se marcha con un gol marca de la casa, frente al FC Barcelona y ante su afición, con desmarque en velocidad y remate sobre el portero, en el estreno de la que debía ser su gran temporada, la 2022-2023. Un tanto que en Anoeta parecía oro, más allá de la derrota, puesto que podía avivar el despertar goleador de nuestro delantero estrella. El último que le veremos en esta Real. Han sido 44 goles en sus tres años en la Real Sociedad. A partir de ahora lo disfrutará la afición del Newcastle, equipo de la Premier League inglesa que lo ha fichado por 70 millones de euros.