- El 17 de octubre de 2020, el Augsburgo recibió en su campo al RB Leipzig, en encuentro de la Bundesliga alemana. "Es hora de defender nuestra fortaleza (estadio)", publicó el perfil de Twitter del club local coincidiendo con el arranque del encuentro, de forma rutinaria e inofensiva. Sobre el césped ganó el equipo de la Red Bull, que replicó en la red social el mencionado mensaje, con el 0-2 final ya consumado: "Fortaleza superada", lanzó socarronamente la cuenta de la institución sajona. En el Augsburgo no se quedaron callados y contestaron a su vez, atacando ya a la yugular. "Al menos nuestra fortaleza no es de plástico". Fueron estas unas palabras con las que obtuvieron el aplauso y el regocijo de todo el país futbolero, en un reflejo de lo que significa en la nación germana el próximo rival europeo de la Real Sociedad. Los hinchas de todas las escuadras restantes, unidos en su contra, tachan al RB Leipzig construida solo gracias al sustento económico de una compañía de bebida energética. Esta es su historia.

1- La ciudad

¿Por qué Leipzig?

Dietrich Mateschitz, multimillonario austríaco y propietario del 49% de las acciones de Red Bull, había adquirido el Salzburgo en 2005. Pero un año después aspiraba ya a desembarcar en el fútbol alemán. ¿En qué ciudad? Escogió Leipzig, dicen que asesorado por Franz Beckenbauer: en la antigua República Democrática (Alemania del Este) no existía ningún club de referencia en la elite, dicho territorio contaba con una urbe de medio millón de habitantes y tradición futbolística, y en ella acababa de construirse además un majestuoso estadio destinado a albergar partidos del Mundial 2006. El proceso de entrada en la capital sajona, sin embargo, no resultó sencillo. Lo impidieron en primera instancia las violentas protestas de la hinchada del Sachsen Leipzig, un club de cuarta división que la Red Bull podía adquirir sin inmutarse. Así que, tras el fallido intento, en la compañía probaron suerte en otras ciudades de referencia, de nuevo sin éxito: ni en Hamburgo con el St. Pauli, ni en Múnich con el 1860, ni en Düsseldorf con el Fortuna. La solución definitiva consistió en regresar a Leipzig y comprar un club de las afueras, el SSV Markranstädt, cuyo primer equipo militaba en la quinta división. Sucedió en el año 2009.

2- El camino

Subiendo escalones

El proyecto era ambicioso. Y así quedó demostrado una vez obtenida la luz verde para competir sobre el terreno de juego. El RB Leipzig inició su andadura deportiva siendo únicamente un equipo de la quinta categoría alemana. Sin embargo, desde un principio pudieron apreciarse en la entidad movimientos de calado. Para jugar en la mencionada división, tiró de talonario y fichó así a futbolistas de equipos de segunda. Además, no tardó en hacerse con los derechos hasta 2040 del Zentralstadion, que rebautizó inmediatamente como Red Bull Arena. El ascenso a cuarta llegó a las primeras de cambio, en 2010. Pero pasar de cuarta a tercera, lo que en Alemania implica acceder al fútbol profesional, costó bastante más. Tal objetivo se escapó tanto en 2011 como en 2012, lo que pareció ralentizar el crecimiento del club. Así, sus directivos apostaron entonces por entregar las llaves del proyecto a Ralf Rangnick, técnico cuyo currículum hablaba por sí solo. El actual entrenador del Manchester United había sido el alma máter del Hoffenheim que entre 2006 y 2008 había pasado de la tercera categoría a la Bundesliga. Y después, a los mandos del Schalke 04 de Raúl, había clasificado al equipo de Gelsenkirchen para las semifinales de la Champions. Desembarcó en Leipzig para ejercer de director deportivo, con Alexander Zorniger (preparador de su confianza) en el banquillo. Un año después del aterrizaje, el equipo certificó por fin ese ascenso que se le venía resistiendo.

3- Ascenso al fútbol profesional

Primeras quejas

La pujante escuadra alemana llegó a tercera división en 2013. Y el proyecto comenzó a generar cada vez más enemistades, conforme fue acercándose a la elite. Su agresiva captación de jóvenes talentos para las categorías inferiores ya había provocado quejas procedentes de otros clubes. Pero estas se generalizaron cuando los movimientos de la Red Bull afectaron ya a las competiciones seguidas por hinchadas multitudinarias. La entidad se vio inmersa en el fútbol profesional germano y tiró de talonario: fichó a un jovencísimo Josuah Kimmich del equipo juvenil del Stuttgart (por 500.000 euros) y pagó más de un millón al Lingby danés por Yussuf Poulsen, completando inversiones inauditas en la categoría de bronce. No tardaron en surgir protestas organizadas entre seguidores de otras escuadras, defendiendo estos la pureza del deporte y su arraigo social, así como censurando la procedencia del capital en el que se apoyaba el crecimiento del Leipzig. Además, la animadversión generalizada subió enteros durante aquel curso 2013-14, en el que el RB puso enseguida la directa hacia un nuevo ascenso, este a segunda. Acceder a dicha división exigía ya una licencia de la estricta DFB, la federación germana. Y muchos entendieron que el citado organismo, supuestamente interesado en que el fútbol de primer nivel terminara de asentarse en la antigua Alemania del Este, incurrió en un trato de favor.

