- La Real tiene muy claro cuál es su prioridad de cara a la próxima temporada. El equipo realista quiere reencontrar el gol perdido esta temporada. Los datos no dejan lugar a equívocos. Este curso los donostiarras han anotado 40 goles, casi uno por partido. El registro es de largo el más bajo desde que está Imanol ya que el curso pasado firmaron 59; en la 19-20, 48; en la 18-19, en la que cogió al equipo en mitad de la temporada, 46; y en 17-18, con Eusebio e Imanol, la friolera de 66. A nadie se le escapa que, probablemente, con diez goles más y con la fiabilidad defensiva que ha demostrado, el equipo se hubiera quedado muy cerca de la Champions.

Para intentar atajar el problema, la dirección deportiva se está centrando en gastarse el dinero en reforzar su ataque. En principio, el objetivo inicial es fichar tres jugadores ofensivos, dos extremos o segundos delanteros, y un mediapunta. No hay que olvidar que Ander Barrenetxea regresará en pretemporada después de siete meses de baja, que Carlos lo hará tras el curso en blanco, que Mikel Oyarzabal no estará disponible hasta el final de año y que Januzaj acaba de dejar el club tras finalizar su contrato. A día de hoy, el único jugador de banda que tendría a su disposición como miembro del primer equipo es Portu, ya que Naïs, que acabó la temporada en la dinámica de Imanol, pero todavía se desconoce su futuro y si acabará subiendo este verano.

El intento de fichaje de Szoboszlai marca un poco el perfil que buscan como reemplazo de Januzaj. El húngaro es un futbolista que puede jugar por dentro y por fuera, y con un golpeo fuera de lo común. Este punto, el que sea llegador y con buen pie para anotar goles y dar asistencias se antoja como clave. La intención del club es hacer al menos una inversión importante, aunque, como siempre, teniendo los pies en el suelo y sin cometer ninguna locura. Por poner un ejemplo, los 30 millones que pode el Leipzig por Szoboszlai parecen una cantidad prohibitiva para las arcas de la Real en la actualidad. Como recordarán, el traspaso más caro que ha afrontado la entidad txuri-urdin son los 17 millones. Pero si el listón lo marca el nivel de Szoboszlai la realidad es que la afición realista tiene motivos suficientes como para ilusionarse.

Tal y como publicamos el sábado, el hecho de que se anunciara la operación y su posible viaje a Donostia y inmediata cancelación motivó que el club no tardara en salir a cancelarlo de forma rotunda con la intención de escapar de la forma más decorosa y sin demasiados daños de la situación, ya que podría encontrarse inmerso en una guerra de intereses, incluso con más operaciones abiertas, que podrían verse perjudicadas después de que haya trascendido su interés antes de tiempo.

La contratación del mediapunta es clave, ya que la Real necesita un jugador que haga competencia a Silva. Si encima encuentra a uno que juegue sin problemas a su lado, mejor todavía. Es el caso de Rafinha. Pero su llegada no es fácil y exige a las tres partes hacer un enorme esfuerzo. Es decir, no depende solo de voluntades.

Como para la temporada que viene Carlos Fernández también comenzará de cero, en función de su evolución y de la de Barrenetxea, el club estudiaría la opción de incorporar otro segundo delantero. No parece descabellado imaginar que uno de los fichajes podría llegar en calidad de cedido, como lo hicieron Rafinha y Sorloth.

El resto de posiciones parecen aseguradas con la que hay, por lo que solo se acudiría al mercado en el hipotético caso de que se venda de forma inesperada a algún jugador. l

El intento de convencer a Szoboszlai confirma que el club apunta alto para reforzar el equipo de cara a la próxima temporada