A falta de catorce días para el gran debut ante el Cádiz, los txuri urdin han despertado emociones en los cerca de un millar de realzales que se han acercado a la sesión matinal hoy en Zubieta. En su mayoría familias con niños expectantes por ver a sus ídolos que han dado a la grada un gran colorido.

El entrenamiento ha comenzado a diez minutos más tarde de la hora estipulada (10.40 horas) sin Zubimendi, Carlos Fernández, ni Matt Ryan sobre el verde y con David Silva y Alexander Isak  ejercitándose al margen.

Las gradas del José Luis Orbegozo se han llenado de realzales Arnaitz Rubio

Nada más saltar al césped, Imanol ha reunido a todo el equipo alrededor de él, para dar la respectiva charla técnica, mientras que los jugadores estiraban los músculos. La posesión ha sido lo primero en trabajar, para ello el entrenador oriotarra ha separado a la plantilla en dos equipos para disputar un rondo. Con el objetivo de afinar la puntería, luego los txuri urdin han llevado a cabo un ejercicio de contraataque en superioridad, donde han destacado los goles de Merino y Ander Martin. Antes de finalizar la sesión, el técnico realista ha vuelto a partir el grupo en dos para que unos jueguen un partido con porterías pequeñas y otros se ejerciten físicamente mediante series de carreras cruzando todo el campo. 

Después hora y media de ejercicio, los jugadores de la Real se han dado el habitual baño de masas con los realzales más jóvenes, que les esperaban en las gradas con una agenda y con un bolígrafo entre manos. Entremedias, una marea de niños han asaltado a Alexander Isak que se estaba ejercitando por separado en el Z2 de Zubieta. Una vez se ha sabido que el sueco estaba bajando la cuesta, los asientos del José Luis Orbegozo se han vaciado temporalmente y los jóvenes se han acercado al delantero con el fin de conseguir su autógrafo.

Las nuevas caras han despertado gran expectación. Aparte del as camisetas del añorado Mikel Oyarzabal, ha llamado la atención que muchos niños lucían en su espalda el 14 de Take Kubo . “Momo” Cho y Brais Méndez también han sentido el calor y el cariño de su nueva afición.