Ni siquiera era el portero titular del Zamora. Entró al terreno de juego en el minuto 39 porque a su compañero Vilches le mostraron una tarjeta roja. A Balta, mítico jugador del Salamanca, y que por aquel entonces ejercía de entrenador, no le quedó más remedio que echar mano de José Luis Vicente Hernández. Sin él saberlo, estaba a punto de vivir su gran noche. Han pasado 16 años de aquella afrenta sufrida por la Real en el estadio Ruta de la Plata, pero nadie ha olvidado, ni en Zamora ni en Donostia, el nombre del héroe de aquella eliminatoria.

"Parecía que todo estaba preparado para que esa noche, mi nombre, se recordara para siempre". Son las palabras de José Luis Vicente, que atiende muy amablemente la llamada de este periódico. A sus 41 años, y retirado hace diez de los campos de fútbol, recibió la noticia del emparejamiento Zamora-Real Sociedad de Copa, con la añoranza de un tiempo pasado bonito, y con la ilusión de volver a repetir la gesta, siendo consciente de la complejidad de dicha misión. "Lo primero que se me vino a la cabeza, como no podía ser de otra manera, fue el partido que jugamos hace años, y también me hice la misma pregunta que en nuestro sorteo: ¿Por qué no se puede volver a repetir la historia?". José Luis es de los que piensa que en el fútbol "todo puede pasar", pero también es consciente de que "lo que pasó esa vez es algo que no va a pasar muy a menudo. Lo normal, por lógica, es que un equipo de Primera siempre gane a uno de inferior categoría". Eso sí, bien haría la Real en no fiarse porque "en estos partidos, los equipos pequeños juegan con esa ilusión de eliminar a un grande y de llegar lo más lejos posible en una competición como la Copa".

Recuerda que "no estaba nervioso en la tanda de penaltis". Hay que recordar que la Real no marcó ninguno de los que lanzó. "El hecho de salir al campo y parar el primer penalti -se lo detuvo a De Paula-, con eso ya me quité un peso de encima", rememora el ya exportero del Zamora. "Salí de otra manera, sin presión, sabiendo que lo lógico era que la Real nos eliminara pese a habernos puesto por delante. Empató De Paula, pero ya no marcaron más. Y llegamos a la tanda de penaltis", relata. A partir de ahí, esperpento txuri-urdin y heroicidad para José Luis, que se permitió el lujo de lanzar la última pena máxima de su equipo, la decisiva, y marcarla. "Fue todo muy raro, porque pocas veces se fallan tantos penaltis y menos un equipo de Primera como la Real". Boris, Novo, Agirretxe y Garrido fallaron. No así José Luis, que salió del Ruta de la Plata a hombros . "Han pasado años y yo no recuerdo algo tan eufórico como lo vivido aquella noche en Zamora. Y la gente no se olvida. Una vez que se supo el emparejamiento, la gente me ha llamado", confiesa orgulloso José Luis. "Soy de Zamora y he estado en el club trece años. La gente me conoce y lo que más recuerda es ese partido porque fue algo histórico".

Además de los recuerdos de aquella jornada inolvidable, que no se borrarán "nunca" de su memoria, José Luis guarda con cariño la camiseta de Javi Garrido. "Fue un detalle bonito", ensalza el héroe de aquella noche. "Estábamos celebrándolo en el vestuario. Yo estaba sentado en mi sitio, recordando todo lo que había pasado. Y alguien llamó a la puerta, entró y preguntó que dónde estaba el portero. Se acercó donde mí y me la dio sin yo pedírsela. Fue un detalle que, dentro de lo que es, a una persona le gusta que le hagan", detalla.

Alejado de los terrenos de juego, trata de seguir vinculado al mundo del fútbol trabajando como entrenador de porteros en el Villaralbo, equipo de la Primera Regional de Castilla y León. También se mantiene en forma jugando la liga de veteranos. Esta afición la compagina con su trabajo de soldador y el del campo. Nunca ha vivido del fútbol. "Nosotros teníamos un sueldo, pero, aparte, yo, como casi todos mis compañeros, tenía mi trabajo", deja claro José Luis, que, a pesar de llevar diez años retirado, sigue echando de menos la competición: "No deja de ser una cosa que te gusta y disfrutas. Además, yo veo mucho fútbol, pero los años pasan para todos", lamenta.

En una situación difícil

El equipo al que se enfrentará mañana la Real no atraviesa por su mejor momento. "El Zamora está en una situación complicada", asegura José Luis Vicente. "El año pasado subió de categoría y la cosa no está yendo del todo bien". Pese a todo, el que fuera portero del equipo zamorano confía en que "va a levantar el vuelto". El objetivo no es otro que "mantener la categoría y pasar el año lo más dignamente que se pueda", sostiene. Para José Luis, la Real, pese a la dura derrota frente al Betis, "está muy bien". Entiende que "está haciendo una muy buena temporada". "Ojalá pueda mantenerse ahí arriba hasta el final", desea el que fuera cancerbero. "Tengo familia en Donostia y tengo simpatía por ese equipo", aclara. "Me gusta cómo juega, juega bien. Tiene un sistema muy bonito, un entrenador que sabe lo que quiere, gente joven. Cuando un equipo está ahí arriba, todos luchan con más ilusión y coraje para que te salgan las cosas", finaliza.

Malos recuerdos. Mikel Labaka volverá mañana a la Ruta de la Plata, un campo que seguramente no le traerá muy buenos recuerdos. El ahora segundo de Imanol Alguacil formó de inicio aquella noche de infausto recuerdo. Disputó los 120 minutos y terminó cojeando. Junto al central de Azpeitia jugaron Alberto, Cifuentes, Boris, Garrido, Mikel Alonso, Aranburu, Larrea, Gari Uranga, Gabilondo y De Paula. Salieron desde el banquillo Novo, Agirretxe y Castillo, en el que supuso el debut del lateral de Durango con la Real Sociedad.