- Este pasado verano se cumplieron diez años desde que dejara la Real en 2011 para poner rumbo al Athletic. Ahora, tras cinco temporadas compitiendo en la liga francesa (jugó en el PSG entre 2016 y 2021), Irene Paredes regresará a Zubieta para medirse a un conjunto txuri-urdin muy distinto al que ella conoció. Las de Natalia Arroyo encandilan con una propuesta moderna, dominan con mano de hierro esos derbis en los que hace una década no había color y son las más próximas perseguidoras del nuevo equipo de la legazpiarra, un Barcelona incontestable hasta la fecha.

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¿Completado ya el aterrizaje en Can Barça?

-La verdad es que fue todo muy fácil desde un principio. Llegué a un club del que conocía prácticamente a todas las jugadoras, habiendo compartido vestuario en la selección con muchas de mis compañeras, y además me encontré un grupo humano maravilloso. La acogida resultó genial. ¿El proceso de aterrizaje? Todo requiere de una adaptación y es posible que todavía esté haciéndome a algunas cosas, pero me encuentro muy a gusto.

Ganando, todo resulta más fácil. Y hasta la fecha acreditan un pleno de victorias, en liga y Champions.

-Sí, pero nosotras somos exigentes y siempre queremos mejorar: reducir la cantidad de goles encajados, enriquecer nuestro juego... Es cierto que, de momento, vamos cumpliendo con los objetivos, porque entrenamos para ganar siempre y las cosas nos están saliendo.

Vuelve a la liga procedente de un fútbol galo en el que PSG y Lyon se han acostumbrado a pugnar mano a mano. ¿Ve ahora en la Real a ese rival más directo que les tensa la cuerda? Las txuri-urdin son segundas.

-La Real está haciendo una gran temporada. Así lo indica su lugar en la clasificación. Pero es que además está practicando un muy buen fútbol, desde una propuesta muy parecida a la nuestra en el Barça. Percibo en ellas un importante paso adelante respecto a otras temporadas, por mucho que aquí en el Johan Cruyff les ganáramos con holgura (8-1) en un partido que, en realidad, no fue nada sencillo: ellas no renunciaron a sus señas de identidad y fueron valientes, tanto en la presión como a la hora de iniciar el juego desde atrás. En todas las ligas hay dos o tres equipos que despuntan y ahora mismo la Real figura en ese grupo de cabeza, pero nosotras tampoco nos fijamos mucho en eso: solo buscamos competir mejor cada encuentro para progresar y ser mejores.

¿Encaran la visita a Zubieta como una oportunidad para encarrilar la liga, si no sentenciarla?

-Todavía falta mucho. Es verdad que, si ganamos, aventajaremos en tres puntos más a la Real y abriremos una brecha mayor. Pero sabemos que no resultará nada fácil. Vamos a Zubieta, para medirnos a una Real que tendrá ese plus de jugar ante toda su gente y que se encuentra en un gran momento de juego y de resultados. Ya se vio en el derbi.

¿Por qué piensan que el partido será diferente al de la goleada de Barcelona?

-En primer lugar, porque los partidos siempre son diferentes los unos de los otros, por mucho que se midan los mismos equipos. En segundo lugar, porque ellas juegan en casa. Y también porque el hecho de habernos tenido enfrente en aquel partido les otorgará ciertas pistas sobre nosotras. Supongo que nos encontraremos a una versión mejorada de la Real respecto a la primera vuelta, pero en el Barcelona también hemos trabajado para crecer durante todo este tiempo.

¿Qué papel estima que podría completar la escuadra blanquiazul en la Champions?

-Ojalá se clasifique, eso lo primero. Engancharía a un montón de gente en Donostia y en Gipuzkoa. La Real, como te decía, está trabajando muy bien y, aunque Europa es otra historia, el hecho de estar proponiendo otro tipo de juego siempre te da un plus. En cualquier caso, vayamos por partes: primero tienen que conseguir el billete. A mí me gustaría que lo lograran.

Me hablaba antes de las similitudes entre la propuesta futbolística de la Real y la del Barça, pero yo quería preguntarle por el proyecto txuri-urdin en sí mismo, construido este verano mirando más al juego que a los nombres propios. ¿Son especialmente saludables para el fútbol femenino las iniciativas de esta naturaleza?

-Sí, la verdad es que parece que la Real por fin ha dado ese paso adelante. Ha apostado fuerte por un estilo y en ello están. Llevan poquito tiempo dentro de este camino que han emprendido, pero en ese poquito tiempo están obteniendo sus frutos. A partir de ahí, como proyecto habría aún cosas por mejorar, mucho tiempo y mucho dinero que invertir. Pero este puede ser un buen comienzo. A ver cómo van avanzando las cosas.

El camino futbolístico que caracteriza a su Barcelona sí viene de mucho más atrás, incluso pese al cambio de entrenador.

-Sí, porque Jonatan (Giráldez, el técnico culé) ya estaba en el staff de Lluis Cortés (preparador saliente el pasado junio). La filosofía de juego y la metodología son las mismas que anteriormente, pero también pienso que el míster ha sabido darle una vuelta al equipo para obtener una mejor versión de las futbolistas que ya estaban en el club.

