- Se trata de un hecho circunstancial, provocado por dos accidentes consecutivos. Pero las buenas costumbres siempre hay que mantenerlas, o recuperarlas si se pierden por el camino. Resulta que la Real líder de Primera, con salud de hierro como club y como proyecto, no gana en casa desde el pasado 16 de octubre, contra el Mallorca gracias a aquel gol de Lobete. Y resulta también que la hoja de noviembre apura ya las cruces en el calendario. Ha pasado más de un mes desde el último alegrón en Anoeta. El gol postrero de Muniain y la tormenta de ocasiones falladas ante el Sturm Graz han retrasado el siguiente triunfo como local. Y hoy llega a Donostia el Valencia como posible víctima de esta breve sequía txuri-urdin. Por merecimientos no ha sido. Pero toca ya traducir el buen hacer sobre el campo en la suma de tres puntos ante la parroquia.

La Real afronta el partido con cinco bajas por lesión. Nacho Monreal y Carlos Fernández aún tienen semanas de recuperación por delante. Igor Zubeldia sufre del pubis, zona de molestias muy traicioneras que impiden establecer plazos medianamente fiables. Y tanto Asier Illarramendi como Jon Guridi se encuentran ya en la recta final de sus respectivas puestas a punto. Ambos se entrenan con el grupo, pero aún no están disponibles para un Imanol Alguacil que ayer confeccionó una convocatoria compuesta por 21 futbolistas. En ella entraron todos los 20 jugadores aptos del primer plantel y el potrillo Beñat Turrientes, único representante del Sanse en la lista. Julen Lobete reforzará mañana al filial en Anoeta contra el Girona (19.00 horas): el lezoarra no compite a las órdenes de Xabi Alonso desde mediados de octubre (anterior parón liguero), en Ipurua contra la Ponferradina.

En el horizonte espera el jueves un partido decisivo en clave europea, en Mónaco. Y el medio plazo deparará después varios encuentros consecutivos hasta la interrupción navideña. Pero Imanol no va a guardar nada en la recámara y diseñará esta noche el once que entienda más adecuado para intentar ganar al Valencia. Parece difícil que se caiga del mismo el ya recuperado Mikel Oyarzabal, ausente por lesión en los últimos siete compromisos. Y en el resto de la formación no se esperan excesivas sorpresas. Remiro apunta a la portería, mientras en la línea defensiva jugarían Gorosabel, Aritz, Le Normand y un Aihen que a día de hoy goza de un estatus superior al de Diego Rico. Zubimendi, Merino y Silva integrarían la medular de gala. Y en la delantera, con Isak y el citado Oyarzabal acreditando muchísimos boletos para la titularidad, la incógnita se centra en la plaza restante. Januzaj está rindiendo a muy buen nivel y el viernes se llevó los elogios de su entrenador. ¿Maniobra de despiste? Presione arriba o se repliegue en mayor medida, el Valencia suele apostar por un bloque corto que deja espacios a la espalda de su zaga, un contexto que Portu podría explotar muy bien.

El proyecto de Bordalás en el Valencia arrancó con muy buen pie. Pero el paso de las jornadas ha apuntado a la puerta abierta que el conjunto che ha ido dejando a sus espaldas, de forma cada vez más notoria. Hay en el equipo muchos de los rasgos que su técnico ha aportado de experiencias anteriores. Pero números como los que arrastra en el apartado de goles recibidos penaliza cualquier propuesta. Del 4-4-2 que trajo de serie de Getafe, el alicantino ha pasado en las últimas jornadas a diseñar un 4-5-1 más blindado del que se le cae una pieza clave, el pivote posicional, el sancionado Hugo Guillamón. Se trata de una baja de peso que podría llevar al Valencia a recuperar su esquema original, aunque la madre del cordero, más que en el dibujo, reside en la actitud. Los de Bordalás renunciaron de inicio, en las dos últimas jornadas, a su característica presión alta. Pero la recuperaron ante el Atlético cuando perdían 1-3... y consiguieron empatar.