- Mientras al sur de los Pirineos los grandes de la Liga hacen malabarismos para conseguir los mejores cromos, Messi el Barcelona y Mbappé el Madrid, la gente en Europa tiende a preocuparse más por el juego. Nuestra Real es una de las excepciones que confirman la regla en el campeonato y mira al fútbol desde una perspectiva moderna, que le proporciona ventaja en el contexto local. Ahí están sus últimas campañas para demostrarlo. Sin embargo, cuando los de Imanol salen al continente, aunque sea simplemente para jugar un amistoso, se enfrentan a ecuaciones de naturaleza muy distinta a las de los domingos. Una naturaleza distinta y más exigente, más dura. Estuvo bien lo de ayer en Alkmaar como experiencia. Y no resultó tan positivo por lo demás. La derrota es lo de menos. Pesa mucho más la lesión de un Carlos Fernández que si por algo destaca precisamente es por entender este deporte como demandan los tiempos que corren. Es un futbolista actualizado, digno del 2021, y al que puede que no volvamos a ver hasta 2022. Cruzamos los dedos. Como al final no sea nada, estaremos hablando de un fichaje más. De un muy buen fichaje.

Si obviamos el percance del andaluz, que es mucho obviar, el viaje txuri-urdin a los Países Bajos le puso pimienta al verano. Porque el miércoles había visitado Anoeta todo un Mónaco, cierto. Pero Ben Yedder, Golovin y compañía hicieron daño cuando bajaron las revoluciones de su equipo y trataron de encontrar superioridades por dentro. Subieron así el listón respecto a Huesca y Alavés. Salvando las distancias, sin embargo, vinieron a intentar cosas parecidas. ¿Y el AZ qué? Pues los de Alkmaar introdujeron a nuestra escuadra en una nueva dimensión, agitando la coctelera y buscando las cosquillas, sobre todo, en el nombre de la profundidad. En el vestuario blanquiazul, después del encuentro, dolían las almas, por la desgracia de un compañero. Dolía la rodilla de Carlos. Y dolían también las espaldas, esas desde las que el equipo neerlandés hurgó en la herida.

Buen ejemplo el de este AZ para ilustrar aquello de los cromos y del juego. Ya le han birlado a su estrella Calvin Stengs, que ha fichado por el Niza. El delantero Boadu, la otra gran referencia de Países Bajos sub-21, también tiene pie y medio fuera. Y le faltaba ayer, igualmente, el lateral zurdo Wijndal, convocado por la absoluta para la pasada Eurocopa. Poco importó. La Real se vio superada durante la mayoría del partido por un adversario que presionaba con determinación, mostraba forma física (se juega medio curso en la próxima previa de la Europa League) y tenía la portería txuri-urdin entre ceja y ceja cuando disfrutaba de la posesión, buscando hacia el arco, casi siempre, la vía más directa. Son los guipuzcoanos un equipo que suele hacer del ritmo una de sus armas principales. Esta vez, sin embargo, no pudieron con el del rival, evidenciando encontrarse faltos aún, a estas alturas del curso, para semejantes desafíos. Puede considerarse normal. También un aviso sobre lo que espera esta temporada, principalmente los jueves.

Aunque pueda parecer contradictorio respecto a lo expresado hasta aquí, destaquemos que a Imanol le faltaban ayer muchísimos futbolistas, entre lesionados e internacionales: Ryan, Monreal, Kevin, Silva, Bautista, Sagnan, Zubimendi, Oyarzabal y Mikel Merino, además de Isak y Diego Rico, quienes arrancan aún. Enumerada la lista de ausencias, toca ya contar que a la Real le costó mucho ayer en Alkmaar. Y eso que tuvo la fórmula más o menos clara siempre. Se midió a un AZ presionante, dispuesto en una especie de 4-4-1-1 que mutaba a 4-4-2 en cuanto el segundo punta se olvidaba de Guevara y saltaba a un central. Conseguido esto, los txuri-urdin sabían ya que tenían superioridad numérica por dentro. Pero casi nunca la plasmaban en avances de consideración, porque el acoso del jugador local al blanquiazul que recibía de espaldas era de los de verdad. Un par de buenas acciones individuales de Sola y Barrenetxea sirvieron al inicio para burlar el bloque alto del adversario. Pero la empresa fue convirtiéndose en cada vez más dura.