4- Requisitos federativos

La regla del 50+1

La DFB busca evitar que el fútbol alemán se convierta en zona de influencia de inversiones multimillonarias, precisamente lo que viene ocurriendo de forma masiva en la Premier inglesa. Para ello, establece que los inversores externos de un club no pueden poseer más de un 49% de las acciones con derecho a voto. El 50+1 restante debe corresponder a los socios. Pero existen, a este respecto, dos grandes excepciones: la del Leverkusen con Bayer y la del Wolfsburgo con Volkswagen, ya que la federación considera serias y arraigadas ambas vinculaciones club-ciudad-empresa. La polémica surgió en 2014 cuando, al ascender el Leipzig a segunda, la federación realizó una tercera excepción con el RB, al realizar una curiosa interpretación de la regla. Como la institución sajona surgió de la compra de un equipo amateur, se entendió que Red Bull no había instrumentalizado ninguna entidad ya existente y que, en el club, tras la citada compañía tan solo existía la nada. El fútbol alemán al unísono estimó cuanto menos discutible la medida, pero ya era demasiado tarde. El Leipzig aterrizó en segunda con la licencia pertinente. Y pasó a sufrir en sus carnes, semana tras semana, el cabreo de las hinchadas ajenas.

5- Billetes, pintadas, pancartas...

El equipo más odiado

Sí, la federación puso sus condiciones al club para compensar la manga ancha. Le obligó a modificar el escudo, muy parecido al de Red Bull. Y le impuso la apertura a la entrada de nuevos socios en la entidad, para que la toma de decisiones tuviera un carácter algo más popular. Sin embargo, aquello no coló y las aficiones alemanas se levantaron en pie de guerra. El autocar del Leipzig fue recibido con billetes falsos por la afición del Heidenheim, los seguidores del Unión Berlín organizaron un funeral en su estadio para guardar luto "por la muerte del fútbol" y radicales del Dynamo Dresden llegaron a lanzar al campo una cabeza de toro (real) en un partido contra el RB. Son solo tres ejemplos. Mientras la propia ciudad de Leipzig se enganchaba poco a poco (28.000 aficionados de media en la 2014-15 tras el ascenso a segunda), el equipo sajón se confirmaba como la escuadra más odiada de Alemania.

6- Llegada a la elite

Asentado en Europa

Tras un ascenso frustrado a primera, en 2015, el RB tanteó a Thomas Tuchel para impulsar al equipo a la máxima categoría. Falló en su tentativa de contratar al actual técnico del Chelsea. Y el citado Rangnick tuvo que bajar al banquillo desde los despachos para culminar en mayo de 2016 un proceso que había arrancado siete años antes en campos de división regional. Jugadores del plantel actual como Forsberg o el propio Poulsen, así como el austríaco Sabitzer (ya en el Bayern) protagonizaron el acceso a la Bundesliga de un proyecto que no se detuvo ahí. Con cuatro billetes de Champions y otro de Europa League en cinco campañas en la elite, el club, siempre apoyado en la economía Red Bull, ya se ha hecho en los torneos continentales con un estatus que la Real no quiere sufrir. Los txuri-urdin tienen el apoyo de todas las hinchadas alemanas. De todas salvo una.

rb leipzig

Año de fundación. 2009, tras comprar Red Bull el SSV Markranstädt, un club de quinta división con sede en las afueras de Leipzig.

Estadio. Red Bull Arena, con capacidad para 40.000 espectadores. Estadio construido para ser sede del Mundial 2006.

Ciudad. Leipzig (censados 590.000 habitantes).

Ascensos

De quinta a cuarta división 2009-10

De cuarta a tercera división 2012-13

De tercera a segunda división 2013-14

De segunda a primera división 2015-16

Temporadas en la Bundesliga

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Ha participado en cuatro ediciones de la Champions. Su mejor actuación (2019-20) implicó acceder a las semifinales, cayendo a partido único (3-0) ante el PSG.

Los hinchas de todas las escuadras alemanas, unidos en su contra, tachan al RB Leipzig de entidad artificial y nacida desde la nada