- La Real tiene ante sí la posibilidad de dar ese paso adelante en Europa tan deseado. Roberto Olabe, en una de sus primeras comparecencias ante los medios antes de comenzar la temporada, hablaba de que en la entidad había “ganas de revancha” por lo sucedido la temporada pasada ante el Manchester United. Hoy no estará en frente el equipo inglés, ni tampoco estará en juego el pase a los octavos de final de la Europa League, pero el del Luis II tiene todos los ingredientes para ser considerado como uno de los partidos más importantes en la historia reciente de la entidad blanquiazul. Enfrente estará el Mónaco, un histórico del fútbol galo y europeo y en juego, el liderato del grupo B a falta de una jornada por disputarse.

Un triunfo despejaría, y mucho, el camino para la Real en su objetivo de pasar a la siguiente fase de esta competición internacional. Es más, daría un golpe encima de la mesa, mostrando su candidatura a hacer algo grande. Es cierto que le podría valer un empate, incluso una derrota le haría llegar a esa última jornada con posibilidades de pasar de ronda, pero ya saben lo que conlleva jugársela a una carta el último día, con toda la presión que eso supone. Aunque es verdad que, de un tiempo a estar parte, este equipo ha demostrado estar capacitado para superar cualquier obstáculo, por muy grande que sea. Hoy el Mónaco volverá a poner a prueba la capacidad de superación de este equipo.

En el partido jugado en Anoeta, a pesar de empate final, la Real demostró ser mejor equipo que el monegasco, que se plantó en el santuario txuri-urdin con un esquema muy diferente al que suele mostrar. El respeto que infunde el conjunto blanquiazul a sus oponentes hizo que Niko Kovac, mejor dicho, su escuadra, jugara con el freno de mano echado, sin la alegría que le caracteriza en su competición local. Pese a todo, no se puede menospreciar el potencial que atesora el conjunto monegasco con futbolistas que, cuando menos te lo esperas, te la hacen. Todos sabemos ya cómo se las gasta Ben Yedder, el ex del Sevilla. Pero no es el único. En el centro del campo destaca el joven talento galo de 21 años, Tchouameni, por el que ya ha preguntado el Real Madrid, sin olvidar al internacional ruso Golovin. Cesc Fábregas, como sucediera en Anoeta, no jugará por lesión. Tampoco Diatta.

Once casi de gala

Para el partido de esta noche, Imanol Alguacil podrá echar mano de casi todo su arsenal. La enfermería sigue vaciándose y tan solo son dos los integrantes de la misma, Carlos Fernández y Nacho Monreal. El resto están a disposición del oriotarra, que volverá a tirar de su once de gala para la prueba de hoy ante el Mónaco. Hasta Zubeldia se ha recuperado a tiempo para, si Imanol lo estima oportuno, aportar su granito de arena. Las molestias en el pubis le han dado una pequeña tregua y ayer se ejercitó con normalidad sobre el verde del z2, al igual que Jon Guridi y Asier Illarramendi. Así las cosas, todo hace indicar que Alguacil sacará de inicio el equipo formado por Remiro, Gorosabel o Zaldua, Aritz, Le Normand, Aihen, Zubimendi, Merino, Silva, Oyarzabal, Januzaj e Isak.

El Mónaco no atraviesa por su mejor momento. Es octavo en la Ligue 1 y no gana desde finales de octubre. Pero todo eso queda en un segundo plano. Hoy, el Estadio Luis II vivirá su particular lucha de gigantes en la que la Real espera no sentir ninguna fragilidad y sí, como cantaba el recordado Antonio Vega, lo cerca que “anda de entrar en un mundo descomunal”.