A ello hubo que añadir ese juego al espacio con el que el AZ provocó los quebraderos de cabeza de la Real. El cuadro txuri-urdin apretaba arriba como viene haciéndolo este verano, con Januzaj encima de un central y el lateral derecho saltando detrás como un resorte, sistema que deja atrás un peligroso tres para tres. Los de Alkmaar parecieron salir al campo con la lección aprendida, porque en cuanto el equipo visitante se activaba para presionar así, mediaba un balón larguísimo a la carrera de los atacantes. Así llegó el gol, tras un potente envío del portero Verhulst a la zona que sus compañeros habían vaciado con toda la intención. Aritz, desplazado a la derecha, cubría a Aboukhlal. Pacheco, siguiendo a su par, había ganado tanta altura que parecía un pivote más. Y Sola, lateral zurdo, estaba fijado junto a la cal por Karlsson. El pase del arquero fue directo a la yugular txuri-urdin, al despoblado centro de la zaga, para que el citado Aboukhlal superara a Aritz en su carrera diagonal y batiera por alto a un Remiro dubitativo en la salida.

El gol, las sensaciones que emitía el partido y la propia lesión de Carlos hicieron daño a una Real cuyo faro esta pretemporada, Adnan Januzaj, emitió ayer una luz más tímida. Imanol realizó luego varios cambios durante el descanso, tratando de mejorar un panorama que sí cambiaría para bien con las sustituciones que introdujo en el minuto 61. Salió entonces Asier Illarramendi para disputar sus primeros minutos del verano. Lo hizo como interior izquierdo, con Beñat Turrientes de pivote. Y no es que brillara el mutrikuarra, pero su ingreso sí sirvió para mover un poco el árbol y tener más el balón. El míster apostó por una salida de tres con el capitán como falso central zurdo, proyectando así a Aihen y metiendo dentro a Lobete, contexto que al AZ le costó descifrar. Los neerlandeses siguieron apretando, robando y saliendo en transición. Pero esas recuperaciones resultaron cada vez menos frecuentes, ante una Real más dominadora que tuvo con Aihen, Lobete y Jon Pacheco buenas oportunidades para conseguir el empate. No entraron, y el equipo regresó de Alkmaar con una interesante lección recibida, una derrota intrascendente y un buen susto (Carlos) en el cuerpo. Si esto último queda solo en eso, en un susto, ni tan mal.

AZ ALKMAAR Verhulst, Sugawara, Koopmeiners, de Wit, Karlsson, Aboukhlal, Clasie, Letschert, Reijnders, Oosting y Gudmundsson. También jugaron Pavlidis, Beukema, Evjen y Poku.

REAL SOCIEDAD Primera parte: Remiro; Gorosabel, Aritz, Pacheco, Sola; Guevara, Robert Navarro (Garrido, m. 30), Guridi (Roberto López, m. 30); Januzaj, Carlos Fernández (Lobete, m. 24), Barrenetxea. Segunda parte: Remiro (Ayesa, m. 61); Gorosabel (Zaldua, m. 61), Le Normand, Pacheco, Aihen; Turrientes, Roberto López (Illarramendi, m. 61), Garrido (Merquelanz, m. 61); Portu, Willian José, Lobete.

Gol 1-0, m. 33: Aboukhlal.

Árbitro Marc Nagtegaal. Amarilla a Aritz.

Incidencias Partido disputado con público en el AFAS Stadion de Alkmaar.