¿Ese ADN Barça ha supuesto para usted un incremento de exigencia en la salida de balón?

-Sí que es cierto que, en el día a día, ahora se me demanda más en este sentido. He llegado al Barcelona procedente de una liga más física como la francesa, en la que quizás no se da tanta relevancia a la salida de balón que pueda tener una defensa. Pero, por otra parte, yo ya estaba acostumbrada a tener que aportar más en esta faceta cuando jugaba con la selección española. Pienso que la salida de balón es una característica que yo ya tenía, a la que antes no debía recurrir tanto y que ahora sí pongo en práctica en el día a día.

Me hablan de una especie de 'boom' en Barcelona, casi a nivel social, con el equipo femenino culé. ¿Usted lo percibe?

-Sí, la gente está enganchada. Con los resultados que tuvo el equipo la temporada pasada, en la que lo ganó todo, es fácil que la gente te siga como lo está haciendo ahora. Y Alexia Putellas ha ganado el Balón de Oro, lo que siempre contribuye a adquirir mayor visibilidad aún. Además, la plantilla masculina no atraviesa su mejor momento y la afición se identifica así un poquito más con nosotras. Nos animan un montón, nos reconocen por la calle, vienen a vernos al campo... Está chulo.

Ahora que me habla del equipo masculino... Se ha criticado a los chicos durante los últimos años haber perdido ese 'estilo Barça' tan reconocible. Y uno de los ejemplos en positivo que se han puesto para recuperarlo es el del equipo femenino del club.

-Yo no creo que los chicos hayan perdido nunca el ADN Barça. Simplemente habrá momentos en los que este se vea más y otros en los que se vea menos. Se ha dado o se está dando una etapa de transición en la plantilla, con cambios de futbolistas. Y cuando los resultados no llegan es muy fácil criticarlo todo. Ahora bien, yo estoy segura de que esos resultados terminarán produciéndose, precisamente porque en el club se incide en esa filosofía de juego que aquí se mama desde muy pequeño. ¿Las comparaciones con el equipo femenino? Está claro que nosotras llevamos tiempo con una idea muy reconocible y obteniendo buenos resultados. Se agradece que la gente destaque cómo jugamos y se identifique con nuestra forma de hacer las cosas.

Cuénteme eso que están preparando para finales de marzo.

-Bueno, a ver, nosotras lo que tenemos en mente ahora es el partido contra la Real. Solo eso. Pero tampoco somos ajenas a las noticias y sabemos que en 24 horas se han vendido más de 50.000 entradas para el partido de Champions en el Camp Nou contra el Real Madrid. Eso quiere decir que hay un movimiento y que a la gente le apetece vernos. Nosotras agradecemos que el club nos dé la oportunidad de jugar en el estadio y asumimos la responsabilidad de responder en el campo.

¿Cómo de grande es la espina de Irene Paredes con la Champions?

-Aquello duele todavía (perdió una final en los penaltis, con el PSG en 2017). Las derrotas siempre duelen. Como duele también la semifinal que se nos escapó la temporada pasada contra el propio Barça. Pero hablamos de un objetivo máximo, la Champions, que muchísima gente trabaja para conseguir. Alcanzarlo es muy difícil. Tampoco te voy a negar, en cualquier caso, que se trata de un título que me gustaría ganar algún día, y la edición de esta temporada supone una nueva oportunidad.

Ha regresado a la liga española convertida en una jugadora de primer nivel mundial. ¿Cómo ha evolucionado aquí el fútbol femenino durante estos últimos cinco años? ¿En qué punto del camino nos encontramos? No me refiero tanto a lo deportivo como a lo extrafutbolístico.

-Bueno, hay cosas que han mejorado, como el convenio o las condiciones de las futbolistas en muchos equipos. Pero también hay muchas cosas que siguen parecidas, que no se pueden permitir y que toca ir cambiando: condiciones de juego, condiciones también de jugadoras en otros equipos... Quiero pensar que hay gente trabajando en eso, que seguimos empujando para que se nos reconozca como profesionales y que lo terminaremos consiguiendo.

Este próximo verano hay Eurocopa. ¿Puede suponer una oportunidad para que el fútbol femenino dé aquí un golpe sobre la mesa?

-A ver, el trabajo que se está haciendo en la selección es buenísimo. Estamos muy ilusionadas de cara a ese torneo. Pero hablamos de una fase final en la que el nivel resultará altísimo, y en la que muchos partidos se decidirán en función de detalles.

Última pregunta: con 30 años no le quiero retirar aún, ¿pero contempla en un futuro colgar las botas como txuri-urdin?

-No me cierro puertas. Pero también te digo que tengo contrato con el Barcelona, que estoy iniciando una nueva etapa y que aquí me siento súper contenta. ¿El futuro? Ya se verá.

"El partido de Zubieta no tendrá nada que ver con el 8-1 de la primera vuelta; ellas juegan en casa y han progresado"

"Ojalá la Real se clasifique para la Champions; engancharía a un montón de gente en Donostia y en Gipuzkoa"

"En Barcelona la gente nos sigue mucho; es normal tras los resultados de la temporada pasada y con los chicos en mal momento"

"Tras cinco años en Francia, veo que el fútbol femenino español ha mejorado ciertas cosas, pero que otras siguen como las dejé"