- La recién concluida temporada 2021-22 terminó con un balance canteranos-foráneos de 13-12, con la balanza ligeramente inclinada en favor de Zubieta. Se trata del reparto más ajustado en los 113 años de historia de la Real, producto sin duda de la evolución experimentada por el fútbol durante el último lustro. Hace solo cinco temporadas, la Real concluyó el curso 2016-17 obteniendo sobre la bocina el billete europeo, con un gol de Juanmi al Celta en el tiempo de descuento. En aquel plantel figuraban catorce canteranos (más Álvaro Odriozola) y ocho jugadores procedentes del mercado: el propio Juanmi, Rulli, Raúl Navas, Willian José, Canales, Carlos Vela, Granero y David Concha.

La clasificación en Vigo parecía pintarlo todo de color de rosa, pero medio año después todo empezó a torcerse. La Real de Eusebio no tuvo una buena trayectoria en la Liga 2017-18. Vio en enero cómo Iñigo Martínez se marchaba al Athletic a última hora. Y el adiós continental de Salzburgo dejó herido de muerte un proyecto que saltaría por los aires a mediados de marzo. Relevados el entrenador y el director deportivo Loren, Olabe volvió a la entidad txuri-urdin y se encontró con una plantilla de 24 futbolistas. ¿El balance en ella? 14-10. La diferencia entre jugadores de la cantera y foráneos en el equipo se había visto reducida respecto a solo unos meses antes.

Ya han transcurrido más de cuatro años desde el que el vitoriano accediera a la dirección de fútbol, tiempo durante el que se ha llegado al mencionado 13-12. Y no es que Olabe no confíe ni trabaje la cantera, todo lo contrario. Pero cabe destacar que la principal característica de su obra reside en el modo en que ha adaptado progresivamente a la Real al fútbol moderno: un juego de ritmos altos, de transiciones, de presiones agresivas y de balones al espacio, no únicamente al pie. El cambio de chip exigió de inicio buscar determinados perfiles en el mercado, a donde el club siempre tendrá que acudir en mayor o menor medida. Pero ya comienzan a asomar desde las categorías inferiores de Zubieta, en el mismo Sanse, futbolistas más adecuados para la demanda actual. La factoría txuri-urdin venía produciendo, principalmente, jugadores muy técnicos. Ahora, mientras, forma futbolistas más multidisciplinares y de físico superior. Este trabajo en la base asegura en cierto modo que el peso de la cantera en la plantilla no se resienta a partir de ahora y que incluso pueda volver a crecer.

A tales efectos, eso sí, no deja de suponer un inconveniente el reciente descenso del Sanse. Tener a los potrillos en Segunda División, a un solo escalón de la elite, significaba un plus en su formación que ahora no va a existir. En cualquier caso, el equipo que pasa a dirigir Sergio Francisco no se va a encontrar, ni mucho menos, con la Segunda B que abandonó hace poco más de un año. Recala en la Primera RFEF, una categoría mucho más exigente y que apunta a compartir con clubes gallegos, castellanos, riojanos, navarros, catalanes y baleares.

14-8

Cuando el gol de Juanmi en Vigo dio a la Real aquel billete europeo, en la plantilla había 14 canteranos (más Odriozola) y 8 foráneos.

14-10

Meses después, en marzo de 2018, Olabe aterrizó en la dirección deportiva heredando un equipo que tenía en nómina a 14 canteranos y 12 jugadores fichados.

13-12

El recién finalizado curso ha concluido para la Real Sociedad con un plantel de 13 jugadores formados en Zubieta (contando a Jon Pacheco) y 12 futbolistas llegados desde fuera del club txuri-urdin.

La llegada de Olabe implicó un proceso de adaptación ?a un fútbol más moderno para el que Zubieta ofrecía menos perfiles